Sólo Luis, el hermano notario de Rajoy, y su mujer sufrieron 80 amenazas de muerte

Pablo Iglesias ha pretendido dar la imagen de que él es poco menos que el único político amenazado en España. La verdad es que él es de los pocos que ha utilizado las amenazas como un argumento político para intentar dar la vuelta a una campaña electoral absolutamente cuesta arriba para sus intereses: Mariano Rajoy recibió durante su mandato cientos de amenazas, como han confirmado a OKDIARIO personas de su núcleo más cercano.

Pero no fue exclusivamente el ex presidente del Gobierno el que recibía ese tipo de misivas: uno de sus hermanos, Luis Rajoy -ya fallecido-, llegó a recibir más de 80 cartas con amenazas careciendo por completo de escoltas y sistema de protección oficial.

“Las cartas se convirtieron en una tónica. Incluso hasta el punto de recibir dos por semana”, explica a este diario su viuda, Asunción. “El problema es que nosotros no contábamos con ningún tipo de protección, y eso supone un factor totalmente diferencial con respecto a las amenazas que llegan cuando cuentas con escoltas”, añade su viuda.

Las cartas al hermano de Mariano Rajoy con amenazas eran totalmente descriptivas y concretas. Era obvio que conocían los movimientos de Luis Rajoy y la dirección de su domicilio. De hecho, llegaron varias amenazas a su hogar.
Pero la consigna de los Rajoy fue la de no dar a conocer estas amenazas: la de no usarlas en el juego político. Justo lo contrario de lo que ocurre ahora con Pablo Iglesias.

Una de las cartas recibidas en el hogar del hermano notario de Rajoy recogía el siguiente texto, tal y como prueba la misiva a la que ha tenido acceso OKDIARIO: «Ese día nosotros, las víctimas, arruinadas y humilladas cruelmente seremos justos contigo, por corrupto, como Dios manda. Nuestros sicarios te darán caza, te quemarán vivo y algo más, a la hora y en el lugar convenidos. Te vigilamos, te seguimos y conocemos todos tus escondrijos. No escaparás. Tus crímenes no quedarán impunes. Alea iacta est”.

Asunción aún recuerda la sensación ante un hecho. “Una carta llegó a decir que moriría un determinado día. Y ese día fue el que murió”. La viuda aún recuerda el tremendo impacto emocional de esa coincidencia.

Así vivieron durante meses. Durante años. Conviviendo con amenazas y callando para no usar toda aquella pesadilla en el juego político. Para no dar la sensación de que se usaban recursos públicos en la protección de personas sin cargo oficial. Para no dar la imagen de que España era un país inseguro. Para no generar crispación con las amenazas, ni desprestigiar al adversario político con cuestiones al margen de la más estricta política.
Y todo ello, para acabar viendo en estos días cómo, en un momento de debilidad política, otros políticos usan las amenazas, pese a estar repletos de escoltas, para intentar dar la vuelta al rumbo de la campaña electoral.

Luis Rajoy y su mujer vivían sin escolta. Hoy el esquema de protección de Pablo Iglesias y su familia incluye uno de los mayores dispositivos de seguridad imaginables. Montero tiene asignados a 9 funcionarios policiales para lo que se denomina su “escolta dinámica”, que como su nombre indica es la que le acompaña en el día a día: 4 agentes, incluido un conductor, que se relevan en dos turnos más un quinto permanente que se califica como “correturnos”. Ya en su domicilio la ministra comparte con su pareja una “escolta estática” compuesta por 12 agentes que se turnan por parejas en seis turnos.
Cuando era vicepresidente del Gobierno, Iglesias disponía de 13 funcionarios policiales para su escolta dinámica. Sumando los de Montero y la vigilancia doméstica la pareja estuvo protegido por 34 funcionarios policiales diferentes. Desde que Iglesias salió del Gobierno esa cifra ronda ahora los 26. En cualquier caso, las fuentes consultadas por este periódico lo consideran un dispositivo suficiente y capaz de proteger a ambos de cualquier amenaza. Nada de todo ello estuvo al alcance de los familiares de Rajoy.