Un vídeo muestra al hermano de Salah Abdeslam accionando su explosivo en un café de París
Los atentados del 13N de París tuvieron varios escenarios: el Estadio de Francia, la sala Bataclan y varios cafés junto al Canal Saint-Martin, la zona de copas más animada de la capital francesa. Pasados ya más de cinco meses del asalto yihadista a la ciudad de la luz, la cadena de televisión M6 ha desvelado un vídeo inédito de las cámaras interiores del café Le Comptoir Voltaire. En él se ve a Brahim Abdeslam, el hermano del presunto cerebro de la operación terrorista, accionando su bomba.
Éste fue el único ataque que, finalmente, no causó más muertos que el propio terrorista kamikaze que se inmoló dentro del local. Su acción provocó varios heridos, entre ellos uno grave, pero nadie perdió la vida dentro de ese pequeño restaurante en el bulevar Voltaire.
Pasadas las 21.40 horas, tres terroristas condujeron su Seat Leon junto al local, donde se bajó uno de ellos. Las imágenes muestran cómo el islamista Abdeslam entra en el local, lleno de comensales en animada conversación de noche de fin de semana. Nadie parece reparar en él.
En medio de las mesas, el hombre, vestido de negro, baja su mirada y se lleva las manos a la cara, en una actitud como de rezo. Inmediatamente, acciona su cinturón explosivo, y el vídeo permite ver cómo sale despedido hacia delante en plena deflagración.
Fueron los agentes de la policía científica los que lograron identificar al atacante, gracias a sus huellas dactilares. Resultó ser uno de los hermanos de Salah Abdeslam, quien además de haber ideado todo el operativo terrorista, debía haberse hecho estallar en el interior del Estadio de Francia, donde se celebraba un partido de fútbol entre las selecciones de Francia y Alemania. Decenas de miles de personas, entre ellas el presidente de la República François Hollande, eran su objetivo.
Pero Salah, el líder, se acobardó y huyó. No como su hermano. Cuatro meses después era detenido en Bruselas, y esta semana, ha sido extraditado a Francia. Ahora dice que él no quería, que lo convencieron y radicalizaron, que pide perdón… Vivirá en una cárcel por décadas, pero vivirá, mientras que nadie devolverá la vida a los 130 inocentes que él ideó cómo asesinar. Ni a su hermano, que creyó en él tanto como para accionar el botón de su propia muerte.