Champions: Real Madrid-Manchester City

Guardiola hurga en la crisis

El Manchester City ganó en el Bernabéu en un partido en el que el Real Madrid mereció más y desperdició media docena de ocasiones

A pesar de la derrota la imagen del Madrid, que lo intentó hasta el final, da una vida extra a Xabi Alonso

Rodrygo, Turpin, Xabi... los mejores memes del Real Madrid-Manchester City

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El Real Madrid perdió 1-2 ante el Manchester City.

Guardiola metió el dedito en la crisis del Real Madrid. Su Manchester City ganó en el Bernabéu aunque mereció incluso perder. El equipo de Xabi Alonso se vació y lo intentó todo, pero sucumbió víctima de su propia falta de puntería. Sin Mbappé, el Real Madrid no tiene gol. Adelantó a los blancos Rodrygo, que volvió a marcar tras 32 partidos de sequía, pero el City remontó con dos goles a balón parado antes del descanso. La imagen del equipo madridista, que lo dejó todo en el campo, da una vida extra a Xabi Alonso al menos hasta el domingo en Mendizorroza.

Xabi Alonso llegaba al Bernabéu con la incómoda sensación de asistir a su propio entierro en vida. Su apolíneo cuerpo estaba listo para pasar por tanatopraxia a poco que el doctor Guardiola certificara el deceso prematuro de un proyecto demasiado atrevido para un club tan conservador (y a veces tan tóxico) como el Real Madrid. Los que mandan en el Madrid son más de sexagenarios con rebequita y pelliza como Ancelotti o Del Bosque que de entrenadores jóvenes que quieran poner –¡qué osadía!– a los jugadores a correr y a trabajar. Sólo faltaría.

El caso es que Xabi Alonso, lastrado por las seis bajas, seis, en defensa y la colosal ausencia de Mbappé, que apenas estaba de cuerpo presente, meó con la suya. Habría tiempo de comprobar la potencia de su chorro, pero a Fede Valverde, que no le gusta ser lateral derecho, le colocó de lateral derecho, a Bellingham, que no le gusta ser centrocampista, le puso de centrocampista, y a Rodrygo, el hombre sin gol, que no le gusta jugar por la derecha, le puso por la derecha. Ah, y metió en el once a Ceballos y a Gonzalo, que llevaban un siglo sin ponerse la camiseta de titular. Meó con la suya, vive Dios.

La alineación del Real Madrid distaba mucho, muchísimo, de ser el once de gala, pero era lo que había: Courtois; Valverde, Asencio, Rüdiger, Carreras; Tchouaméni, Ceballos, Bellingham; Rodrygo (32 partidos seguidos sin marcar), Vinicius (11) y Gonzalo (14). Enfrente Guardiola elegía a un equipo reconocible, con la sorpresa de Cherki por Reijnders, pero con Foden, Doku y Haaland como su imponente tridente ofensivo. El Manchester City, un clásico ya de la Champions, amenazaba con terminar por la vía rápida con el proyecto de Xabi Alonso.

Por fin el Madrid de Xabi

Con el Bernabéu ataviado con el uniforme de las grandes noches de la Champions, nos dieron las nueve y arrancó el fútbol. Raudo se quedó la pelota el Manchester City y hundió al Real Madrid. Sin embargo, la actitud de los blancos fue my otra y así llegaría el penalti sobre Vinicius. Robo de Bellingham y robo de Gonzalo en sendas acciones de presión. Turpin lo revisó, a instancias del VAR, y lo sacó fuera del área… porque era fuera del área. La falta, peligrosísima, la sacó Rodrygo en corto para Fede Valverde, cuyo trallazo lo repelió un defensor del City. Vibraba el Bernabéu porque su equipo había salido a morder. Y a sufrir. Lo que tocaba.

El Madrid apostó por las contras. Era el Real Madrid de los atletas y así, a la carrera, llegaría otra ocasión. La gestó Rodrygo por la derecha y la falló Vinicius, en el mano a mano ante Gvardiol y Donnarumma, por la parte izquierda. Otro uy en el Bernabéu. El City no se descompuso y siguió con sus posesiones largas. Replegaban los de Xabi Alonso en 4-4-2 con Bellingham y Rodrygo ayudando mucho en las bandas. Y atacaba en estampidas como en los tiempos de Mourinho.

Vinicius y Rodrygo se entendían con la complicidad de Koldo y Ábalos y jugaban como balas. No veían puerta, vale, pero eran nocivos para la defensa del Manchester City. Haaland, en el área contraria, no había rascado bola. Y que siguiera. Tuvo un rifirrafe con Asencio al que mandó a Plaza Castilla con un solo brazo, pero la cosa no llegó a mayores. El central del Real Madrid tomó un taxi y regresó al Bernabéu.

Seguía en el partido el Real Madrid. Curraba, presionaba, defendía y atacaba. Así llegaría el primero. Lo marcó Rodrygo (lo juro), que se sacudió los fantasmas de 32 partidos consecutivos sin marcar. La jugada la inició Carreras con una recuperación de balón, se la dio a Gonzalo, que tocó para Bellingham. El inglés abrió la pelota para Rodrygo. El brasileño aceleró, levantó la cabeza y la cruzó al palo largo de Donnarumma. Lo celebró como si el gol hubiera valido una Champions porque se acaba de quitar toneladas de peso de encima.

Marca Rodrygo, regala el Madrid

El Bernabéu volvía a ser un manicomio. Ya saben lo que nos pone la Champions. Y el Real Madrid quería más. Pudo haber logrado Bellingham el segundo, pero Vinicius tardó demasiado en dársela y su disparo dentro del área se topó con Rúben Dias. Y de ahí vino el empate del Manchester City en su primer tiro a puerta. Lo logró O’Reilly de rechace a la salida de un córner. Bellingham primero y Carreras después perdieron sus respectivas marcas y permitieron al jugador del City marcar tras el rechace de Courtois.

El Real Madrid acusó el sopapo de haber encajado un gol en el primer tiro a puerta del Manchester City. Crecieron los de Guardiola, siempre cómodos con la pelota, y el VAR revisó una jugada en el área entre Rüdiger y Haaland. El central del Madrid se desentendió de la pelota, empujó al noruego y a Turpin le bastó revisar la jugada una vez para señalar el penalti. Lo ejecutó el propio Haaland y anotó el 1-2. El City había dado la vuelta al partido en un pispás y sin necesidad de hacer gran cosa.

Reclamó después el Real Madrid un penalti en el área sobre Asencio, que se fue al limbo. En la contra posterior, ya en el 45, apareció Courtois para meter sendas manos salvadoras a Haaland y a Cherki que evitaron que el Manchester City se hubiera marchado con un inmerecidísimo 1-3 al descanso. Se fueron con 1-2, también inmerecido pero al menos los de Xabi Alonso seguían en el partido.

Sufre el Madrid

Reanudóse el juego y el Real Madrid pasó a jugar con tres atrás y Tchouaméni incrustado entre los centrales para que Valverde y Carreras tuvieran más amplitud en los costados. Pero el Manchester City secuestraba la pelota y se defendía con ella. Los dos tantos del equipo de Guardiola habían narcotizado a un Bernabéu que se había quedado paralizado como una liebre deslumbrada por los faros de un coche.

En el 49 Bellingham desperdició una ocasión clamorosa en el mano a mano con Donnarumma. La intentó picar pero se le fue arriba. Esas los cracks las meten. Mientras, Mbappé se mordía las uñas en el banquillo. Si ni siquiera estaba calentando en la banda es porque el francés andaba tieso de verdad. En el 57 entró Güler por Gonzalo y Bellingham pasó arriba con Vinicius. Mientras, el Manchester City cocinaba el tercero. El Madrid atrás era un flan.

En el 61 Doku, que había reventado ya a Valverde, también sentó a Asencio y hubiera logrado el tercero de no ser por las yemas de los dedos de un Courtois que estaba sosteniendo al Real Madrid. Xabi Alonso metió en el 64 a Brahim por un fundido Ceballos. El equipo volvía al 4-3-3 con Brahim, Vinicius y Rodrygo arriba. Pero el Madrid sólo estaba de cuerpo presente. Pep preparó un triple cambio: Reijnders, Marmoush y Savinho. Más madera. Salieron del campo Haaland, Foden y Cherki.

Fallan Vinicius y Endrick

La tuvo en su testa Vinicius en el 76 tras un buen centro de Rodrygo, pero cabecear no es su mayor virtud. Xabi Alonso agotó su tercera ventana nada más y nada menos que con Endrick, inédito toda la temporada, que sustituyó a Asencio en el 78. Ya no cabían más delanteros en el Real Madrid. Apretaron los de Xabi en la enésima demostración de orgullo de Champions.

Perdonó Vinicius en el 78 un remate de media volea en el que estaba solo en el segundo palo y la echó al techo del Bernabéu. En el otro área Rüdiger estaba perpetrando el partido de su jubilación. No hacía nada más que faltas e ir al bulto. En el 84 la tuvo Endrick en un cabezazo a bocajarro tras un buen centro de Carreras que repelió el travesaño de Donnarumma.

Se desesperaban los jugadores del Real Madrid, que no cejaron en su empeño de atacar el área del Manchester City hasta el último minuto. Lo hicieron sin puntería, sin suerte y sin premio, así que Guardiola hurgó en la crisis y se llevó los tres puntos del Bernabéu. Mereció mucho más el Madrid, que compitió hasta el final y se vació. La derrota, por la forma de perder, da una vida extra a Xabi Alonso… al menos hasta el domingo en Mendizorroza.

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