Iñaki Urdangarin

A Urdangarin le servirán la comida mujeres americanas condenadas por narcotráfico

Iñaki Urdangarin
Iñaki Urdangarin ante la Audiencia de Palma. (Foto: EFE)
Manuel Cerdán

Posiblemente, el peor enemigo de Iñaki Urdangarin durante los años que permanezca en la cárcel abulense de Brieva será la soledad. El ex duque de Palma cuenta con la ventaja de disfrutar de un módulo carcelario, exclusivamente para él, con tan sólo un muro que lo separan de unas 160 reclusas –la mayoría en prisión por el tráfico de drogas–, pero no tendrá a nadie con quien departir las largas jornadas de reclusión. Así tuvo que superar Luis Roldán sus casi 10 años que permaneció recluido en una cárcel para mujeres pero con el estatus de preso singular.

“Había que tener mucha fuerza mental para superar la soledad. Estaba aislado en un módulo sin otros presos con quien mantener una conversación. Fue lo que más me costó superar”, reconoce Roldán.

Brieva es una prisión para mujeres, pero los funcionarios que vigilarán de manera directa a Urdangarin serán casi todos hombres. Serán los mismos que me abrieron y cerraron los portones las veces que visité al ex director de la Guardia Civil a mediados del 2000 para escribir mi libro Paesa, el espía de las mil caras.

Roldán lo rememora ahora en una conversación telefónica mantenida con OKDIARIO. No guarda ninguna duda: la soledad es el peor recuerdo que conserva de sus años de reclusión en la cárcel abulense. Y cree que será el peor enemigo para Urdangarin aunque el yerno del Rey emérito permanecerá menos años entre rejas.

La incomunicación y el frío –me reconoce Roldán 15 años después de haber abandonado los húmedos muros de la prisión– son los peores compañeros de Brieva. En sus años, la cárcel disponía de calefacción pero muy pocas veces funcionaba con normalidad. “La cárcel disponía de calefacción pero muy pocas veces funcionaba con normalidad. Era tal el frío que la dirección me facilitó un radiador eléctrico”, recuerda Roldán.

La soledad, su peor enemigo

Urdangarin, por tanto, se verá obligado a realizar un esfuerzo mental para poder hacer frente a la soledad, una lucha en la que el único protagonista, como le ocurrió a Roldán, será él mismo. El ex director de la Guardia Civil lo combatía con la lectura, la música, un abono que compró de Canal Plus y los estudios de Política en la Universidad Nacional de Educación a Distancia. La tarea diaria del cuñado del Rey es todavía una incógnita. Pero, como sucede en otros presidios, carece de destino carcelario: ni cocina, ni biblioteca, ni enfermería, ni lavandería… Todas esas actividades están ocupadas por mujeres, que no mantienen contacto con el esposo de la infanta.

Urdangarin sólo mantendrá contacto –visual– con las reclusas que están destinadas en cocina y que le servirán a diario el desayuno, comida y cena. Contacto ocular porque las presas, como hacían con Roldán, dejarán la bandeja con las viandas fuera de las rejas que comunican con las dependencias donde está instado el esposo de la infanta Cristina y cerca de una garita donde monta guardia uno de los funcionarios de instituciones penitenciarias. Éste es el que se encarga de llamar al preso para que la retire.

Roldán tuvo la oportunidad de mantener alguna conversación a través de las rejas con las reclusas pero eran un simple cruce de palabras intranscendentes: “No era tan fácil porque los funcionarios además se esforzaban para que no existiera ese intercambio de comentarios, pero alguna vez sí pude hablar con algunas de esas chicas que habían sido engañadas para traer droga a España”.

La mayoría de las reclusas que cumplen condenan en Brieva son suramericanas que condenadas por tráfico de drogas. Son las conocidas como “mulas”, que fueron detenidas en el aeropuerto cuando pretendían introducir cocaína en España dentro de su cuerpo. En la época de Roldán además quedaban unas cuantas presas terroristas que habían pertenecido al Grapo o a ETA y que cumplían largas condenas.

Un recluso con trato especial

Por eso, Urdangarin recibirá un trato especial en el régimen de visitas. Roldán logró que sus allegados pudieran visitarle entre semana en lugar de los domingos. El primer día que los familiares de ETA reconocieron en la cola de entrada a la mujer del ex director de la Guardia Civil la insultaron e intentaron agredirla. Por tanto, la infanta Doña Cristina podrá saltarse los horarios de visitas y de vis a vis. En estos últimos podrá mantener encuentros íntimos con su esposo.

Brieva Iñaki Urdangarin
Cárcel de mujeres de Brieva, en Ávila, donde cumple condena Iñaki Urdangarin. (Foto: Francisco Toledo)

Tuve la oportunidad de visionar desde la puerta las condiciones que ofrecían estos dormitorios para las relaciones de pareja y los recuerdo como algo muy deshumanizado: un lugar frío y deprimente con una cama pequeña, un lavabo y unos sillones. Roldán comparte la misma observación: “Era algo verdaderamente humillante”.

El módulo para presos de especial interés (arrepentidos, confidentes, policías o casos como el de Roldán) sólo estará ocupado por Urdangarin, de ahí que sus familiares podrán acceder por una puerta diferente al del resto de visitas.

Un diminuto patio para pasear

Al módulo de Urdangarín se accede por un estrecho pasillo tras superar un patio. Su celda está junto a otras cuatro que seguirán deshabitadas, a no ser que Instituciones Penitenciarias decida reubicar allí a otro preso de sus mismas características. Es cierto que Roldán pasó largas temporadas con la compañía de otros reclusos

El habitáculo personal que será la morada de Urdangarin en los próximos años tiene el espacio indispensable para que quepa una cama, una mesa y una estantería. Un tabique lo separa del retrete.

Fuera de la celda, Roldán sólo disponía de un pequeño patio de 30 por 7 metros, con una cesta de baloncesto. El esposo de la infanta podrá transitarlo aunque sus paseos serán limitados. Roldán recuerda que aquellos paseos eran su único contacto diario con el aire libre y la naturaleza. Tuve también la oportunidad de visitarlo y llamarlo patio es toda una exageración.

“Los paseos por el minúsculo patio me aportaban oxígeno pero en seguida chocaba con los muros. Había que dar muchas vueltas”, recuerda Roldán.

Para las visitas de los familiares de Urdangarin, el camino desde Madrid a Brieva, donde se levanta la cárcel con el ya preso más importante de España, no se hace pesado. Autopista A6 de La Coruña hasta Adanero y desde allí a Ávila por la nacional. Unos 10 kilómetros antes de llegar a las murallas abulenses hay que desviarse a la derecha y tomar la carretera a Boldaños. En el giro, a derecha, una venta ofrece productos típicos de la zona como las tradicionales yemas de Santa Teresa. Enfrente destaca una iglesia con campanario de piedra, tejado cubierto con tejas y un pequeño ábside y una cruz de piedra.

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Perímetro exterior de la cárcel de Brieva. (Foto: Francisco Toledo)

Continúa la carretera a Brieva en una zona empinada que bruscamente desciende a una hondonada. En el mojón kilométrico número 1 ya se divisa los altos de la cárcel. Un camino vecinal que sale de entre las casas del pueblo bordea el recinto amurallado de la prisión.

Un largo camino hasta la celda

Para llegar hasta la celda de Urdangarin, sus familiares deberán completar un largo camino entre cerrojos y portones. Superada la zona del parking interior del recinto carcelario, se llega a una sala de espera en donde, a través de una ventanilla, los funcionarios de prisiones cumplimentan los requisitos para acceder al módulo de reclusos.

Dos puertas metálicas, una corredera de color verde y otra de cristal, comunican el recinto con la entrada principal a la prisión. En una garita un funcionario controla su acceso y acciona un botón para que se abra la puerta. En el módulo de la izquierda, está la nueva morada del ex duque de Palma. Ni que decir tiene que aquello nada se parece a sus lujosas casas de Barcelona, Washington o Ginebra.

Una vez dentro del módulo especial uno se encuentra con la zona de locutorios donde los presos se entrevistan con sus familiares y abogados a través de unos cristales. También está la habitación de los vis a vis, donde una vez al mes Urdangarín podrá recibir a su esposa o un familiar de primer grado.

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