Cómo adiestrar a un cachorro desde el primer día
Si tienes un perro cachorro, resulta esencial educarlo desde el primer día para asegurar una feliz convivencia durante los próximos años y disfrutar junto con nuestro perro de todo lo bueno que tiene el poder contar con él en casa. Veamos entonces, paso a paso y de manera fácil, cómo adiestrar un cachorro desde el primer día.
Los perros son siempre motivo de alegría en casa. Basta con darles cariño para recibir por parte de ellos un amor incondicional, pero también se necesita que el perro tenga disciplina y esté educado, algo que solo podemos conseguir si iniciamos su adiestramiento desde la etapa de cachorro. Piensa que los primeros meses en la vida de cualquier perro resultan clave para que aprendan a comportarse, a respetar determinadas zonas de la casa o a que sencillamente, aprendan a hacer sus cosas en la calle, de modo que veamos qué pasos seguir para que puedas adiestrar a tu cachorro desde el primer día y de este modo lograr que vuestra convivencia, sea la mejor de todas.
Pasos para adiestrar un cachorro desde el primer día:
- Acercamiento al cachorro: El cachorro entiende los mensajes que transmitimos a través del tono y el ritmo de la voz, la postura, los gestos y nuestro movimiento, mientras que ellos no entienden las palabras de modo que desde el primer día debes asumir que tu perro no entenderá lo que dices en términos de significado, pero dependiendo del tono y tu posición te va a entender mejor. De este modo, si te expresas hacia él con posición agachada, una sonrisa y un dulce voz le estarás dando un mensaje de tranquilidad.
- Para interactuar con el cachorro es necesario entonces llamarlo bajando un poco sin mirarlo cuando llegue, sonriendo y usando una voz dulce y persuasiva. Tan pronto como se acerque, recompensalo. Es posible que los primeros días no atienda mucho a su nombre, debes llamarlo haciendo un chasquido de dedos o sencillamente abriendo los brazos, mientras repites su nombre, verás como va hacia ti corriendo.
- Cuando, en cambio, desees reprochar al cachorro, toma una posición de irritación, es decir, las manos en las caderas con un torso un poco hacia adelante, una mirada directa movimientos lentos y tono autoritario (lo que no significa gritar). Nunca te dediques a perseguir al cachorro cuando haga algo malo porque saldrá corriendo y sentirá que él domina la situación o pensará que estás jugando. Cuando lo llames con tono autoritario, no le mires a los ojos porque creerá que quieres atacarle y puede que reaccione mal. Tan solo debes llamarlo y mirar hacia su parte posterior mientras llega.
- Con respecto a los tonos de voz, y para que los identifique como algo bueno o malo, debes exagérarlos un poco al principio. Además procura que siempre que uses el tono dulce, le das una recompensa para que sepa que es algo bueno, mientras que de inmediato reconocerá que el otro tono es algo malo.
- Por otro lado, levantar la voz para castigar o reñia al cachorro no es necesario porque no es sordo. Además, gritar, correr y gesticular para detener la agitación del cachorro tiene el efecto opuesto de hacer que la agitación sea incontrolable y el cachorro ya no puede recibir las órdenes.
- No olvides además que educar al cachorro desde el primer día implica la administración de premios, que pueden ser comida, caricias, tono de voz dulce o sencillamente que lo cojas en brazos. Recompensar una acción implica repetirla en el futuro con la posibilidad de recibir futuras recompensas. Piensa que el cerebro del cachorro funciona de un modo muy simple. Si hace algo bueno y recibe una recompensa, sabrá que repitiendo la acción recibirá de nuevo el regalo, algo que nos puede venir muy bien cuando queramos que aprenda a evacuar en la calle o el lugar destinado para ello.
- Por ello, siempre recompensa durante el primer período de aprendizaje y luego gradualmente con menos frecuencia a medida que el perro ya se haya acostumbrado y ya sepa lo que debe hacer.
- ¿Qué recompensas son las mejores? El alimento como salchichas cocidas o su propio pienso suele ser algo que les gusta de inmediato, pero también pueden ser caricias y como no, un tono de aprobación mientras le miras a los ojos o que le des un beso.
- Por otro lado, nunca recompenses la emoción de un perro (por ejemplo, cuando se encuentra con otro perro) dándole caricias para tranquilizarlo o mostrando temor porque esto solo aumenta la emoción. Cuando el cachorro tiene miedo, tiembla y gime, animarlo con caricias premia el miedo que tanto se anima.
- No olvides tampoco tu actitud corporal cuando se trata de llegar a casa o de estar con gente mientras el cachorro está presente. Si por ejemplo llegamos a casa solos o con más personas y el cachorro se abalanza sobre nosotros y le hacemos caso, tan solo lograremos que esa actitud nunca cambie y reciba a todo el mundo saltando encima. Debemos ignorar al cachorro al entrar en casa, o al estar con otras personas, que él note que no es el centro de atención y verás como se acostumbra a recibirte con tranquilidad. Incluso si tienes un cachorro que se emociona demasiado cuando llegas a casa, debes darle la espalda y decirle «no» de manera seca. Verás como se acostumbra a sentarse o a esperar tranquilo hasta que te gires para que le hagas caso.
- En cuanto a cómo castigar al cachorro desde el primer día cuando se porte mal, siempre debe hacerse durante o al final de una acción y nunca cuando la acción hace rato que ha terminado. El castigo debe ser desagradable y proporcional a la acción, para que sea fácil de entender. Siempre debe ir precedido de una amenaza como una advertencia verbal (un «no» seco). Posteriormente siempre se utilizará ese reproche. Por otro lado, cada castigo debe ser seguido por un «sí» y una recompensa cuando el cachorro obedezca.
- Además el castigo puede ser: Directo: tomar suavemente al cachorro por el cuello y presionar hacia abajo hasta que se relaje (al igual que haría madre) o hacer una ligera presión en el pecho hasta ver que está relajado. También puede ser Remoto: con un tono de voz y actitud autoritaria, un ruido seco como un gople en la mesa o una palmada. Una vez veas que el perro ya está en una posición de sumisión puedes dejar de reñirle ya que habrá entendido el mensaje.
- Por último debes saber que para educar bien al perro, tan solo debes castigar las acciones del perro y no al perro. De hecho, en la naturaleza esto no existe así que el perro nunca va a entender que lo encierres por haber hecho algo malo. Es más efectivo reñirle en el momento que lo hace y punto. Si lo haces cuando han pasado horas, no entenderá nada y tampoco te hará caso.
En los perros, el área cerebral necesaria para el llamado rencor (lóbulo frontal) no está muy desarrollada, por lo que si el perro repite la acción a pesar del castigo, significa que no se ha entendido bien y debemos proceder de nuevo con lo explicado; de hecho para la educación del perro debes ser constante los primeros meses y premiar cualquier resultado positivo en cuanto lo haga.