Granados sale de la cárcel: «Han vertido basura sobre mí, ni estaba en la Púnica ni soy su cabecilla»
Francisco Granados recupera la libertad tras permanecer 32 meses encarcelado en la prisión madrileña de Estremera. Vestido con un polo amarillo y vaqueros, el ex secretario general del PP de Madrid ha hablado con los medios, junto a sus hijas, y visiblemente emocionado. «No estaba en la trama Púnica, no soy su cabecilla», ha dicho.
El ex dirigente popular abandonaba la cárcel pasadas las 15.30 horas, después de que el Juzgado de Instrucción nº 6 de la Audiencia Nacional aceptara la fianza hipotecaria superior a 800.000 euros que ha presentado aportando el piso de su madre en Valdemoro y una parcela de su cuñada. Al ser fianza hipotecaria, tenía que doblar los 400.000 euros en metálico fijados por el juez Eloy Velasco el pasado mes de mayo.
Granados, más delgado y en buena forma física, ha sido recibido por su familia —han acudido sus dos hijas— a las puertas de la cárcel rodeado de una gran expectación mediática. Antes de subir al automóvil que le transportará a su domicilio de Valdemoro ha declarado a los periodistas:
«No he formado parte ni he sido el cabecilla de la ‘trama Púnica’, yo no he metido la mano en la caja», ha iniciado el ex secretario general del PP madrileño. «Se han inventado un falso patrimonio mío en el extranjero», ha continuado, al tiempo que arremetía contra «los informes policiales que vierten falsas acusaciones» sobre él.
Granados tenía verdaderas ganas de hablar, aunque estaba muy emocionado y tragaba saliva para contener las lágrimas mientras hablaba, casi tres años después de haber ingresado en prisión: «En España no se respeta la presunción de inocencia, a mí no me han dejado defenderme», ha espetado, para añadir: «Han vertido basura sobre mí».
El ex consejero de Gobierno en la Comunidad de Madrid durante los gobiernos de Esperanza Aguirre ha lamentado como «muy injusta la salida que ha tenido de la política» la ex presidenta madrileña. Granados ha querido aclarar, a colación de esta declaración: «Y yo no le debo nada a Aguirre».
Y del mismo modo que ha lamentado su situación, tras permanecer 32 meses en prisión preventiva, ha pedido «respeto a la presunción de inocencia de Ignacio González», su ex rival en el PP madrileño, ahora en la cárcel por su responsabilidad en las mordidas y comisiones en el Canal de Isabel II cuando él lo dirigía, enmarcadas en la investigación de la llamada ‘operación Lezo’.
Un preso respetado y querido
Durante el largo tiempo que ha permanecido en Estremera, se ha convertido en un «preso querido y respetado» para sus compañeros del módulo 7 e incluso para los propios funcionarios de prisiones. Se ha mantenido en forma acudiendo regularmente la gimnasio y haciendo ejercicio. Tampoco ha descuidado su alimentación.
Los días interminables de reclusión los intentaba amenizar con partidas de dominó y no ha faltado ni un sólo miércoles a la misa que se celebraba en Estremera como buen creyente y practicante que es el ex dirigente del PP.
Antes de dejar la cárcel, firmaba varios documentos para repartir entre sus compañeros todos sus efectos personales. Entre ellos, su televisión, el ventilador y su ropa. Quería tener un pequeño detalle con los que se han convertido en sus amigos durante este largo periodo privado de libertad.
A partir, de ahora intentará recobrar su vida cotidiana, su actividad profesional, estabilizar su precaria situación económica y por último, centrarse en su defensa letrada en el caso Púnica.
Fue arrestado en octubre de 2014
El ex consejero de la Comunidad de Madrid ha permanecido en prisión casi 3 años, después de que fuera detenido el pasado 27 de octubre de 2014, tras estallar la ‘Operación Púnica’.
Durante la instrucción, se le ha acusado de presuntos delitos de cohecho, blanqueo de capitales, pertenencia a banda criminal, tráfico de influencias, fraude, malversación de fondos públicos o prevaricación. También de esconder una fortuna millonaria en el extranjero que podría alcanzar los 700 millones de euros, que después de 3 años no se ha encontrado.
En todo este tiempo, los diferentes letrados del ex dirigente popular habían pedido su libertad de forma infructuosa una decena de ocasiones ante el Juzgado de Instrucción de Velasco y ante la Sala de lo Penal.
En el auto judicial en el que Velasco fijaba la prisión eludible bajo fianza de 400.000 euros para Francisco Granados, el magistrado señalaba que a la vista de los últimos registros realizados en la causa en relación con Arpegio-Prisma, “disminuye el riesgo de que pueda influir en la destrucción y desaparición de pruebas, teniendo en cuenta también que ya se han levantado el secreto que pesaban sobre diversas piezas separadas secretas”.
Según Velasco, también había disminuido el riesgo de fuga ante el hecho del tiempo transcurrido, al tiempo que considera positivo que Granados pueda acudir “en otras condiciones” al primer juicio oral de esta causa (el chivatazo de la investigación).
Precisamente, el primer juicio al que tendrá que enfrentarse será el próximo 14 de noviembre por la pieza de la trama Púnica relacionada con el ‘chivatazo’ que dos guardias civiles habrían dado al ex secretario general del PP madrileño sobre que le estaban investigando. El denominado ‘caso Talamino’ comenzará a juzgarse el próximo 14 de noviembre en la Sección Primera de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional.
Los días 14, 15 y 16 de ese mes son los designados para esta vista oral que sienta en el banquillo de los acusados al propio Granados, así como a los dos guardias civiles, que se enfrentan a una petición por parte de la Fiscalía de tres años de cárcel por los delitos de revelación de secretos y aprovechamiento de revelación de secretos.