Argentina dejó atracar un crucero de Cabo Verde con un infectado dentro al confundir África con Asia
Argentina ha vivido estos días un suceso insólito a raíz de una confusión geográfica que ha permitido el amarre de un crucero sin el control sanitario pertinente en Buenos Aires por haber confundido Asia con África. El suceso aconteció el pasado viernes, cuando un barco procedente de Cabo Verde llegaba al puerto y la autoridad local dio por hecho que el origen era el continente asiático, dejando sin aplicar el protocolo sanitario a los buques procedentes de África.
En plena alerta por la variante del coronavirus Ómicron, con origen en Sudáfrica y Botsuana, un barco procedente del archipiélago africano de Cabo Verde llegaba al puerto metropolitano de Buenos Aires solicitando el permiso para atracar. A las 19:30 horas lo hacía en la terminal recibiendo la ‘libre plática’, que es el permiso para que tanto pasajeros como tripulación pudieran descender a tierra firme. A bordo del buque MS Hamburg, con bandera de Bahamas, viajaban 170 personas.
El problema es que el permiso se lo dio una operadora que pensaba que Cabo Verde era una isla de Asia. Una inspectora de la Dirección de Sanidad de Fronteras advirtió el error y, según relata Infobae, le espetó a la responsable: «Boluda, este barco viene de Cabo Verde, ¿eso no es África?». El problema es que a bordo de la nave se detectó un caso positivo. Eso sí, según informaciones, esta persona no habría abandonado el barco.
Pero la gran mayoría de pasajeros sí entraron en tierra firme. Doce horas después de haber dispensado el permiso, y tras asumir el error, se retiró la ‘libre plática’ y se instauró la cuarentena en el barco, al tiempo que no hubo más remedio que comenzar una peculiar busca y captura de los turistas que se habían diseminado por la ciudad de Buenos Aires, que tampoco eran muchos. Entre ellos, un grupo de turistas alemanes que se desplazaban al aeropuerto de Ezeiza y a los que hubo que interceptar y devolverles al barco.
Al mismo tiempo, en el seno del Gobierno Sanidad e Interior se han disputado las culpas sobre el suceso como si de un partido de tenis se tratara lanzándose entre ellos la pelota de la responsabilidad última en la cadena de errores.