El nuevo alcalde de Nueva York se rinde ante Trump para salvar la financiación: «Podemos trabajar juntos»
Zohran Mamdani ha pedido ayuda al senador demócrata de Nueva York Chuck Schumer para tratar con Trump

El presidente de EEUU Donald Trump y el nuevo alcalde de Nueva York Zohran Mamdani han protagonizado este viernes 21 de noviembre una de las imágenes políticas más sorprendentes del año. Tras meses insultándose públicamente, ambos se han reunido en la Casa Blanca y han firmado una tregua temporal. Un encuentro que, pese a las sonrisas, ha dejado claro quién marcaba el terreno. «Podemos trabajar juntos», ha destacado Trump frente a Mandani, que ha visitado Washington debido a que necesita financiación para sus proyectos.
Trump ha salido del despacho oval asegurando que Mamdani «puede hacerlo muy bien» y que «sorprenderá a los conservadores». Un giro llamativo teniendo en cuenta que el propio presidente lo ha llamado comunista, antisemita y una amenaza para la ciudad.
Durante la campaña electoral, el nuevo alcalde Nueva York ha llegado a llamar a Trump «déspota». En cambio, este viernes ha bajado el tono ante las cámaras y ha agradecido la reunión. Cuando una periodista le ha preguntado si seguía pensando que el presidente era un fascista, ha sido el propio Trump el que ha intervenido, con una mezcla de ironía y autoridad: «Puedes decir que sí, no pasa nada. Es más fácil».
Una tregua por interés mutuo
El cambio de guión no es fruto de la casualidad. Mamdani no puede perder la financiación de Washington, algo que Trump ha dejado caer en repetidas ocasiones. El presidente de EEUU buscaba rebajar la tensión con una figura que ha ganado peso entre la izquierda y que podría convertirse en un quebradero de cabeza nacional.
Trump incluso ha intentado calmar a los neoyorquinos más preocupados por un alcalde de línea dura progresista. En este sentido, ha destacado que estaría «cómodo» viviendo en Nueva York bajo el mandato de Mamdani, «y más aún después de esta reunión». Trump ha realizado estas declaraciones después de que Mamdani se haya reunido con los promotores inmobiliarios de Nueva York y les haya asegurado que no va a presentar políticas que perjudiquen sus intereses.
Dos enemigos que ahora se necesitan
Mamdani ha construido su popularidad atacando frontalmente a Trump. Su discurso de victoria fue una provocación directa: «Donald Trump, sé que estás viendo esto… sube el volumen».
Mientras, el presidente se implicó de lleno en la campaña neoyorquina apoyando al ex gobernador de Nueva York demócrata Andrew Cuomo, el candidato moderado que fracasó en frenar el ascenso del socialista.
Expectación máxima en Washington
La visita ha sido tratada por el personal de la Casa Blanca un acontecimiento. Decenas de periodistas han esperado a Mamdani en la entrada del Ala Oeste y funcionarios de la administración Trump han esperado en escaleras y balcones para ver su llegada. Trump lo ha resumido con ironía: «Vienen líderes de todo el mundo y a nadie le importa. Pero hoy sí».
Mamdani, que asume el cargo el 1 de enero, llegó a pedir consejo al líder demócrata en el Senado, Chuck Schumer, antes de la reunión, conscientes de que el encuentro podía marcar el futuro inmediato de la ciudad.
¿Paz duradera?
La foto conjunta sirve a ambos, pero la tregua es frágil. Trump y Mamdani representan visiones opuestas del país y han construido su identidad política enfrentándose al otro. La guerra puede estar pausada, pero difícilmente ha terminado.