La huella de Benedicto XVI en España: proclamó beatos a 498 mártires de la II República
El Papa reconoció de los mártires españoles que "nos impulsan a trabajar por la misericordia"
Ratzinger: un Pontificado marcado por su lucha contra la pederastia y la corrupción del Vaticano
‘Deus caritas est’, la encíclica que convirtió a Benedicto XVI en un revolucionario
El Papa Benedicto XVI tuvo siempre una vinculación fuerte con España, a la que viajó en tres ocasiones. En 2007, concretamente el 28 de octubre, Benedicto XVI aprobó la mayor beatificación que ha tenido lugar en la historia de la Iglesia: 498 españoles fueron proclamados beatos al ser considerados «mártires de la persecución religiosa en España en el siglo XX», asesinados durante la II República y la Guerra Civil. Las beatificaciones se celebraron en la plaza de San Pedro de Roma en una ceremonia presidida por el cardenal José Saraiva Martins, prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, en representación de Benedicto XVI. Entonces, el Papa, que saludó a los peregrinos desde la ventana de su estudio tras la beatificación y con ocasión del rezo del Ángelus, evocó el ejemplo de los mártires españoles. En ese momento, el Papa reconoció de los españoles asesinados durante la II República y la Guerra Civil que «con sus palabras y gestos de perdón hacia sus perseguidores, nos impulsan a trabajar incansablemente por la misericordia, la reconciliación y la convivencia pacífica».
Otros de los hitos de su Pontificado para la Iglesia española, según la Conferencia Episcopal, fue la proclamación de san Juan de Ávila como doctor de la Iglesia universal, el 7 de octubre de 2012, también en la Plaza de San Pedro, en el Vaticano.
El Papa Benedicto XVI viajó a España en tres ocasiones en sus ocho años de Pontificado, entre los que destacaron los realizados con motivo de las Jornadas Mundiales de la Juventud. El más cercano en el recuerdo de todos es la Jornada Mundial de la Juventud que se celebró en agosto de 2011 en Madrid, en la que participaron cerca de dos millones de jóvenes. Además, resistió ante la fuerte lluvia y el viento junto a los jóvenes en la Vigilia de Cuatro Vientos, donde lanzó un espontáneo: «¡Sois más fuertes que la lluvia!».
Precisamente, España fue el destino de dos más de sus visitas, una a Valencia en 2006, con motivo del V Encuentro Mundial de las Familias y otra en 2010, cuando visitó Santiago de Compostela, donde ofició una Santa Misa con motivo del Año Santo Compostelano y Barcelona, donde presidió otra Eucaristía de dedicación de la Sagrada Familia.
Uno de sus últimos viajes apostólicos fue el que realizó a México y Cuba del 23 al 29 de marzo de 2012, países donde dejó mensajes a favor de cambios y libertad, en contra del embargo en Cuba y en contra del narcotráfico y la violencia en México. Asimismo, en su último viaje, con destino a Líbano, con motivo de la firma y publicación de la Exhortación Apostólica Postsinodal de la Asamblea Especial para Oriente Medio, aprovechó para exhortar al cese de la exportación de armas a Siria y para llamar a la paz en Oriente Próximo.
Aunque si algo marcó su paso por el ministerio petrino, además de lo novedoso de su renuncia, fueron sus encíclicas. Cuando los expertos pensaban que todo el Concilio Vaticano II estaba exprimido en los textos de Juan Pablo II, Benedicto XVI sorprendió en 2005 con Deus Caritas est, en la que profundiza en el amor de Dios; en 2007, con Spe salvi, sobre la idea de la esperanza en la vida eterna y en 2009 con Caritas in Veritate, en la que aborda los temas del desarrollo de los pueblos y de las desigualdades sociales en el marco del principio de la crisis económica. Así, aunque de cardenal pasó a ser Papa y de Papa a Romano pontífice Emérito, nunca dejó de ser un gran teólogo.