¿Qué premio se lleva el pueblo ganador del ‘Grand Prix’?
El Grand Prix ha vuelto por todo lo alto gracias a una espectacular audiencia, demostrando que había muchas ganas por parte de los espectadores para disfrutar de todo un clásico del verano. Con muchas novedades, pero con Ramón García a la cabeza, el concurso reparte un premio mucho menor del que todos esperan para el pueblo ganador.
Ocho pueblos han sido los seleccionados para participar en esta nueva temporada, aunque fueron más de 120 los que quisieron hacerlo, por lo que hubo que realizar un sorteo ante notario para seleccionar a los afortunados. Tal y como contó el presentador durante la presentación, tras las elecciones municipales del pasado mes de mayo muchos declinaron la oferta por el cambio de Gobierno.
De los ocho participantes, solo dos conseguirán llegar a la gran final, será ahí donde los habitantes luchen por el premio de 30.000 euros que se embolsará el ganador. Hay que recordar que ese dinero irá a parar a las cuentas del Ayuntamiento, que deberá utilizarlo en beneficio de todos los vecinos.
Aunque pueda parecer una importante cantidad, lo cierto es que en el año 1995, cuando se estrenó, el pueblo ganador del Grand Prix se llevó seis millones de pesetas de entonces, 36.000 euros en la actualidad. Además de la diferencia evidente, hay que contar con la inflación, por lo que el valor del premio ha bajado considerablemente.
🙌 Y hasta aquí, el primer programa del Gran Prix del verano.
Esperamos que lo hayáis pasado muy bien y volvemos la semana que viene con Brion (Galicia) y Yepes (Castilla la Mancha).Programa ya disponible en @rtveplay. pic.twitter.com/eXBbrG1FIE
— Grand Prix del Verano (@GrandPrix_tve) July 24, 2023
Pero no acaban hay las malas noticias para el pueblo que consiga ganar este año el programa, por que las diferencias no acaban ahí. Debido a la prohibición de emitir publicidad en TVE desde el año 2009, no será posible llevarse premios de marcas patrocinadoras, como si ocurría en el pasado.
Uno de los premios más codiciados por los alcaldes era un enorme lote de bombillas que una conocida marca regalaba cada noche al patrocinar una de las pruebas. De esta manera los consistorios podían ahorrar una importante cantidad a la hora de renovar el alumbrado.
Pero el premio por participar en el Grand Prix va más allá de lo económico, ya que muchos alcaldes piensan en la gran promoción de su localidad en televisión. Además de las locas pruebas, el programa muestra a los espectadores los mejores lugares de cada pueblo, una publicidad completamente imposible de pagar por muchos de esos pueblos que acuden.
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