La tensión con Rabat deja en el aire la construcción de más patrulleros marroquíes en Cádiz
España ha querido jugar a dos bandas con Marruecos. Por un lado, ha pretendido acercarse a Rabat para destensar el enfrentamiento generado a raíz de la acogida en España del líder del Frente Polisario, Brahim Ghali, para atenderle tras enfermar de Covid. Y, por otro, ha intentado mantener una relación de cercanía hacia Argelia, el principal proveedor de gas natural de España. Pero Marruecos sigue reforzando sus lazos con Estados Unidos, Israel, Alemania y Francia. Y con esos apoyos, tiene capacidad para reorientar sus proyectos militares. Resultado: el cuerpo diplomático español ya ha anunciado que el nuevo patrullero marroquí se finalizará. Pero los posibles nuevos encargos -se habló de hasta tres patrulleros más- quedan en el aire.
La tensión con Marruecos no ha desaparecido ni mucho menos. Y la pueden pagar los astilleros en Cádiz. Hace ya dos años largos que la mediación del Rey Felipe VI con el rey de Marruecos, Mohamed VI, se tradujo en la construcción de un patrullero en Cádiz con destino al Ejército marroquí. Las gestiones reales dieron paso a la mediación diplomática y administrativa. Y el resultado fue una gran expectativa: si el patrullero respondía a los deseos de Rabat y la relación entre España y Marruecos era cordial, el encargo podría ampliarse: a una más de forma muy probable, y hasta alcanzar tres patrulleros adicionales.
Hoy por hoy, los encontronazos entre España y el país vecino han dejado en el aire esta ampliación de contratos, como ya ha alertado la diplomacia española. El actual año nació con un esperanzador mensaje de la ministra de Hacienda, María Jesús Montero. En una visita, el 8 de enero, al astillero de San Fernando, la ministra supervisó la marcha de distintos encargos -cinco corbetas de Navantia para Arabia Saudí- y anunció un contrato cuyo mérito correspondía a Zarzuela: un encargo nuevo para construir para Marruecos un patrullero militar.
En aquel momento, se filtró ya que ese pedido abría la puerta a un segundo buque militar, aunque no se formalizó el acuerdo para la segunda embarcación. La tensión entre España y Marruecos no ha ayudado ahora a que esa relación comercial fructifique. Más bien lo contrario. Marruecos, de hecho, ha abierto sus miras a otros aliados. De este modo, cerró el 24 de noviembre un acuerdo de cooperación militar con Israel, su cercanía a Estados Unidos sigue creciendo y se materializa en la compra de cazas; y, además, ha logrado nuevos acuerdos con Emiratos Árabes para reforzar su fuerza aérea con más cazas.
Los patrulleros en cuestión corresponden a la denominada serie Avante. Se trata de embarcaciones de 1.500 toneladas y 80 metros de eslora, con una autonomía de 4.000 millas y una tripulación de 40 personas. Son patrulleros de altura y sus características los hacen idóneos para la vigilancia del litoral y labores de salvamento.