INCIDENTES EN LAS CÁRCELES ESPAÑOLAS

La situación en prisiones empeora: emboscadas en celdas incendiadas y acoso sexual a funcionarias

Un interno llamó a los funcionarios a su celda en llamas y otro esperó el recuento de una funcionaria desnudo y masturbándose

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Alfonso Egea
  • Alfonso Egea
  • Jefe de Investigación en OKDIARIO. Anteriormente fui responsable de la sección de Actualidad y Sucesos en Espejo Público, en Atresmedia. He publicado cuatro libros y actualmente colaboro en programas de televisión en Mediaset y en Telemadrid. Agradecido por tener el reconocimiento de la Policía Nacional de Madrid y la medalla al mérito de la Guardia Civil.

El año 2021 va camino de convertirse en uno de los peores años en lo que a seguridad en las prisiones españolas se refiere, y por seguridad penitenciaria nos referimos a situaciones que ponen en serio riesgo la integridad de los trabajadores penitenciarios y de los propios presos, pese a que el baremo de la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias es, como poco, benévola de más a la hora de calificar la gravedad de determinados incidentes. Los dos últimos que han trascendido son gravísimos: mientras un preso ha recurrido al incendio de su celda para emboscar a un grupo de funcionarios en la cárcel de Ocaña, otro en el Puerto de Santa María en Cádiz ha recibido a una funcionaria en su celda desnudo y masturbándose.

El pasado fin de semana ha puesto de manifiesto que la imagen que vende el Ministerio del Interior de la realidad de las prisiones es bien distinta a la que viven diariamente miles de presos y funcionarios en las cárceles españolas. Uno de los dos incidentes de los que ha tenido conocimiento OKDIARIO se produjo después de la hora de comer en la cárcel de Ocaña. Allí, sobre las 15:45, un interno, el que ocupaba la celda número 10 de la galería 11 avisó a los funcionarios por el sistema de interfono.

Los funcionarios que respondieron a la llamada trataron insistentemente de hablar con el interno, pero al otro lado de la línea no recibían respuesta, pero sí que podían escuchar el ruido que el movimiento de sus enseres estaba produciendo en la celda. Ante esa situación los funcionarios recurrieron al sistema de videovigilancia del módulo en cuestión y se dieron cuenta de que salía humo de la celda desde la que se había producido la llamada. En ese momento salta la alarma, el fuego debe ser de entidad, así que el jefe de servicio ordena la inmediata presencia de los funcionarios equipados con los medios de extinción necesarios.

Basta ver el vídeo al que ha tenido acceso OKDIARIO para imaginar el infierno en el que en cuestión de minutos se había convertido la celda, pero es que lo más sorprendente es que cuando los funcionarios consiguen acceder a la celda les cuesta Dios y ayuda dar con el interno por la escasa visibilidad y porque éste se encontraba en un rincón de esta que se negaba a abandonar, así que tuvieron que entrar a por él. El preso en cuestión se lió a patadas y puñetazos contras los funcionarios hasta tal punto que uno de ellos acabó siendo trasladado al hospital de Ocaña para ser tratado por las lesiones que le ocasionó el interno.

Desnudo y masturbándose

Fuentes de prisiones han asegurado a OKDIARIO que los destrozos por fuego en las celdas no es un hecho aislado y que detrás del mismo pueden existir motivaciones como emboscar a los funcionarios para atacarles, llamar la atención por desidia y aburrimiento, pero que muy rara vez es una mecánica de suicidio, como se podía pensar, ya que para eso en la cárcel los internos han desarrollado maneras mucho menos llamativas e infinitamente más eficaces.

El segundo de los hechos que en los últimos días se suma a desmontar la visión idílica que desde Interior se pretende dar de las cárceles españolas se produjo en la cárcel del Puerto de Santa María, y tuvo como protagonistas a un a funcionaria y a un preso reincidente, condenado por violencia de género, misógino y acosador sexual.

No habían dado las 8 de la mañana del pasado domingo día 12 cuando una trabajadora de la citada prisión se dirigió al módulo 15, dónde están los presos más peligrosos de esta cárcel, para anunciar en voz alta que iba a comenzar el recuento matinal. Esta rutina obliga a los internos a estar despiertos, visibles y adecuadamente vestidos al paso del trabajador en cuestión. Cuando esta mujer llegó a la celda de J. J. este hombre la esperaba de pie, desnudo y masturbándose mientras le clavaba la mirada.

No era la primera vez que a este preso se le descubría en la misma actitud con trabajadoras penitenciarias, pero es que cada vez que se ha cruzado con internas del mismo centro por circunstancias concretas han sido varios los funcionarios que han informado de sus comentarios obscenos sobre el físico de las presas con las que se cruzaba. Lo peor de esta situación es que ni masturbarse delante de una trabajadora, ni hacerlo delante de otra, ni menospreciar a las presas le ha supuesto a este tipo el menor reproche disciplinario ni tan siquiera el traslado de galería, lo que según los propios funcionarios de la cárcel le está suponiendo un grado de impunidad peligroso para sus compañeras y las internas que lo rodean.

Interior no hace públicos los incidentes que ocurren en las prisiones, y la fiabilidad de sus estadísticas y la clasificación de la gravedad de esos hechos es como mínimo muy poco fiable, así que tenemos que recurrir a los recuentos de incidentes que trascienden gracias a la labor de asociaciones como Tu abandono Me Puede Matar. El año 2021, entre agresiones a funcionarios, fallecimientos de internos, reyertas graves y otros incidentes reseñables acumula ya casi 150 episodios violentos entre rejas, lo que dibuja un panorama en las prisiones españolas muy alejado del que vende Instituciones Penitenciarias.

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