Un fotógrafo revela en increíbles imágenes dónde duermen los niños refugiados sirios

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FOTO: Magnus Wennman

Las tardanzas en la frontera están provocando una serie de imágenes devastadoras de todos estos refugiados, y especialmente los niños, que esperan su momento para huir de una guerra que ha destrozado sus casas y sus vidas. 

El fotógrafo sueco Magnus Wennman es uno de los muchos fotoperiodistas que muestran este desastre a través de su objetivo. Las tristes imágenes revelan a diferentes niños, que buscan su lugar para dormir ante la esperanza de que pronto lo harán en Europa. Una serie de instantáneas con sus respectivas historias. Este conjunto de fotografías están recogidas en el libro ‘Where the children sleep’ (Donde los niños duermen). 

Fara – 2 años – Azraq (Jordania)

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Fara es una niña que tiene 2 años. Su pasión es el fútbol. Cada día su padre le trae una pelota para que pueda jugar, hecha con diferentes elementos que encuentra por el suelo. Esas pelotas no duran mucho, pero su padre no deja de esforzarse para ver a su hija feliz.

Ralia y Rahaf – 7 años y 13 años – Beirut (Líbano)

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Las hermanas Ralia y Rahaf son naturales de Damasco. Desafortunadamente, una granada se llevó la vida de su madre y de su hermano. Desde entonces, viven con su padre en la capital libanesa. La mayor de las dos asegura tener miedo de los «niños malos».

Walaa – 5 años – Campo de refugiados (Líbano)

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Walaa vivía en Aleppo donde asegura tener su propia habitación, a la que está deseosa de volver. Llora cada noche en este campo de refugiados al sur de Beirut. Su madre acostumbra a construir una ‘casa’ con almohadas y decirle que no hay nada que temer.

Abdullah – 5 años – Belgrado (Serbia)

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La vida de Abdullah es devastadora para su corta edad. Tiene una enfermedad en la sangre y presenció la muerte de su hermana en su casa de Daraa, en Siria. Su madre asegura que fue un momento dramático para él: «todavía está en shock, tiene pesadillas todas las noches». Ha dormido varios días en los aledaños de la estación de tren de Belgrado.

Ahmad – 7 años – Horgos (Serbia)

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Imagen de la desolación y el cansancio. Su casa de Idlib quedó destruida por una bomba. La metralla le alcanzó la cabeza, a lo que milagrosamente sobrevivió, cosa que no hizo su hermano pequeño. Ahmad y su familia no pierden la esperanza de poder entrar en Hungría y mejorar sus vidas.

Ahmed – 6 años – Horgos (Serbia)

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Ahmed es otro de los niños que espera su momento y hace de cualquier sitio un lugar para dormir. Mientras él duerme, los adultos a su alrededor hacen planes de futuro. Su padre falleció en Siria, y su tío es el que cuida de él ahora. «Es valiente y solo llora a veces por las mañanas». A pesar de sus 6 años, se hace responsable de su propia bolsa de objetos personales.

Amir – 20 meses – Zahle Fayda (Líbano)

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Terrible historia. Amir ha nacido durante la crisis de refugiados en la que se encuentra su madre Shahana. «Amir nunca ha dicho ni siquiera una palabra». Una dura experiencia que ojala pronto tenga solución. Pese a lo crítico de su situación, Amir juega con lo que encuentra por el suelo. «A pesar de que no hable, ríe mucho», asegura su madre.

Juliana – 2 años – Horgos (Serbia)

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Bajo ese chal se encuentra Juliana. Esta pequeña lleva viajando durante varios meses junto con sus padres. Sienten miedo de que no les dejen entrar en Europa. Mientras ella descansa, sus padres tratan de encontrar una solución a esta dramática situación.

Maram – 8 años – Amman (Jordania)

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Una imagen que muestra el dolor y la tristeza de la guerra de Siria. Maram salía del colegio cuando una bomba destruyó su casa. Eso provocó que una parte del tejado cayera sobre ella. El golpe le causó una hemorragia cerebral y estuvo los primeros 11 días en coma. Afortunadamente Maram va mejorando, pero tiene la mandíbula rota y no puede hablar.

Lamar – 5 años – Horgos (Serbia)

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Hasta Serbia han llegado Lamar y su familia. Una bomba destrozó su casa de Bagdag y no tuvieron otra salida que irse. A menudo Lamar recuerda los juguetes que tenía en su casa de Irak. Tras varios intentos fallidos de cruzar por mar, llegaron a la frontera con Hungría. Allí Lamar y su familia esperan impacientes su ‘billete’ hacia una nueva vida.

Moyad – 5 años – Amman (Jordania)

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Cuando Moyad acompañaba a su madre al mercado en la ciudad de Daraa (Siria) un taxi bomba explotó. Esa bomba se llevó la vida de su madre en el momento. Moyad fue trasladado a Jordania en helicóptero, donde se encuentra ingresado con esquirlas en cabeza, espalda y pelvis.

Shehd – 7 años – Serbia

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Shehd tiene una pasión, que es dibujar. Lamentablemente sus últimos dibujos tienen un elemento en común: armas. «Ella las ve todo el tiempo, están en todas partes», asegura su madre mientras ella duerme. A la dificultad del viaje y un lugar donde dormir, la familia de Shehd ha tenido que hacer frente a otro problema, el hambre. Durante algunos días solo se han alimentado manzanas que veían por el camino.

Shiraz – 9 años – Suruc (Turquía)

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Shiraz lleva luchando por su vida desde los tres meses. Al poco de nacer se le detectó una fuerte fiebre. Se le diagnosticó polio y se le dijo a sus padres que no tuvieran muchas esperanzas. Esto fue antes de la guerra. Ahora, en Turquía, Shiraz no puede hablar y pasa día tras día en una cama de madera en un campo de refugiados.

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