«Somos una cabeza de turco para que la gente deje de manifestarse»

Ascensión y su hija, Anabel, han sido acusadas por la Fiscalía de Madrid, cuyo máximo representante es la ex ministra socialista Dolores Delgado, a seis meses y un año de cárcel respectivamente por un suceso ocurrido cuando paseaban frente al casoplón del vicepresidente segundo del Gobierno, Pablo Iglesias, en la urbanización La Navata de Galapagar. El Ministerio Público sostiene que se saltaron el perímetro de seguridad que rodea el chalet del líder podemita, pero las vecinas insisten en que la calle no estaba cortada. Lo cierto es que no había ninguna zona acordonada ni tampoco vallas que alertaran de la prohibición del paso.

OKDIARIO ha entrevistado a estas vecinas galapagueñas que el próximo 24 de noviembre tendrán que sentarse en el banquillo de los acusados por supuestos delitos de desobediencia y atentado a los agentes de la autoridad, tras un suceso ocurrido el pasado 30 de octubre. El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, utiliza a la Policía Nacional para realizar labores de vigilancia frente al casoplón del secretario general de Podemos. Los agentes, según los vecinos, dan la voz de alarma a la Guardia Civil –que son quienes tienen competencia territorial en el municipio– para intervenir en el caso de que se produzcan detenciones.

Pregunta: Han sido denunciadas cuando paseaban frente al casoplón de Pablo Iglesias…

Respuesta: Hemos sido denunciadas ni siquiera por pasear frente al casoplón, porque fue llegar y lo primero que recibimos fue un empujón.

P: ¿Qué ocurrió? ¿Por qué les acusan de delitos de atentado y desobediencia a la autoridad?

R: Yo (Ascensión) paso (por la calle en la que vive Pablo Iglesias) porque había llevado a mi hija, la pequeña, a La Navata y le digo a Ana (mi otra hija): «Vamos por allí que seguro que están Concha y Mamen paseando al perro». Entonces nos acercamos con el coche pero no las veo a ella porque hay otro vehículo delante, sólo veo a la perra y digo: «Mira, están ahí», y aparqué el coche. Inmediatamente veo cómo están delante de ellas la Guardia Civil y a Concha le están tirando del brazo. Me bajo corriendo para preguntarle qué ocurre. Mi hija, que estaba mirando su móvil, ni siquiera se percata de que me he ido donde estaban mis amigas. En ese momento, antes de llegar donde estaban ellas, un agente me da un empujón y me pisan los pies. Yo me balanceé para atrás y le dije: «Pero no me pises, me estás pisando los pies». Él continuaba y mi hija, que observó la escena, comenzó a grabar. Esto provocó que se le encararan a ella.

P: Y Anabel (la hija), ¿qué ocurrió entonces?

R: Yo vi que estaban empujando a mi madre y les dije que parasen. Uno de ellos comenzó a empujarme con el pecho y me tiró al suelo. Yo le miré con cara de «¿qué estáis haciendo?». Ellos (los agentes) dicen que yo les he dado con el bolso pero eso no es verdad. A mí me tiran al suelo, el bolso se cae y cuando me levanto intento ir a por el bolso y me vuelven a empujar por segunda vez. En esta última ocasión me da la vuelta haciendo el ademán de ponerme las esposas.

Interviene Ascensión (la madre): «Ahí es cuando yo me asusté. Ella no se movía porque estaba aterrorizada y veo cómo un guardia estaba encima de ella. Desde ese momento no sé qué ocurrió.»

Desmayo

Ascensión, conocida entre los amigos como Chon, se desplomó. Permaneció durante más de cuarenta minutos desmayada en el suelo. «No acudió ninguna ambulancia pese a que los guardias civiles nos decían que habían llamado. Allí no llamó nadie», cuentan las entrevistadas. Varias vecinas la arroparon con un edredón hasta que, poco a poco, fue recuperando el conocimiento.

P: ¿Piensan que los guardias civiles acatan una orden directa o indirecta del vicepresidente del Gobierno, Pablo Iglesias, para evitar que puedan caminar como hacen habitualmente frente el casoplón?

R: No sé de dónde viene la orden. Yo doy por hecho que él dará órdenes, pero no lo sé. Lo cierto es que allí ponen un dispositivo a veces para una sola persona que se acerca hasta las inmediaciones del chalet y otras veces somos cuatro o cinco vecinos. Nadie se está manifestando, no llevamos ni banderas ni nada. Ellos ponen un dispositivo dirigido exclusivamente a determinadas personas que tienen identificadas, para que no puedan pasar por la calle de Iglesias. El resto de personas sí que pueden caminar.

P. ¿Qué les dirían al vicepresidente del Gobierno?

R. ¡Ostras! No me hagas esa pregunta… Yo le diría que por favor se vaya a Venezuela que va a estar feliz.

P. La Fiscalía les pide un año de prisión para Anabel y seis meses para Ascensión ¿Cómo han recibido esa propuesta de petición por parte del ministerio fiscal?

R. Pues yo pienso que nos han pillado como cabeza de turco. Estábamos solas, porque yo cuando pido auxilio a la Policía es porque me siento totalmente desprotegida, estaba muerta de miedo y muy asustada. Han tenido la oportunidad, nos tocó un sargento que no es la primera vez que no ha actuado de buena manera, y nos ha pillado solas y ha dicho: «Pues a éstas.»

P. Ésta es la Guardia Civil del ministro Fernando Grande-Marlaska ¿Cuándo dicen que «os han pillado como cabeza de turco» creen que esto es una aviso a navegantes, al resto de los vecinos, para que no se les ocurra pasear frente al casoplón?

R. Claro que es para eso y vamos a pagarlo nosotras. Lo han podido hacer a propósito o no, pero lo que está ocurriendo a raíz de esto deja claro que es una advertencia para que la gente deje de ir.

P. ¿Ha conseguido Iglesias lo que pretendía, que el resto de los vecinos dejen de caminar en las inmediaciones del casoplón?

R. Sí, claro que ha conseguido lo que quería. Hay mucha gente que ahora le da miedo.