Así pedía Jordi Pujol jr. las mordidas: «Ya tienes la obra, anota el número de mi cuenta en Suiza»

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Jordi Pujol Ferrusola abandona el Parlament tras declarar ante la comisión de investigación (Foto: Getty)

Ha sido un secreto a voces durante años y aún hoy, con la Audiencia Nacional rastreando las cuentas de la familia Pujol en varios paraísos fiscales, pocos empresarios se atreven a recordar en voz alta la experiencia. Muchos menos están dispuestos a relatarlo en un Juzgado.

La labor de recaudación de Jordi Pujol Ferrusola, el primogénito del ex presidente de la Generalitat, no se limitaba a Cataluña. Durante la década de los 90 y hasta comienzos de los años 2000, Jordi Pujol junior seguía visitando a los grandes empresarios de Madrid –incluyendo por supuesto a varios gigantes del sector de la construcción, de los servicios y las telecomunicaciones– para gestionar el cobro de comisiones a cambio de la adjudicación de obras o concesiones públicas por parte de la Generalitat.

Una vez aprobado el contrato, el mensaje que transmitía junior era muy similar: «Ya tienes la obra, ahora anota el número de mi cuenta en Suiza», tal como han relatado a OkDiario tres de los empresarios afectados que prefieren no desvelar su identidad.

«Si aceptamos pagar, fue porque era la única forma de que nuestro grupo pudiera acceder a contratos de la Generalitat o de ayuntamientos que entonces estaban gobernados por Convergència», ha explicado a este diario uno de estos empresario, «o pasabas por el aro, o tenías que olvidarte de un mercado tan importante para cualquier empresa nacional como es Cataluña», señala el mismo empresario.

Una fortuna gestionada en paraísos fiscales

Otra de las fuentes consultadas explicó que «lo peor de todo no era tener que pagar, sino la prepotencia, la arrogancia y la chulería con la que Jordi se presentaba en los despachos a exigir el cobro de comisiones»,  consciente de que su padre tenía la llave para que estos grupos pudieran entrar en el mercado catalán.

«No podíamos permitirnos rechazar esta petición, porque entonces se habría resentido nuestra cuenta de explotación», añadió la misma fuente. En todos los casos citados, la mordida exigida sumaba varios millones de euros, que se traducían en un sobrecoste del precio del contrato pagado por la Administración.

Los empresarios consultados han aceptado a regañadientes dar este testimonio con la condición expresa de que no se revele su identidad, conscientes de que en España es delito cobrar comisiones, pero también pagarlas.

La ejecución de grandes infraestructuras como carreteras, líneas de ferrocarril y de Metro, requerían el pago de este peaje millonario que los Pujol gestionaban luego a través de países protegidos por la opacidad bancaria como Andorra, Suiza o Panamá, tal como ha acreditado ahora la investigación desarrollada por la Audiencia Nacional.

Las grandes obras ejecutadas con motivo de los Juegos Olímpicos de Barcelona ’92 –cuya proyección internacional aprovechó un joven Oriol Pujol para difundir consignas independentistas– marcaron el inicio de esta labor de saqueo sistemático llevada a cabo por la familia Pujol, tal como ha podido acreditar ahora la Policía. OkDiario ha informado en exclusiva de este trasiego de dinero, que Jordi Pujol Ferrusola distribuía luego entre los miembros del clan mediante transferencias bancarias, en un reparto que en ocasiones también incluía a su madre, Marta Ferrusola.

Ingresos a las cuentas de Vilarrubí

En una operación dirigida por el juez José de la Mata, la Policía Nacional registró el pasado 27 de octubre la vivienda de los padres del clan -en la que se encontraba residiendo temporalmente Jordi Pujol junior tras ser sometido a una intervención quirúrgica- y las oficinas de varias empresas, una investigación dirigida a recabar pruebas sobre el cobro de comisiones ilegales.

A raíz de estas diligencias, los hermanos Josep y Pere Pujol Ferrusola han sido citados a declarar hoy viernes como imputados en la Audiencia Nacional, ante el juez De la Mata. En la misma operación, la Policía registró también las viviendas de dos empresarios estrechamente vinculados al clan Pujol: el vicepresidente del Barça Carles Vilarrubí y Carles Sumarroca Claverol, antiguo vicepresidente de la contructora Comsa-Emte.

Entre otros muchos negocios, el primero es socio del Conde de Godó en la sociedad que gestiona la emisora de radio catalana RAC1 (que en los últimos años ha acentuado su mensaje independentista) y es el principal accionista de la empresa Oxer Sport, que organiza actividades hípicas.

Según fuentes de la investigación, Pujol Jr. habría utilizado una empresa de Vilarrubí para blanquear dinero procedente del cobro de comisiones: en 1994 ingresó 450.000 euros en una de sus cuentas en Andorra, desde la cual realizó luego transferencias que suman más de 400.000 euros a una sociedad del vicepresidente del Barça.

Mientras, CDC cobraba del 3% al 12%

El procedimiento de recaudación de la familia Pujol se producía de forma paralela al cobro sistemático de comisiones (que oscilan entre el 3% y el 12%) que su partido, Convergència, había institucionalizado entre las empresas que optaban a contratos públicos en Cataluña.

Buena parte de estas comisiones se canalizaban en forma de «donaciones» a CatDem y Fórum Barcelona, tal como ha acreditado ahora la Justicia. La Fiscalía Anticorrupción y el juez de la Audiencia Nacional José de la Mata han logrado reconstruir el mecanismo con el que se llevaba a cabo este cobro de mordidas: tras salir a concurso una gran obra pública, el empresario interesado pagaba a CDC un anticipo en forma de «señal».

A continuación, el tesorero de Convergència (Daniel Osácar, Andreu Viloca o bien Germà Gordó, durante su etapa como gerente del partido) concertaba una entrevista con el empresario para negociar el importe de la comisión. Por último, una vez adjudicada la obra, se producía el pago de la mordida en forma de «donación» a CatDem.

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