Las presiones de Cerdán a Transportes causaban pánico entre sus funcionarios: «Cuidado con este»
Santos Cerdán fue nombrado secretario de Organización del PSOE tras la destitución de José Luis Ábalos en julio de 2021

Un clima de terror silencioso se instaló en los pasillos del Ministerio de Transportes. Según revelan fuentes internas de la institución, la mera mención de Santos Cerdán bastaba para que los funcionarios contuvieran la respiración y las conversaciones se redujeran a murmullos temerosos. El número 3 del PSOE proyectaba una sombra alargada que paralizaba voluntades y sembraba un miedo casi tangible. «Cuando aparecía su nombre en cualquier expediente, la advertencia corría como la pólvora: ‘Cuidado con este’», confiesa una fuente que prefiere mantener el anonimato. «En teoría sólo era un diputado más, pero todos sabíamos que su influencia real superaba con creces su cargo oficial gracias a su inquebrantable alianza con Koldo».
La presión ejercida por Koldo García en asuntos relacionados con determinadas empresas constructoras vascas ha quedado en evidencia. Una fuente cercana al ministerio declara: «Koldo presionaba mucho para que el ministerio pagara una supuesta liquidación pendiente a la constructora vasca Murias… Era una liquidación del año de la pera, de la época de ETA o así. Se encargaron informes gordísimos y se demostró que estaba todo correctamente hecho».
El interés de Cerdán por las infraestructuras en su comunidad natal también ha sido señalado por las fuentes consultadas: «Vi a Santos alguna vez por el ministerio pidiendo infraestructuras para su tierra. Había un problema con el acceso del AVE a Pamplona porque había un estudio informativo que era un bucle tremendo y costaba una pasta. Era un tema que les dolía mucho porque decían que les hacía mucho daño políticamente. La solución no era técnicamente viable».
Para comprender la relevancia de estas revelaciones, es necesario recordar el contexto político. Santos Cerdán fue nombrado secretario de Organización del PSOE tras la destitución de José Luis Ábalos en julio de 2021. Esta decisión, tomada personalmente por Pedro Sánchez, sitúa a Cerdán en uno de los puestos de mayor responsabilidad dentro del partido, convirtiéndole en el encargado de mantener la cohesión interna, gestionar la estructura territorial socialista.
Mientras tanto, la investigación sobre la trama de las mascarillas ha ido revelando conexiones cada vez más complejas. El empresario Víctor de Aldama, figura central en la investigación, elaboró una lista de nombres subrayados que podría contener pistas sobre las empresas involucradas.
Como señala una de las fuentes: «Hay que ver la lista de Aldama de los subrayados donde se comprobó que escribía a mano Koldo. A ver si hay alguna UTE con empresas navarras o vascas, que como muchas empresas grandes se unen a empresas pequeñas de los territorios, para facilitarle temas de propietarios expropiados, autorizaciones…»
La influencia de Koldo García en la estructura ministerial parece haberse extendido también a otros altos cargos. «Javier Gallego, histórico del ministerio ex director general de Explotación y Construcción también era muy próximo a Koldo, tuvo que ser relevado por falta de sintonía con los nuevos responsables», revela una de las fuentes consultadas.
El caso adquiere mayor complejidad al entrar en juego la gestión de los fondos públicos en proyectos de infraestructuras. La presunta presión para favorecer a determinadas empresas o territorios plantea serias dudas sobre la actuación de Cerdán. «En País Vasco hablábamos directamente con el PNV», reconoce una de las fuentes por otra parte.
Las implicaciones políticas de estas revelaciones podrían ser devastadoras para la estructura de poder del PSOE. El partido, ya sacudido por el caso Koldo, enfrenta ahora la posibilidad de que otro de sus dirigentes más importantes esté implicado en prácticas irregulares. Tras dejar caer a José Luis Ábalos ahora está en el punto de mira su sustituto en la sala de máquinas de Ferraz.
Como resumió gráficamente uno de los testimonios: «A mí ya no me sorprende nada». Una frase que refleja la incredulidad y el estupor ante un caso que, lejos de cerrarse, sigue destapando nuevas conexiones en las altas esferas del poder político español. La advertencia, «Cuidado con Santos», resuena ahora como un presagio en los círculos ministeriales, donde la tormenta política parece lejos de amainar.
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