Parece salchichón ibérico pero no lo es: el extraño embutido leonés que sorprende en el resto de España

Los embutidos están en lo más alto de la gastronomía española. Lomo, jamón, chacina… y, por supuesto, el salchichón. Este clásico de las charcuterías y tapeos se suele elaborar con carne de cerdo, especias, un poco de grasa y paciencia.
Hay salchichones de de todo tipo: cular, de jabalí, de venado, de pavo o incluso de Aragón, con sus matices regionales. Pero todos siguen una lógica parecida. Todos… menos uno.
En León hacen un embutido que, a primera vista, parece un salchichón ibérico más. Pero basta con leer la etiqueta o, mejor, probarlo, para darse cuenta de que no lo es.
El extraño embutido leonés que parece uno más (pero no lo es)
Se trata del salchichón de potro, un embutido que, aunque discreto en aspecto, despierta curiosidad e incluso rechazo entre quienes no están familiarizados con él.
Este salchichón se elabora a partir de carne de potro mezclada con panceta de cerdo, sal y especias naturales. La mezcla se embute y se deja curar durante unos 60 días.
Hay varias pequeñas producciones en la provincia de León, donde aún se conserva esta tradición. En Villaquejida, por ejemplo, algunas familias mantienen su propia ganadería y elaboran el embutido de forma artesanal.
El potro es un caballo joven, desde que nace hasta que muda los dientes de leche, algo que suele ocurrir hacia los cuatro años y medio. Su carne es muy tierna y tiene un alto valor nutricional.
Contiene altos niveles de hierro y bajo contenido graso, lo que la convierte en una opción interesante para niños, personas mayores, deportistas o pacientes con anemia.Y para quienes no tienen problema con que provenga de un caballo, es una delicia de primera.
El resultado final es un salchichón suave, ligeramente dulce y con una textura menos grasa que la del cerdo. No intenta parecerse al ibérico, aunque en apariencia pueda engañar. Tiene su propio carácter, más ligero, pero con cuerpo.
El salchichón que no verás en tiendas para turistas
En León, el salchichón de potro no es ninguna rareza. Forma parte del recetario local y se encuentra en mercados o ferias de productos tradicionales. Fuera de León, la cosa cambia. Hay gente que ni lo prueba solo por saber que lleva carne de caballo.
Por otro lado, quienes lo prueban suelen coincidir: es diferente, pero bueno. Su sabor no es fuerte, y eso lo hace más fácil de aceptar para quien no está acostumbrado. No obstante, sigue siendo un producto minoritario, más presente en entornos rurales que en grandes ciudades.
El salchichón de potro no aparece en tiendas para turistas ni en folletos que promocionan vacaciones en España, pero es un embutido clásico, de los de toda la vida, con una receta que ha pasado de generación en generación y que todavía se mantiene.
Si nunca lo has probado, quizá sea el momento de comer una rebanada sólo por curiosidad. Y quién sabe, tal vez hasta te acaba gustando para meterlo en un bocata.