El chófer de Bárcenas: «Facilité a Villarejo los lugares en los que guardé cosas del ex tesorero»
El ex chófer de Luis Bárcenas, Sergio Ríos, declaró en calidad de imputado en el caso Kitchen por realizar la labor de topo en el operativo policial montado para robar documentación sensible al ex tesorero del PP. El conductor confesó a los fiscales anticorrupción que facilitó al comisario José Manuel Villarejo los lugares en los que guardó material de su entonces jefe.
En la declaración del 15 de enero de 2019, a la que ha tenido acceso OKDIARIO, el fiscal preguntó a Sergio Ríos si facilitó al comisario jubilado los lugares en los que escondió documentación del ex tesorero. Ríos contestó que sí, pero matizó: «También he llevado ropa o 200 gramos de jamón de jabugo». Aseguró que las zonas eran muy dispares, tanto dentro de Madrid como fuera.
«Fui bastantes veces a la zona del Bernabéu (donde se encuentra el estadio Santiago Bernabéu), al Paseo de La Habana, Chamartín…» No recordaba la dirección exacta pero manifestó que si le proporcionaban un plano podía indicarles el lugar de manera más detallada. Había ido en innumerables ocasiones y se conocía el recorrido de memoria.
El «zulo»
El Ministerio Fiscal le señaló el taller donde Rosalía Iglesias, la esposa de Bárcenas, realizaba trabajos de restauración de muebles y cuadros, conocido como el «zulo». Los comisarios jefes de la misión secreta, conocida como operación Kitchen, estaban convencidos de que Bárcenas ocultaba parte de la documentación en ese taller ubicado en el barrio Salamanca de Madrid.
Tal era la obsesión que llegaron a practicar lo que se conoce en el lenguaje de los servicios secretos como un CIR (Control Integral de Relaciones). Es decir, una penetración durante la noche en el inmueble donde trabajaba la esposa de Bárcenas. Desde la Dirección de la Policía estaban convencidos de que los papeles y cintas del ex tesorero a rescatar, que afectaban a Soraya Sáenz Santamaría, María Dolores de Cospedal y Javier Arenas, estaban escondidos en un doble fondo de un armario.
En el interrogatorio, el conductor confesó que entre la lista de lugares (viviendas particulares, despachos profesionales y otro tipos de locales) que había proporcionado al ex agente infiltrado, también se encontraba el «zulo». No recordaba el número pero sabía que era par. «¿32?» le pregunta el fiscal. «No lo sé, lo cierto es que no lo recuerdo», aseveró Ríos. Efectivamente, el citado lugar se encontraba en el número 32 de la calle madrileña General Díaz Porlier.
En el taller de restauración de Rosalía Iglesias se reunían mujeres para realizar labores de costura, según argumentó el imputado. Allí fue donde Sergio Ríos almacenó todo el material que recogió del despacho de Génova del ex tesorero. «La primera vez que hice la mudanza de todos los enseres personales y documentación que Bárcenas guardaba en su despacho del PP, el señor me indicó que los guardara allí. Él mismo me abrió las puertas». En otras ocasiones, manifestó, se desplazó hasta el taller «con la señora» (Rosalía Iglesias) y «hasta con el perrito».
El fiscal le preguntó si ese local era de Rosalía o estaba alquilado. Ríos contestó «que ella lo explotaba», una circunstancia que no varía por el hecho de tener un inmueble en régimen de alquiler. OKDIARIO, que desveló en exclusiva la operación Kitchen, publicó que le dispositivo policial montado desde la Dirección de la Policía para recuperar los papeles de Luis Bárcenas llegó a infiltrar hasta cuatro topos en el entorno familiar del ex tesorero del Partido Popular. Además del conductor Sergio Ríos, que cobraba por sus servicios con fondos reservados autorizados por la cúpula de Interior se servía al menos de otros tres colaboradores que les facilitaban información de los movimientos de Bárcenas, tanto en la cárcel como en su entorno familiar. Todos ellos eran también premiados con dinero de los fondos reservados de Interior. Uno de ellos era un uruguayo que trabajaba en el taller de Rosalía Iglesias.
Robo de material
El topo Sergio Ríos aseguró ante el juez Manuel García-Castellón que nunca hizo copias del material que Luis Bárcenas le ordenaba esconder en determinados lugares. «Tenía coches y motos que me seguían, jamás hice copia, no me quedé nada», aseguró. Explicó que le daban el material en cajas que nunca llegó a abrir.