Putin despliega 30.000 soldados «de maniobras» junto a la frontera con Polonia tras su oleada de drones
Las maniobras Zapad 2021 acabaron en la invasión de Ucrania ese año
Polonia considera las maniobras rusas en su frontera una "provocación a gran escala" destinada a poner a prueba a la OTAN
Rusia podría volver a probar su misil balístico intercontinental Oreshnik que puede llevar ojivas nucleares


Nueva y peligrosa maniobra bélica del presidente ruso Vladímir Putin, que, junto a su aliado Bielorrusia, ha desplegado 30.000 soldados para las maniobras Zapad 2025 junto a la frontera con Polonia, apenas un día después de la incursión de drones.
Este movimiento ruso se interpreta como una enorme provocación tras el derribo de al menos siete drones rusos por parte de las fuerzas polacas y de la OTAN, en lo que Varsovia calificó como una «violación sin precedentes» de su soberanía. Polonia ha manifestado une enorme preocupación con este movimiento de tropas; no olvidemos que las maniobras Zapad 2021 acabaron en la invasión de Ucrania ese año.
Las maniobras conjuntas de Rusia y Bielorrusia de Zapad 2025 incluyen el despliegue de 6.000 efectivos en las inmediaciones del estratégico corredor de Suwałki, una franja fronteriza clave que conecta Polonia con los países bálticos.
Según el Ministerio de Defensa ruso, los ejercicios simulan una «defensa coordinada» ante un supuesto ataque de un país occidental ficticio, con énfasis en bombardeos aéreos y operaciones híbridas.
Sin embargo, expertos y autoridades polacas, como el primer ministro Donald Tusk, consideran estas acciones como una «provocación a gran escala» destinada a poner a prueba la resolución de la OTAN, especialmente tras el reciente incidente con drones que sobrevolaron hasta 250 kilómetros del territorio polaco.
El pasado 10 de septiembre, más de una decena de drones rusos, identificados como Shahed de fabricación iraní, irrumpieron en el espacio aéreo polaco durante un ataque masivo contra Ucrania.
Polonia, apoyada por cazas F-16 y F-35, sistemas Patriot alemanes y aviones AWACS italianos, neutralizó los aparatos, uno de los cuales dañó un edificio residencial en Wyryki sin causar víctimas. En respuesta, Varsovia invocó el Artículo 4 de la OTAN para consultas con sus aliados, calificando el incidente como un acto deliberado.
El Ministerio de Defensa ruso negó intenciones de atacar Polonia, alegando que los drones, con un alcance máximo de 700 kilómetros, se desviaron accidentalmente, aunque expertos como Mark Galeotti sugieren que fue una acción calculada para probar las defensas aliadas.
La escalada también ha generado alarma en Europa. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, condenó la incursión como «imprudente» y prometió defender «cada centímetro» del territorio de la UE, mientras que el comisario de Defensa, Andrius Kubilius, propuso un «muro antidrones» en el flanco este. Polonia, que ha fortalecido su ejército hasta alcanzar los 216.000 efectivos y planea llegar a 300.000, cerró su frontera con Bielorrusia el jueves 11 de septiembre y anunció maniobras propias con 30.000 soldados aliados.
El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, calificó la incursión de drones como un «precedente extremadamente peligroso», urgiendo una respuesta conjunta de la OTAN. Mientras tanto, el Kremlin, a través de su portavoz Dmitri Peskov, evitó aclarar el incidente, delegando la responsabilidad al Ministerio de Defensa, que se mostró dispuesto a dialogar con Varsovia.
Sin embargo, la retórica beligerante de Rusia, combinada con el despliegue militar en Bielorrusia, ha intensificado los temores de una confrontación directa con la OTAN, en un momento en que la guerra en Ucrania sigue escalando.
Este despliegue y las recientes provocaciones aéreas refuerzan entre los analistas la percepción de que Putin busca desafiar la unidad y capacidad de reacción de Occidente y de la OTAN, mientras Polonia y sus aliados permanecen en máxima alerta ante un escenario que, según Tusk, «acerca a Europa a un conflicto abierto como no se veía desde la Segunda Guerra Mundial».
El objetivo declarado de estas maniobras es practicar acciones defensivas en caso de una escalada y un ataque contra Bielorrusia, aliada de Rusia. El líder histórico del país, Alexander Lukashenko, insistió en que los ejercicios no suponen ninguna amenaza para los vecinos —Polonia y los países bálticos— e incluso prometió llevarlos a cabo lejos de las fronteras. Su retórica tranquilizadora no es más que una fachada: hace cuatro años, aseguró a los vecinos que no tenían nada que temer. Poco después, el ejército ruso atacó Ucrania desde territorio bielorruso.
Por ejemplo, según se informa, Rusia podría volver a probar su misil balístico intercontinental «Oreshnik» durante las maniobras. No se han proporcionado detalles, pero el arma puede recorrer más de 5000 kilómetros y transportar una ojiva nuclear.
Recordemos que Zapad 2021 terminó con la invasión a gran escala de Ucrania por parte de Rusia. Zapad 2017 ensayó la captura de los países bálticos. Zapad 2013 presagió la agresión de Rusia en Crimea. Zapad 2009 simuló un ataque nuclear contra Polonia.