Un nuevo ataque yihadista en Mandera, al norte de Kenia, deja 12 fallecidos
Al menos 12 personas murieron este martes en un ataque con explosivos cometido por yihadistas del grupo somalí Al Shabab en Mandera, el segundo en menos en menos de un mes en esta ciudad del nordeste de Kenia fronteriza con Somalia.
Un «artefacto casero» estalló las 03:30 horas de la madrugada (00:30 horas GMT) en el hotel Bisharo de Mandera. «Una parte del edificio se derrumbó, lo que provocó la muerte de al menos 12 personas», señaló en un comunicado el responsable de la seguridad en la región nordeste, Mohamoud Saleh.
«Agentes de seguridad que estaban patrullando acudieron de inmediato, acordonaron la zona e iniciaron las operaciones de socorro. Todos los ocupantes del hotel fueron evacuados y por ahora seis fueron sacados con vida de los escombros», agregó.
El grupo Al Shabab, vinculado a Al Qaida, reivindicó el ataque a través de la página web de su emisora de radio, Radio Andalus, y afirmó haber matado a 15 personas. Agregó que el ataque se inscribe en una voluntad de echar a los «infieles» del noreste de Kenia, donde vive mayoritariamente una población musulmana de etnia somalí.
El noreste de Kenia, que comparte una larga frontera con Somalia, es desde hace tres meses escenario del recrudecimiento de los ataques de Al Shabab.
Este es el segundo ataque en Mandera en menos de un mes. El 6 de octubre, un comando de Al Shabab mató a seis personas en un complejo residencial de empleados de la construcción. Los yihadistas usaron entonces unos potentes explosivos para destruir una parte de la pared del recinto y penetrar en él.
El 22 de septiembre, las fuerzas de seguridad kenianas rechazaron un ataque de decenas de yihadistas en una comisaría de policía de la localidad de Liboi. En julio habían atacado otra comisaría en Diff, en el condado de Wajir, también fronterizo con Somalia.
‘Cortarnos del resto del país’
En una conferencia de prensa retransmitida el martes en directo, el gobernador del condado de Mandera, rodeado por sus homólogos de condados vecinos, condenó «un acto odioso perpetrado por los cobardes de Al Shabab».
Ali Roba insistió en la estrategia de Al Shabab, que según él busca aislar a la región del resto de Kenia.
«Este ataque busca aislar económicamente a la región, imponer sanciones económicas a la población de esta región y tratar de cortarla del resto país», denunció.
«Muchos programas destinados a beneficiar a la población de Mandera tuvieron que ser abandonados por la inseguridad», agregó, incluso aquellos de los organizaciones no gubernamentales.
Asociado con Al Qaida, Al Shabab juró la caída del gobierno somalí apoyado por la comunidad internacional y protegido por la Misión de la Unión Africana en Somalia (Amisom). Desde su intervención militar en el sur de Somalia en 2011 para luchar contra Al Shabab, Kenia fue el blanco de varios atentados mortales.
En septiembre de 2013 un comando de Al Shabab provocó 67 muertos en un ataque contra el centro comercial Westgate en Nairobi. Un centenar de personas murieron en 2014 en una serie de ataques en localidades de la costa keniana y otras 148 personas fueron masacradas por Al Shabab en la universidad de Garissa, en el este del país, en abril de 2015.
Además de las amenazas de Al Shabab, las elecciones generales previstas para agosto de 2017 podrían alimentar las tensiones en Kenia.
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