Un paseo olímpico por la Plaza de la Concordia: de la guillotina a los monopatines
Este punto emblemático de París acoge cuatro deportes olímpicos
Tradición y modernidad se dan cita junto al Obelisco de Luxor
Todos los detalles de la Plaza de la Concordia como sede olímpica
Durante el Terror, la etapa más sangrienta de la Revolución Francesa, las cabezas de los reyes franceses rodaban por la Plaza de la Concordia, víctimas del beso letal de la guillotina. 230 años más tarde, son las ruedas de los monopatines las que dan vueltas en uno de los grandes escenarios históricos de París. Pasado, presente y futuro se funden en una de las sedes más simbólicas de estos Juegos Olímpicos, donde se disputan los deportes más jóvenes, esos que el COI ha introducido en su programa para no perder comba con la chavalería.
Que se lo digan a Natalia Muñoz, apenas 15 años, la deportista más joven de toda la delegación española en estos Juegos Olímpicos. Subida a su monopatín, la española se lanza despreocupada por una de las rampas del impresionante parque de skateboard que linda con el Obelisco, el enorme pilar que los franceses se trajeron del templo egipcio de Luxor hace casi dos siglos.
Ni Muñoz ni su compatriota Daniela Terol, clasificada para los Juegos a ultimísima hora para cubrir la baja de la colombiana Jazmín Álvarez, lograron clasificarse para la fase final, pero siempre les quedará París y la incomparable sensación de patinar bajo el Obelisco y con vistas a la Torre Eiffel, ese omnipresente ojo de Sauron que todo lo vigila en el centro de París.
En el mismo sitio donde Luis XVI, María Antonieta y otras 1.100 personas fueron decapitadas a finales del siglo XVIII, las skaters españolas y sus rivales disfrutan bajo el entusiasta público francés, que está respondiendo en estos Juegos acudiendo en masa a todas las competiciones, incluso a las más desconocidas como el propio skateboard.
El estreno del breaking
Y es que estamos en la plaza más grande de París. Limita por un extremo con el Museo del Louvre y el Jardín de Tullerías, por los Campos Elíseos, pegado al sur el río Sena… Es imposible abstraerse a la belleza de París y un acierto situar deportes en su mismo corazón. Además del skateboard, esta también es la casa de las competiciones de ciclismo BMX freestyle, baloncesto 3×3 y breaking.
Este último es el único debut en estos Juegos y uno se pregunta, sin restarle mérito a las piruetas de sus participantes, si de verdad nos encontramos ante un deporte. ¿Qué pensarán los del fútbol sala, ese deporte que cuenta con unos 30 millones de practicantes en el mundo y que nunca ha sido olímpico? ¿No fusila el COI a deportes mucho más relevantes en nombre de la modernidad ? Es el mercado, amigo…
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