VENTA DE ARMAS

España duplica la venta de armas a Emiratos desde que Juan Carlos I y su amigo El Assir viven en Abu Dabi

Juan Carlos I y Abdul Rahman El Assir.
Juan Carlos I y Abdul Rahman El Assir.

España ha duplicado, entre 2020 y 2022, la venta de armamento a Emiratos Árabes Unidos (EAU) desde que Juan Carlos I y su amigo, el traficante de armas Abdul Rahman El Assir, fijaron su residencia en la capital, Abu Dabi. En ese tiempo, el sector armamentístico español facturó cerca de 300 millones de euros a la federación árabe, lo que supone un aumento de casi el 200% de las exportaciones a ese país.

Las cifras estadísticas en poder del Ministerio de Comercio y de Defensa son palmarias: en 2019, cuando El Assir acababa de trasladarse a EAU y los españoles se enteraban por OKDIARIO de que el Rey emérito estaba siendo investigado por el fiscal de Ginebra, Yves Bertossa, España exportaba a Emiratos material armamentístico por un valor de 42,5 millones de euros.

Un año después, en 2020, cuando Juan Carlos I ya residía en la isla privada de Zaya Nura de Abu Dabi, las ventas se elevaron a 60,2 millones y, en 2021, se dispararon a 120,5 millones. En 2022, del que sólo existen datos correspondientes al primer semestre, entre enero y junio, se exportó material armamentístico por importe de 49 millones. Si se prorratea la cifra al ejercicio completo, la cifra se aproximará a los 100 millones.

Evolución de las ventas de armas a EAU.

Cliente preferente

Todas esas cantidades colocan a España en uno de los países occidentales que más equipos exporta a Emiratos Árabes Unidos en los últimos años. La progresión positiva en las ventas, según los expertos, indica que será la tónica en los próximos años, además tener en cuenta las excelentes relaciones de Juan Carlos I con el emir Mohamed bin Zayed Al Nahayan, que invitó al Rey emérito a fijar su domicilio en Abu Dabi. Todos los gastos de Juan Carlos I, excepto los del equipo de seguridad que asume España, están sufragados por EAU y empresarios árabes.

España se encuentra en el top ten de los mayores vendedores de armas en el mundo, según los informes anuales del Instituto Internacional de Estudio para la Paz de Estocolmo (SIPRI). El Assir fue uno de los propiciadores para el despegue de las exportaciones armamentísticas españolas desde su época como lugarteniente de su cuñado Adnan Kashoggi, considerado el mayor traficante de armas del siglo XX.

Khashoggi
Adnan Kashouggi en una imagen de 2007 (Foto: AFP).

Los amigos coinciden en Abu Dabi

El Rey emérito fijó su domicilio en la capital emiratí en agosto de 2020, cuando decidió exiliarse de España y aceptar la invitación del emir Mohamed bin Zayed Al Nahayan, con quien tiene unas excelentes relaciones desde hace años. La marcha se producía tras las confesiones de Corinna Sayn-Wittgenstein que dejaban al descubierto el patrimonio de Juan Carlos I en Suiza y otros paraísos fiscales.

Juan Carlos I afirmaba en una carta entregada a su hijo Felipe VI que se alejaba de Madrid para facilitarle su labor como jefe del Estado, sin embargo, las pesquisas de la Fiscalía suiza daban a entender que la escapada se debía más a sus problemas con la Agencia Tributaria con quien se vio obligado a regularizar su situación fiscal previo pago de más de cinco millones de euros.

El amigo del ex jefe del Estado, el traficante de armas El Assir, se refugió en Abu Dabi unos meses antes para sortear una orden de busca y captura de la Justicia española por un delito de fraude fiscal. La primera orden de detención contra El Assir fue dictada por los tribunales españoles en febrero de 2019. Se le perseguía por defraudar 75 millones de euros a la Agencia Tributaria, lo que le había acarreado una multa de 15 millones de euros y se enfrentaba a una pena de 8 años de cárcel.

Busca y captura

El Assir, en busca y captura desde hacía tres años, fue visto por primera vez en compañía de Juan Carlos I en diciembre de 2021 en un palco vip de un pabellón deportivo donde se celebraba el Mubadala World Tennis Championship y en el que participaba Rafael Nadal.

El Assir, de blanco en el centro, en una de las pocas veces que se ha dejado fotografiar en público.

El traficante de armas se ausentó de España en 2008 y se refugió en Suiza cuando se enteró de que la Agencia Tributaria investigaba sus cuentas y una posible defraudación fiscal, llegando incluso a no comparecer hasta en tres citaciones. Después huyó y se afincó en Abu Dabi, un país que, además de funcionar como un paraíso fiscal, se ha convertido en una guarida para los delincuentes de guante blanco. La mayoría, siempre vinculada a la Casa Real emiratí, recibe un tratamiento especial con el plus de un blindaje judicial.

El Assir y Juan Carlos I mantienen en Abu Dabi una vida social muy activa. El empresario hispano-libanés visita a menudo el domicilio del emérito en la isla privada de Zaya Nurai, una residencia de más de 1.500 metros cuadrados con acceso a una playa reservada -situada a unos 50 minutos en coche del centro de Abu Dabi- y juntos se dejan ver en restaurantes de lujo como Ginger Marmaid (isla Zaya Nurai), 99 Sushi Bar (Hotel Four Seasons) o Cipriani (isla de Yas).

En noviembre pasado, Juan Carlos I asistió a la boda en Abu Dabi de Khali El Assir, la hija del mercader de armas y de María Fernández Longoria, con Juan José Franco, hijo de Francis Franco Martínez Bordiú y bisnieto del dictador. El ex monarca sólo se dejó ver en la ceremonia nupcial, pero no asistió al banquete que se ofreció seguidamente.

Juan Carlos I y El Assir mantienen una estrecha relación desde los años 80, cuando el hispano-libanés comenzó a trabajar para el número uno del tráfico mundial de armas, Adnan Kashoggi, que había fijado su residencia una parte del año en Marbella. El Assir, licenciado en Ciencias Económicas por la American University de Beirut, se había casado en 1976 con la hermana del traficante, Samira, diez años mayor que él. Poco después, Kashoggi lo nombró director de la delegación de la multinacional Triad International en Madrid, entonces una de las empresas más importantes en el mercado del tráfico de armas mundial.

A partir de ese cargo, El Assir fue vinculándose con el entorno de las amistades peligrosas de Juan Carlos I, hasta que llegó a relacionarse directamente con el entonces jefe del Estado a través de su administrador y testaferro Manuel Prado y Colón de Carvajal, que ya era socio de Kashoggi. Habían constituido la sociedad Alkántara Iberian Exports, con sede en Chipre, que estaba participada por la empresa pública Fomento del Comercio exterior (Focoex) y el Instituto Nacional de Industria (INI). Una de sus primeras ventas fue un contrato de todos terrenos a Egipto por un importe de 1000 millones de las antiguas pesetas. Después llegaron contratos millonarios con países en conflictos bélicos en zonas africanas del Sahel y del Cuerno de África. 

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