Obama admite su responsabilidad en el conflicto de Siria pero defiende sus decisiones
El presidente estadounidense, Barack Obama, admitió este viernes que se sentía responsable por la trágica situación en Siria, pero defendió que su estrategia era la «adecuada».
«No puedo afirmar que hemos sido exitosos (en Siria) y eso es algo (…) con lo que tengo que irme a la cama todas las noches, pero sigo creyendo que era la estrategia adecuada», dijo Obama en una conferencia de prensa.
El presidente estadounidense denunció este viernes el «horror» que vive la ciudad siria de Alepo, cuya evacuación volvió a ser suspendida por el régimen, mientras que el Consejo de Seguridad de la ONU podría votar este fin de semana el envío de observadores.
«El mundo está unido en el horror ante el salvaje asalto del régimen sirio y sus aliados rusos e iraníes a la ciudad de Alepo», dijo Obama en rueda de prensa, señalando que el presidente Bashar al Asad no puede obtener legitimidad «a golpe de masacres».
La suspensión de la evacuación de miles de civiles y de rebeldes que quedan aún en la ciudad hace temer una reanudación de los combates.
El secretario general de Naciones Unidas Ban Ki-moon y el presidente turco Recep Tayyip Erdogan denunciaron la suspensión de las operaciones y pidieron que se reanudara la evacuación. «Alepo en este momento es sinónimo de infierno», afirmó Ban en Nueva York.
El Consejo de Seguridad de la ONU podría votar este fin de semana una resolución francesa que solicita el despliegue de observadores internacionales.
La operación de evacuación, iniciada el jueves, debía durar varios días, pero el ejército sirio la suspendió el viernes por la mañana tras asegurar que los rebeldes «no respetaban las condiciones del acuerdo».
«Los rebeldes abrieron fuego, quisieron llevarse armas no incluidas en el acuerdo y partir con rehenes», es decir, llevarse a los militares o funcionarios gubernamentales que estaban en su poder, dijo una fuente militar siria.
Hacia las 11:00 horas (09:00 GMT) se escucharon disparos en Ramusa, por donde transitan los evacuados de los últimos barrios del este de Alepo aún controlados por los rebeldes.
Por su parte, el presidente ruso Vladimir Putin, principal apoyo del gobierno sirio, declaró que la «próxima etapa» en Siria será «un alto el fuego en el conjunto del territorio», para lo cual Rusia negocia con la oposición armada a través de Turquía.
Obama cuyo mandato, marcado por el fracaso en Siria, termina el mes que viene, reconoció que se sentía responsable.
«No puedo afirmar que hayamos tenido éxito (en Siria) y eso es algo (…) con lo que tengo que ir a la cama todas las noches, pero sigo creyendo que era la estrategia adecuada», dijo Obama en una conferencia de prensa.
Quedan 40.000 civiles por evacuar
El emisario de la ONU para Siria, Staffan de Mistura, estimó que aún quedan unos 40.000 civiles y entre 1.500 y 5.000 combatientes en el último reducto rebelde en Alepo mientras que el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH) calculaba por su parte que ya fueron evacuadas unas 8.500 personas, entre ellas 3.000 combatientes.
Entre las personas evacuadas hay por lo menos 250 heridos, dijo por su parte Ahmad al-Dbis, jefe de una unidad de médicos y voluntarios que coordina la evacuación de los heridos. Al menos 50 heridos fueron trasladados a Turquía.
La suspensión de la evacuación pudo deberse a un bloqueo en la evacuación de los heridos en las localidades chiitas favorables al gobierno de Fua y Kafraya, en la provincia de Idlib (noroeste), sitiadas por los rebeldes, sostuvo el OSDH.
La salida de esos heridos era una de las condiciones del acuerdo firmado por el ejército sirio y los rebeldes.
Antes de la suspensión, ambulancias y autobuses siguieron trasladando gente durante toda la noche desde los barrios del este de Alepo, bajo control rebelde, hacia los sectores rurales de la provincia de Alepo en manos de los insurgentes.
El gobierno del presidente Bashar al Asad espera el fin de la evacuación para proclamar oficialmente la victoria en Alepo, la más importante desde el inicio de la guerra civil en 2011.
La provincia de Idlib, adonde van los evacuados, es ahora el último bastión de la rebelión, que además controlan la mayoría de la provincia meridional de Deraaa y algunas zonas dispersas, sitiadas por el ejército, cerca de Damasco.
En la capital, la explosión en una comisaría de un artefacto explosivo activado a distancia por una niña de siete años, que pidió pasar al baño antes de que estallara el dispositivo, dejó tres policías heridos, según medios del régimen.
La guerra civil siria causó desde 2011 la muerte de más de 310.000 personas.