Leopoldo López pide al Gobierno de España que lidere la «liberación» de Venezuela
El dirigente opositor venezolano Leopoldo López ha pedido al Gobierno de Pedro Sánchez que lidere «de manera constructiva» el proceso de «liberación y democratización» del régimen de Nicolás Maduro en Venezuela. López ha pedido ha puesto de ejemplo medidas como la «paralización de la extradición ordenada» en su contra por las autoridades venezolanas para impedir cualquier gesto de legitimación hacia Maduro.
López ha denunciado este viernes en una rueda de prensa en Madrid una «nueva ola de persecuciones» del Gobierno bolivariano de Maduro contra la disidencia, como el «intento de secuestro»ocurrido esta semana contra el líder opositor venezolano Juan Guaidó y la detención del diputado, también miembro de la oposición, Freddy Guevara.
Estos das dos acciones, a su juicio, se extienden «tanto a los opositores como a sus familias» y ponen de manifiesto «la la necesidad de que la comunidad internacional exhiba un frente unido» para respaldar a la disidencia en su camino para garantizar la celebración de unas elecciones «justas, libres y verificables». En concreto, cuando en el momento de los hechos se encontraba de visita en Venezuela una misión electoral de la Unión Europea.
«Esperamos que la Unión Europea pueda tomar una posición sobre lo que ocurre porque no se puede ser indiferente a lo que ocurre en Venezuela porque lo que ocurre iba a afectar la seguridad del continente americano», ha señalado López. «Europa tiene una inmensa responsabilidad porque mientras ocurrieron todos estos hechos había una comisión sobre el terreno el país y que se entrevistó con Guaidó y Guevara. Me parece positivo que lo hayan visto de primera mano», ha apostillado.
El líder opositor venezolano considera que la adopción de una posición sobre Venezuela «ya no es una cuestión de solidaridad sino de responsabilidad», dado que la crisis se ha extendido más allá de los países de la región por la «migración forzosa, corrupción, narcotráfico, grupos criminales y la estructura criminal que sustenta la estructura de Maduro», para convertirse en un caso «que tiene incidencia incluso sobre países fuera del continente».
«Liderazgo constructivo»
Leopoldo López ha dado la bienvenida al nuevo ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación tras la remodelación de Pedro Sánchez, José Manuel Albares, de quien espera un comportamiento «proactivo» a la hora de desbloquear la crisis. Además, ha pedido al Ejecutivo español que rechace la solicitud de extradición en su contra por incitar, según Caracas, a la violencia en las revueltas de la oposición contra Maduro en el año 2014.
«Conocemos su compromiso con Venezuela, sabemos que conoce muy bien lo que ocurre en nuestro país y esperamos que asuma que España tenga una responsabilidad de liderar de forma constructiva el proceso de liberación y democratización de Venezuela», ha afirmado López.
El opositor venezolano ha exigido al Gobierno de Sánchez que «lidere de forma constructiva» un proceso que debería culminar en la celebración de «unas elecciones libres, justas y verificables». «Esperamos que España esté en el lado correcto de la historia y creemos que se abre una nueva oportunidad con este nuevo canciller (ministro)», ha añadido.
Sobre la orden de extradición que pesa sobre él, López ha asegurado que «el destino de cualquier extraditado es la tortura, el encarcelamiento y quizás la muerte pero, además de eso, sería un regalo al dictador Nicolás Maduro al concederle un ápice de legitimidad», todavía más grave al tratarse de una solicitud «totalmente política» y sin motivo jurídico. Una vez más, se ha puesto a disposición de la Audiencia Nacional porque «no hay nada que esconder» y ha apuntado que en ningún momento ha tramitado una solicitud de asilo político a las autoridades españolas.
Por último, Leopoldo López ha vinculado los acontecimientos en Venezuela con las recientes protestas en Cuba contra las autoridades de la isla, y aprovechó lamentar ciertas y «sorprendentes» declaraciones formuladas por la diputada de Unidas Podemos en el Congreso Aina Vidal, quien rechazó la existencia de una «dictadura» cubana. «Cuando se dice que Cuba no es una dictadura, se está relativizando lo que debe ser una democracia. La socialdemocracia tiene un gran desafío: evitar que la extrema izquierda les quite su vocación democrática», ha sostenido.