Pablo Alborán confiesa cuáles son sus manías antes de subir al escenario

A pesar de que algunos cantantes llevan años en la industria musical todavía se siguen descubriendo cosas curiosas que hasta el momento se desconocían de ellos. Este ha sido el caso de Pablo Alborán, que en una entrevista con Ona Carbonell en Xperiencias de Caixabank ha revelado algunas de sus manías y rituales a la hora de subirse al escenario.

El malagueño ha contado que hasta en dos ocasiones en dos giras distintas se ha hecho todas las fechas con unas mismas botas. Este calzado le dio suerte en una ocasión y ya no pudo quitárselas en lo que restaba de conciertos, aunque poco le importaba. “Daba igual lo que yo me pusiera arriba. Iba combinado como un cuadro impresionista superchungo”, ha confesado el artista.

 

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Se trataba de unas botas de color blanco o prácticamente blanco debido al uso. Él tenía la superstición de que le daban suerte y, además, eran cómodas. Sin embargo, si que es verdad que por su color no eran la prenda más fácil de combinar ni era el calzado más a la moda en el momento.

Eso es una manía, pero Pablo Alborán sigue también una serie de rituales antes de subirse al escenario. Una vez con su vestuario de confianza puesto, lo que no le puede faltar en el camerino de todos sus shows es algún tipo de chuchería. Una de sus favoritas son los regalices y suelen ser las que más suele pedir. Los últimos minutos antes de subir al escenario reparte abrazos a todo su equipo en un orden específico. Empieza abrazando a las personas que menos tiempo llevan con él trabajando y termina con los que más. Con estos últimos comparte abrazos más largos ya que son “los de siempre” y con los que se siente más seguro.

Por último, mira al cielo buscando a su abuelo materno, que era de origen francés. A él le guarda un cariño especial debido a la relación que compartían. Siempre quiso que su nieto estudiara ciencias y esto nunca ocurrió ya que el artista comenzó estudiando Filosofía y luego se pasó a Publicidad y Relaciones Públicas. Finalmente, no estudió ninguna y se dedicó por completo a la música. El resto, es historia.