Eurocopa 2020

Dubravka, las manos de pianista que quieren parar a España

Martin Dubravka es uno de los grandes referentes de la selección de Eslovaquia. El portero del Newcastle está siendo uno de los grandes destacados del torneo. Tocar el piano es una de sus grandes aficiones

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El portero de Eslovaquia, Martin Dubravka. (AFP)

Las manos de Martin Dubravka amenazan el pase de la Selección a los octavos de final de la Eurocopa. El portero es una de las grandes esperanzas del equipo eslovaco para poder dar la sorpresa y plantarse en la siguiente ronda del torneo continental.

El guardameta del Newcastle United está siendo uno de los protagonistas de la Eurocopa gracias a varias paradas cruciales en los encuentros contra Polonia y contra Suecia que permiten a Eslovaquia llegar con todas las opciones a la última jornada.

Mientras que España tiene que ganar para asegurarse el pase a octavos de final a Eslovaquia le vale con un simple empate. Los delanteros de la Roja no están atravesando su mejor momento en la Eurocopa y su próximo objetivo está en batir a un portero que llega convencido. «Vimos a Suecia empatar con España. Claro que podemos luchar por el mejor resultado posible», asegura.

El portero eslovaco es un apasionado de la música y de la lectura. Desde niño aprendió a tocar el piano en un conservatorio aún hoy dedica muchas horas a tocar en su casa. Dubravka, que siempre ha reconocido tener como referentes a Iker Casillas y a Petr Cech, llegó a ir a dos universidades aunque las tuvo que abandonar por su éxito futbolístico.

El portero, de 32 años, fichó por el Newcastle procedente del Sparta de Praga en 2018 cuando Rafa Benítez estaba al frente del conjunto inglés y se convirtió en indispensable bajo los palos. Dubravka no se había perdido ni un solo partido en la Premier League en las temporadas 18-19 y 19-20, firmando un contrato por seis años más en St. James Park.

Sin embargo, Dubravka se vio obligado a dejar su sitio a Karl Darlow el verano pasado debido a una lesión en el tobillo, que lo tuvo fuera de los terrenos de juego durante seis meses.

«Algún día tenía que ocurrir. Jugué demasiados partidos y mi cuerpo acabó pidiendo un descanso», afirmó el guardameta, que también sufrió el coronavirus al mismo tiempo.

Tras recuperarse necesitó tiempo y la presión por parte de los aficionados del Newcastle para que el técnico Steve Bruce decidiera volver a darle una oportunidad. Fue a finales de febrero y jugó los últimos 13 partidos de la temporada con las urracas.

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