Zapatero tranquilizó el jueves a Puigdemont en Suiza sobre el PSOE: «Lo de la corrupción es algo pasajero»
Junts ha dejado claro que no apoyarán ninguna ley más del Gobierno mientras no se cumplan íntegramente los compromisos del acuerdo de investidura


El ex presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, se desplazó el pasado jueves a Suiza para mantener un encuentro clave con la cúpula de Junts per Catalunya, en un intento desesperado por salvar los apoyos parlamentarios del partido independentista al Gobierno de Pedro Sánchez. En medio de la tormenta judicial que azota al PSOE por múltiples casos de corrupción, Zapatero intentó tranquilizar a Carles Puigdemont con un mensaje que suena más a deseo que a realidad: «Lo de la corrupción es algo pasajero», según ha podido saber en exclusiva OKDIARIO.
La reunión contó con la presencia de Zapatero y Juanfran Serrano por parte del PSOE –ante la ausencia de Santos Cerdán, actualmente en prisión preventiva–, y de Puigdemont, Jordi Turull y Míriam Nogueras por Junts. El encuentro tenía dos objetivos principales: conseguir el apoyo independentista para la controvertida reforma judicial impulsada por el ministro Félix Bolaños y tantear la posición de los catalanes de cara a unos eventuales Presupuestos Generales del Estado.
Sin embargo, según fuentes cercanas a las negociaciones, los avances fueron prácticamente nulos. Junts ha dejado meridianamente claro que no apoyarán ninguna ley más mientras no se cumplan íntegramente los compromisos adquiridos en el acuerdo de investidura. Entre las carpetas pendientes destacan la aplicación total de la amnistía a Puigdemont, la oficialidad del catalán en las instituciones europeas y la cesión de las competencias de inmigración a la Generalitat.
La preocupación principal de Junts radica en saber si los problemas judiciales del PSOE, incluida la situación de Cerdán, impactarán sobre el cumplimiento de los acuerdos de investidura que los socialistas firmaron para hacer presidente del Gobierno a Pedro Sánchez. El mensaje de que la corrupción será «algo pasajero» suena a canto de sirena en medio de una tormenta que, lejos de amainar, amenaza con intensificarse en los próximos meses.
La denominada Ley Bolaños, oficialmente conocida como Ley Orgánica para la Ampliación y Fortalecimiento de las Carreras Judicial y Fiscal, ha generado un rechazo frontal en el poder judicial. La propuesta ha provocado una histórica huelga de tres días de jueces y fiscales, además de concentraciones sin precedentes frente al Tribunal Supremo. A pesar de este malestar generalizado, el PSOE insiste en sacarla adelante, consciente de que necesita imperiosamente los votos de Junts.
Resulta llamativo el intento del PSOE de minimizar ante los independentistas el impacto de los escándalos de corrupción que sacuden al partido. La climatología política augura una borrasca judicial sin precedentes que amenaza con llevarse por delante al Gobierno de Sánchez. Los casos se multiplican, las detenciones se suceden y la credibilidad del Ejecutivo se desmorona día a día.
Los de Puigdemont, lejos de ser ingenuos, son plenamente conscientes de la debilidad del Gobierno y ven en esta coyuntura lo que Turull define como «un escenario de oportunidades». El secretario general de Junts aprovechó para elevar el listón de las exigencias, pidiendo un nuevo referéndum de independencia apenas 24 horas después de que el Tribunal Constitucional avalara la Ley de Amnistía.
Estas reuniones mensuales en Suiza y Bélgica entre socialistas y los de Junts, que se vienen celebrando desde el inicio de la legislatura, tienen como objetivo fiscalizar el grado de cumplimiento de los acuerdos. Sin embargo, cada encuentro evidencia más la distancia entre las promesas del PSOE y la realidad, mientras Junts endurece su posición aprovechando la vulnerabilidad de un Gobierno acorralado por la corrupción.
La estrategia de Zapatero de mantener una «labor positiva» de atracción hacia políticas progresistas choca frontalmente con la realidad de un PSOE sumido en escándalos judiciales y un Junts que ve la oportunidad perfecta para maximizar sus réditos políticos en esta legislatura tambaleante.