Sánchez plegado al separatismo: ensalza a Aragonès como «buen gestor» y tendrá «contacto directo» con él
Moncloa no descarta sumar a JXCat al acuerdo de presupuestos al ver en los de Puigdemont un "cambio de actitud"
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La relación entre Pedro Sánchez y Pere Aragonès es muy distinta a la que el jefe del Ejecutivo mantenía con su antecesor Quim Torra. Al nuevo presidente de la Generalitat todavía no le ha hecho una visita turística por los jardines de La Moncloa, como si le brindó a Torra, pero con Aragonès habla y hablará más que con algunos de sus ministros. Fuentes de su entorno señalan que la intención es “mantener un contacto directo y estrecho” como en las últimas semanas para afianzar la relación con una persona a la que considera “un buen gestor”.
La estrategia de Sánchez pasa por mimar a Pere Aragonès para que no se deje achantar por el radicalismo de sus socios de Junts per Catalunya. Cree que con las cesiones que su Gobierno hará al Govern de aquí a enero, la lluvia de millones anunciada para la ampliación del aeropuerto del Prat que comportará una inversión de 1.700 millones de euros y ese contacto permanente que, como mínimo, demuestra un interés del presidente por el representante de la Generalitat, será suficiente para amarrar a su socio parlamentario.
Los dos mandatarios seguirán intercambiando impresiones prácticamente cada semana, según estas fuentes, ya sea de forma telefónica o por mensajes. La voluntad es ir haciendo un seguimiento desde el más alto nivel de las comisiones de trabajo que se van a crear y de las reuniones entre ministros y consellers que empezarán en septiembre para avanzar en la transferencia de competencias que pide el Govern. En concreto, desde Plaza Sant Jaume reclaman la transferencia de 56 apartados que en la actualidad están en manos del Estado. Tampoco tienen intención de cesar en su reivindicación de celebrar un referéndum en los próximos años, preferiblemente pactado con el Estado.
Paralelamente a ese diálogo permanente entre Sánchez y Aragonès, desde el PSC se intentarán cuidar las relaciones con el partido. Concretamente con su presidente, Oriol Junqueras, ya fuera de prisión. Centrado este ahora en la formación que preside, toda la acción del grupo parlamentario pasa antes por su filtro. La aprobación o no de los presupuestos o el apoyo del grupo que lidera Gabriel Rufián en el Congreso a cualquier ley debe haber sido estudiada previamente por el hombre indultado por la administración Sánchez.
Cambio de actitud en Junts
Fuentes cercanas a Pedro Sánchez celebran también un «cambio de actitud» en las filas de Junts per Catalunya. Aunque “siguen anclados en un discurso más radicalizado y menos realista que ERC”, subrayan, “a diferencia de antes ahora se sientan a la mesa a negociar y reconocen la autoridad del Estado”. En Moncloa dicen eso a modo de resumen por la reunión discreta mantenida este lunes entre la ministra de Transportes, Agenda Urbana y Movilidad, Raquel Sánchez Jiménez, con el vicepresidente y consejero de Territorio, Jordi Puigneró. “Hace unos meses eso era impensable”, recuerdan.
En el entorno del jefe del Ejecutivo y en el PSOE no descartan incluso que con Laura Borràs, ya fuera de la dirección del grupo parlamentario de JXCat en el Congreso y con la celebración de la mesa de negociación del referéndum ya agendada para el próximo mes de septiembre, los diputados junteros puedan llegar a apoyar las cuentas públicas. En Moncloa dan por descontado que sí sumarán los cuatro votos a favor de los representantes del PDeCAT, que comparten grupo con los cuatro que sólo responden ante Carles Puigdemont.