El Supremo confirma los 92 años de cárcel para el miembro de ETA que quiso matar al Rey Juan Carlos

Eneko Gogeaskoetxea
El etarra Gogeaskoetxea, durante el juicio.

Han pasado casi 20 años del atentado etarra en el que un ertzaina que evitó el salvaje asesinato del Rey Juan Carlos resultó asesinado. Y este jueves, la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo ha confirmado la condena de 92 años de cárcel impuesta por la Audiencia Nacional al ex dirigente etarraEneko Gogeaskoetxea, de conformidad con lo solicitado por la Fiscalía.

Fue durante la inauguración del Museo Guggenheim de Bilbao, en octubre de 1997, la instalación que sirvió de impulso modernizador para la capital vizcaína, en pleno proceso de transformación urbana y social.

Durante la vista celebrada por este asunto el pasado 18 de octubre, el representante del Ministerio Público argumentó en contra de todos los motivos del recurso de la defensa de Gogeaskoetxea e insistió en que el objetivo del atentado era el Rey y, si se fallaba, causar el mayor daño en el acto de inauguración.

La defensa había solicitado que se eximiera a su cliente del delito contra la Corona por el que fue condenado alegando que las ordenes que llegaron al «comando» por parte de María Soledad Iparraguire, alias Amboto, eran las de atentar contra el museo, no contra el Rey.

De conformidad con la Fiscalía, el Supremo también otorga legalidad de la principal prueba de cargo, la declaración del ya condenado por estos hechos Kepa Arronategui, negando que puedan ser atribuidas a malos tratos.

La Audiencia Nacional condenó a Gogeaskoetxea como culpable de un delito contra la Corona, otro de falsificación en documento oficial, un homicidio, depósito de armas de guerra, tenencia ilícita de arma corta y coacciones y ordena que pague una indemnización de 500.000 euros a la viuda de la víctima.

Comando ‘Katu’

Los magistrados Concepción Espejel, Julio de Diego y Enrique López consideraron probado que Gogeaskoetxea formaba parte del comando ‘Katu’ cuando recibió la instrucción de la dirección etarra de matar al Monarca, un encargo que el acusado «aceptó» y para lo que preparó la detonación de tres grandes jardineras con el fin de lanzarlas a las escaleras de acceso de la entrada principal del museo.

El comando, que constituía junto con el ya condenado Kepa Arronategui, fue sorprendido por dos agentes de la Ertzaintza que vigilaban el perímetro del Guggenheim. El acusado disparó en dos ocasiones al policía José María Aguirre, que falleció en el acto, tras lo cual huyó junto a su compañero en un vehículo que robaron a una conductora tras amenazarle a punta de pistola.

La sentencia de la Audiencia Nacional rechazó que los delitos estén prescritos y tiene en cuenta la declaración que prestó ante la Ertzaintza su compañero de comando, y descarta su versión de que le «pusieron una declaración y tuvo que firmarla» puesto que los agentes desconocían «absolutamente» la participación de Gogeaskoetxea.

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