Avanza el proceso de paz en Libia, aunque falta el acuerdo
Una oportunidad para la paz en el país norteafricano. Las conversaciones de paz auspiciadas por Moscú y Ankara comienzan a dar sus primeros frutos. Los equipos negociadores han elaborado ya un primer borrador de acuerdo para restaurar la estabilidad Libia. Aunque la delegación encabezada por Fayez Sarraj sí ha firmado el escrito, el mariscal rebelde Jalifa Haftar ha solicitado más tiempo para considerar la oferta.
Los líderes del Gobierno de Acuerdo Nacional (GNA, por sus siglas en inglés) y del Ejército Nacional Libio (LNA) han tratado estos días en Moscú de poner fin a las hostilidades que enfrentan a ambos bandos. El GNA de Sarraj, reconocido por Naciones Unidas y apoyado sobre el terreno por Turquía, resiste en Trípoli las acometidas del LNA de Haftar, al que prestan asistencia, entre otros, Rusia y Egipto. Esta mañana se ha conocido que Haftar dejaba la capital rusa sin rubricar el alto el fuego definitivo.
Sarraj y Haftar, sin embargo, no entablaron diálogo directo. Han actuado como personas interpuestas, respectivamente, el canciller turco Mevlut Çavusoglu y el ministro de Asuntos Exteriores ruso Sergei Lavrov. Este último, anfitrión, además, de la cita, se ha mostrado optimista con respecto al desarrollo de esta primera jornada de la ronda de negociaciones: “Podemos informar de que hoy se han hecho progresos”.
El documento elaborado en el curso de las negociaciones prescribe un alto el fuego sin reservas ni condiciones previas. Dicha tregua, según reza el borrador, ha de ser monitorizada por un comité militar que debe, en primer lugar, establecer una línea de comunicación entre ambas partes y, en segundo lugar, velar por que los grupos que operan bajo su control respeten las condiciones del armisticio. Se emplaza también a que las partes designen representantes para que participen en un diálogo de paz más profundo bajo la dirección de Naciones Unidas.
En un plano más inmediato, se conmina a las partes a estabilizar la situación en Trípoli y otros focos de inestabilidad. Igualmente, el borrador demanda que se asegure el acceso seguro, la entrega, el almacenamiento y la distribución de asistencia humanitaria allí donde sea necesaria.
De momento, todos los actores implicados están pendientes de Haftar que, según ha informado Çavusoglu, ha pedido un día más para decidir si firma o no firma el acuerdo. Está previsto que las consultas se reanuden este martes. “Espero que tomen una decisión positiva”, ha deseado Lavrov, en referencia a la delegación del militar rebelde; “Los representantes turcos y rusos continuarán ofreciendo su asistencia”.
Es la primera vez que los dos hombres fuertes de Libia entablan conversaciones desde que se recrudecieron los combates el pasado mes de abril. Desde entonces, el mariscal Haftar, antiguo mano derecha de Gadafi, ha liderado una ofensiva para hacerse con el control total del territorio nacional.
Guerra local, ambiciones globales
El conflicto civil ha escalado hasta adquirir dimensiones internacionales. A pesar de las llamadas a la no injerencia formuladas por actores como Estados Unidos y Egipto, Turquía y Rusia han desplegado en las últimas semanas contingentes de efectivos en Libia. Ankara ha enviado tanto tropas como combatientes sirios afines. Por parte de Moscú, diversos cuerpos de mercenarios, como el Grupo Wagner, se han desplazado hasta el escenario de las luchas.
Si, finalmente, se alcanza un compromiso para establecer una paz duradera, se espera que Libia ofrezca, aproximadamente, contratos de infraestructuras para reconstruir el país por valor de un billón de dólares. Por este motivo, muchos actores exteriores se han embarcado en una carrera por ejercer la mayor influencia posible sobre los futuros dirigentes del país. Cabe mencionar, igualmente, las ingentes reservas de gas natural que se encuentran a lo largo de la orilla sur mediterránea.
Turquía y Rusia llevan la delantera y están consolidando su influencia también en otros territorios en la órbita del Mediterráneo oriental, como Siria. Del mismo modo, Italia está intentando ganar peso en la ecuación; no en vano, Libia es una antigua colonia transalpina de la época del imperialismo. El primer ministro Giuseppe Conte ha recibido recientemente de forma oficial a Sarraj y a Haftar.
A falta de un poder fuerte, el suelo libio se ha convertido en un campo de acción propicio para organizaciones terroristas yihadistas y entidades relacionadas con el crimen organizado, principalmente dedicadas al tráfico de personas que quieren llegar a las costas europeas.
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