Sánchez lanza un plan para elevar la protección de los LGTB e inmigrantes frente al coronavirus
Un documento del Ministerio de Sanidad determina los colectivos con vulnerabilidad y necesitados de un especial refuerzo de los medios frente al Covid-19 para hacer efectiva la protección. Entre esos colectivos figuran algunos de los clásicos como los grupos de «personas con discapacidad” o “comorbilidad”. Pero, además, el Gobierno ha sumado a dos colectivos debido al “estigma y discriminación hacia algunas poblaciones”: los relacionados con “motivos de identidad de género, orientación sexual” y los procedentes de “situaciones relacionadas con el estatus migratorio”, “etnia”. Y para todos ellos describe un plan especial de protección frente al Covid.
El documento fue elaborado a finales del pasado año. Se titula ‘Equidad en Salud y COVID-19 Análisis y propuestas para abordar la vulnerabilidad epidemiológica vinculada a las desigualdades sociales’. Y en él se señala que “existen barreras de comunicación relacionadas con: falta de adaptación de los mensajes a personas con discapacidad, barreras idiomáticas o asociadas a las vías de difusión de los mensajes para algunos colectivos”. Añade que “el estigma y discriminación hacia algunas poblaciones por motivos de identidad de género, orientación sexual, origen, clase social, etnia, dependencia a drogas o comorbilidades, influyen negativamente en la demanda de atención de servicios sanitarios y en la calidad del proceso asistencial”. Y, en base a esa argumentación reclama un refuerzo de los medios en estas áreas por los “determinantes sociales que influyen en la vulnerabilidad epidemiológica a la COVID-19”.
El documento defiende que el «sistema sanitario y sociosanitario tienen características que suponen un mayor riesgo de brote en caso de que se produzca algún caso” de los relatados.
Porque, según sus conclusiones “se han detectado barreras de acceso al sistema sanitario y sociosanitario debido a la modalidad telemática, a la falta de una cobertura sanitaria universal efectiva, sobre todo en casos de estancia temporal, situación administrativa no regulada y otras situaciones relacionadas con el estatus migratorio”.
Pero, además del colectivo de inmigrantes, el documento se centra en un segundo bloque de personas a las que considera que hay que solventar su vulnerabilidad: “El estigma y discriminación hacia algunas poblaciones por motivos de identidad de género, orientación sexual, origen, clase social, etnia, dependencia a drogas o comorbilidades, influyen negativamente en la demanda de atención de servicios sanitarios y en la calidad del proceso asistencial”, añade tal y como se ha mencionado.
Por todo ello, Sanidad considera que “es necesario realizar un análisis del impacto de las desigualdades sociales sobre la vulnerabilidad epidemiológica y elaborar recomendaciones para abordarla en el contexto de la pandemia de la COVID-19, dirigidas tanto a decisores como a profesionales que intervienen en la respuesta frente a COVID-19”.
Porque, según sus estudios, “la crisis de la COVID-19 está teniendo un impacto sin precedentes a nivel mundial. Pero este impacto no está siendo igual para todas las personas. Se pueden identificar tres tipos de vulnerabilidad, que se encuentran además interrelacionados: vulnerabilidad clínica, vulnerabilidad social y vulnerabilidad epidemiológica.
«Soluciones habitacionales» para estos colectivos
Como se ha podido ver, algunas características individuales (edad, problemas de salud crónicos, etc.) conllevan una mayor vulnerabilidad clínica y una peor evolución ante la enfermedad por COVID-19. La vulnerabilidad social se relaciona con la inseguridad y la indefensión que experimentan algunas comunidades y familias en sus condiciones de vida y con su capacidad para manejar recursos y para movilizar estrategias de afrontamiento. Estas personas, por su peor estado de salud de base, presentan un peor pronóstico de la enfermedad. La pandemia de COVID-19 y las medidas para su control han tenido un impacto socioeconómico desigual en la población por lo que han recrudecido o generado nuevos contextos de vulnerabilidad social”. La tercera es la vulnerabilidad epidemiológica: “Esto produce que las personas en situaciones de vulnerabilidad social suelen soportar también una mayor vulnerabilidad epidemiológica, entendida como un mayor riesgo epidemiológico por una mayor exposición a la infección, retraso en el diagnóstico e identificación de contactos o mayor dificultad para seguir las medidas de aislamiento o cuarentena”.
Para todos ellos, el documento pide, por ejemplo, “garantizar soluciones habitacionales con las condiciones de seguridad adecuadas para la población que no puede cumplir el confinamiento o las medidas preventivas”, “establecer las medidas oportunas para la dispensación de medicamentos en modalidad no presencial”, “garantizar el acceso a mascarillas adecuadas en todas las situaciones de vulnerabilidad social” o «garantizar el acceso y uso correcto de materiales preventivos, recursos e información sanitaria adecuada en las viviendas colectivas”.
Además, Sanidad exige para ellos “establecer mecanismos para la atención específica y segura a pacientes vulnerables durante el confinamiento o situaciones de restricciones de la movilidad, tanto de forma presencial como telemática”, “mejorar las condiciones de vivienda”, “protección de la inmigración en situación de vulnerabilidad social”, “prevenir y eliminar el estigma” y “organizar los recursos sociosanitarios y la actividad económica de manera que se posibiliten los cuidados”.
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