Una cooperante española de Médicos Sin Fronteras es asesinada en Etiopía

La ONU estima que más de 5 millones de personas necesitan asistencia humanitaria y calcula que hay más de 1,8 millones de personas en niveles alimentarios de emergencia

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Una cooperante española de Médicos Sin Fronteras (MSF) ha sido asesinada en Etiopía. María Hernández, coordinadora de emergencias de esta ONG, ha sido víctima de un ataque a su vehículo este miércoles cuando viajaba junto a varios compañeros etíopes de esta organización, y que también fallecieron en la zona donde operaban dentro de la región de Tigray.

La cooperante, María Hernández, de 35 años, era natural de Madrid. Las fuentes consultadas aseguran que el ataque fue brutal en esta zona que vive un duro conflicto bélico desde hace varios años. La contienda civil que mantienen en este lugar hizo que el año pasado se viviera una dura ofensiva militar contra el Frente de Liberación Popular en Tigray.

Junto a Hernández, una de las coordinadora de emergencia de MSF en Tigray, también han fallecido los etíopes, Yohannes Halefom Reda, de 31 años y asistente de coordinación, y Tedros Gebremariam, conductor de 31 años.

«Perdimos contacto con ellos y el coche en el que viajaban ayer por la tarde y esta mañana el vehículo ha sido hallado vacío y, a unos metros de distancia, sus cuerpos sin vida», ha informado MSF, en un comunicado en el que ha condenado «con dureza» el ataque. «Hoy es un día terrible de duelo», ha lamentado.

En este sentido, ha recordado que «María, Yohaness y Tedros estaban allí ayudando a la población y es impensable que hayan pagado con sus vidas por ello». MSF se mantiene «en contacto estrecho» con familiares y autoridades ante lo que ha descrito como «un golpe devastador».

Inicio de la ofensiva militar

El primer ministro etíope, Abiy Ahmed, anunció en noviembre de 2020 el inicio de una ofensiva militar contra el Frente Popular para la Liberación de Tigray (TPLF), en respuesta a un ataque del grupo contra la principal base del Ejército en Mekelle tras un drástico repunte de las tensiones entre la formación y el Gobierno central.

Las agencias de la ONU y las ONG han visto limitado su margen de maniobra, en un contexto marcado por una grave crisis humanitaria. La Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) ha denunciado en su último informe sobre la situación, publicado este viernes, de casos de «acoso, intimidación y detención» de cooperantes, así como de la confiscación de ayuda.

La ONU estima que más de 5 millones de personas necesitan asistencia humanitaria y calcula que hay más de 1,8 millones de personas en niveles alimentarios de emergencia, mientras que más de 350.000 estarían en el peor umbral del hambre en Tigray y zonas aledañas, al borde ya de la inanición. La organización teme que, si no llega ayuda a tiempo, esta última cifra supere los 400.000 en septiembre.

Las partes implicadas en el conflicto se han responsabilizado mutuamente de haber cometido todo tipo de abusos en estos últimos meses y esta misma semana el Gobierno de Etiopía ha salido al paso de informaciones que le atribuían un ataque aéreo sobre un mercado que habría dejado decenas de víctimas mortales.

En Etiopía, el segundo país más poblado de África, se enfrenta el ejército federal contra tropas afines al Frente de Liberación Popular (FLPT), el partido nacionalista que gobierna la región norteña de Tigray.

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