García-Tizón, un «pata negra» que fue nº2 de AP y hoy es amigo del matrimonio Cospedal

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Arturo García-Tizón, presidente del PP en Toledo y diputado. (Foto: PP)

«Había un billete de mil pesetas pinchado con una chincheta en el tablón de anuncios, eso es lo que tenía la caja cuando llegamos». Arturo García-Tizón (Madrid, 28 de febrero de 1946) entró en la sede de la calle Génova 13 en Madrid como secretario general de Alianza Popular (el partido precursor del actual PP) con 40 años, a principios de febrero de 1987. Lo había elegido para el cargo Antonio Hernández Mancha, un chaval extremeño de 35 primaveras que acababa de ganar el Congreso del partido posterior a la dimisión de Manuel Fraga de la Presidencia.

Desde entonces y de alguna manera, García-Tizón no se ha bajado de los círculos de la política. Con más o menos predicamento en el PP, siempre ha sido considerado un «pata negra» del partido y en las últimas elecciones generales –las dos últimas para ser exactos–, ha sido el número dos de la lista por Toledo, sólo detrás de la actual secretaria general del partido, María Dolores de Cospedal.

Pero su momento de esplendor en la política de partidos fue entre 1987 y 1989, como número dos de Alianza Popular. «En aquella época, los partidos políticos no tenían contabilidad oficial, y en nuestro caso no teníamos ni dinero». En una campaña a la desesperada por vencer al PSOE de Felipe González en junio del 86, Fraga se había gastado todo lo que tenía y no tenía AP. «Estaba ese billete de mil pesetas… y deudas de millones con todos los bancos que nos impedían hasta pagar las nóminas».

Ése era el ambiente en el que los jóvenes cachorros populares tomaban posesión del segundo partido de España. García-Tizón y Hernández Mancha eran los dos abogados del Estado, y juntos querían modernizar el partido. Habían vencido a la candidatura que más continuista con Manuel Fraga, la de Miguel Herrero y Rodríguez de Miñón, cuyo secretario general era un tal José María Aznar.

Y allí, unos despachos más allá en Génova 13, estaba el de Luis Bárcenas, el gerente. «Las cuentas eran un desastre, y yo me tuve que dedicar a ir de banco en banco pidiendo créditos», ha recordado García-Tizón en más de una ocasión. «Como ya no teníamos con qué avalarlos, pignorábamos las subvenciones futuras que consiguiéramos por los escaños».

La etapa de Arturo García-Tizón en la Secretaría General del partido fue corta, pues en sólo dos años Hernández Mancha había perdido todo el crédito político que había traído desde la Presidencia andaluza de AP, y poco tiempo les dio a coordinar una reorganización de las finanzas populares.

De la mano de García-Tizón, había entrado el tesorero José Luis del Río, y juntos decidieron despedir a Bárcenas, con quien «no había feeling». Sólo dos años después, nuestro protagonista salía de Génova tras la caída en desgracia de Hernández Mancha en enero de 1989, y por la otra puerta regresaba el gerente Luis Bárcenas, de la mano de un tal Rosendo Naseiro, el primer tesorero del PP implicado en un caso de financiación irregular… pero ésa es otra historia.

Tras el congreso de Sevilla de septiembre de 89, en el que el regresado Manuel Fraga entregó el poder a José María Aznar y en el que Alianza Popular se rebautizó en el Partido Popular, Arturo García-Tizón desapareció de la primera línea política y permaneció como militante de base regresando a su actividad profesional de letrado.

Como abogado del Estado ha sido destinado en las Delegaciones de Hacienda y Tribunales de Pontevedra y de Toledo, así como en el Tribunal Superior de Justicia de Madrid y en la Audiencia Nacional. Hoy permanece en excedencia de su plaza en la Abogacía del Estado del Tribunal Supremo.

El regreso a la política

Fue José María Aznar quien recuperó para la política a su viejo rival en el año 2000. El entonces presidente del Gobierno lo nombró director del Servicio Jurídico del Estado y, consecuentemente, miembro del Consejo de Estado. Tras la salida del PP del poder, García-Tizón entró en Caja Castilla-La Mancha (CCM) como presidente de su Comité de Buen Gobierno en 2005, dejando definitivamente en excedencia su plaza de abogado del Estado en el Tribunal Supremo.

Fue en la CCM donde coincidió con Ignacio López del Hierro, actual esposo de María Dolores de Cospedal. De la misma quinta que García-Tizón, él es una de las claves de la buena relación que lo une a la secretaria general del PP, y juntos fueron los invitados estrella de la boda de Paloma García-Tizón, su hija, en abril de 2015. López del Hierro es un empresario de éxito en el sector de las inmobiliarias y bien relacionado políticamente desde que fue nombrado en 1977 el gobernador civil más joven de España –precisamente, en Toledo– coincidió, en el consejo de administración de Caja Castilla-La Mancha (CCM), con 

La cercanía con Cospedal es la que podría haber posibilitado que García-Tizón haya ejercido como ‘correo’ de la negociación entre el PP y el ex tesorero. Y es que el hoy presidente del partido en Toledo, concejal y diputado recuperó predicamento en el PP en ese mismo año 2008 en el que Mariano Rajoy prescindía de la vieja guardia heredada del aznarismo –Acebes y Zaplana– y apostaba decididamente por Cospedal como número dos en el partido como secretaria general, y por otra cara joven, Soraya Sáenz de Santamaría, como portavoz parlamentaria.

Y ese mismo 2008, López del Hierro entraba en el consejo de administración de la CCM para hacerse cargo de la corporación industrial de la caja, que presidía el socialista Juan Pedro Hernández Moltó.

Desde entonces, y en un segundo plano, Garcia-Tizón ha recuperado peso en el Partido Popular. Mientras en enero de 2009 estallaba el caso GürtelLuis Bárcenas empezaba a ser señalado por todos los focos de la corrupción, el hombre de Cospedal tejía una red en silencio. Sin dejar nunca el escaño en el Congreso ni la presidencia provincial del partido, regresaba al Ayuntamiento de Toledo 28 años después como concejal en 2011 –en una lista encabezada por la joven Paloma Barredo– e inmediatamente era aupado a la Presidencia de la Diputación Provincial.

Hoy, García-Tizón está valorado como un hombre de partido «pata negra», capaz de lidiar con los encargos más complicados. Y sin duda ejercer de puente entre Génova y Bárcenas es de categoría especial.

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