El PSOE pide a C’s que se abstenga “por patriotismo” sin ofrecerle nada a cambio
El PSOE prepara ya su coartada electoral: pedirle a Ciudadanos que se abstenga en la investidura de Pedro Sánchez por “patriotismo”. Los socialistas plantean toda una batería de formas de presión a la formación naranja con este objetivo, pero sin ofrecer nada a cambio al partido de Albert Rivera: ni cargos, ni nada. Simplemente por el supuesto “patriotismo” de evitar que Sánchez acabe pactando con PNV y ERC.
El plan esconde dos realidades: la primera, la de que Sánchez ya negocia con un guión oculto más difícil de presentar ante la opinión pública. Y es que, tras convocar elecciones asegurando que lo hacía para no estar preso de los radicales, lo cierto es que vuelve a depender del respaldo de una formación populista y extremista -Podemos- y de dos separatistas -ERC y PNV-. Y con ellas ya negocia cesiones, gasto público e impuestos.
La segunda realidad escondida tras esta invitación trampa a Ciudadanos es la de que realmente busca una negativa del partido de Albert Rivera para justificar su entrega al separatismo culpando a los partidos constitucionalistas. Y es que el plan de Sánchez pasa por terminar de absorber a Podemos y para ello necesita hacer un tipo de políticas de izquierda más radical -sobre todo en tema económico- que no podría aceptar Ciudadanos.
Ofrecimiento trampa
Pero la escenografía se construye ya. Y se vestirá de ofrecimiento a Ciudadanos para evitar que “el PSOE no tenga más remedio que pactar con los separatistas y Podemos”. Esa será la primera parte del plan, que una vez fracasado podrá dar paso a la segunda parte que será la negociación con los radicales, pero ya con la disculpa de que Sánchez lo ha hecho por la falta de apoyo del resto de formaciones.
Ciudadanos se teme ya la jugada y no quiere entrar a un juego que lo descolocaría ideológicamente una vez más. Rivera quiere ser oposición y demostrar que se encuentra en las antípodas de Sánchez.
Pero, pese a ello, lo cierto es que las presiones externas crecen para que Rivera repita un pacto como el firmado en el pasado con Sánchez, eso sí, de manera que permita una gobernabilidad moderada y prefijada en un documento detallado y concreto que controle a Sánchez. Hoy por hoy, sin embargo, esa opción no se encuentra en el tablero más inmediato.
Pedro Sánchez, además, no descarta agotar la primera invitación del Rey a formar Gobierno y acudir a una segunda ronda. Tiene claro que no quiere repetir elecciones pero quiere armarse de argumentos para gobernar con las manos lo más libres posibles.
Con sus 123 diputados, Sánchez considera que tiene una base suficiente para trazar un Gobierno nacional con apoyos puntuales de Podemos, ERC, PNV, el PRC de Revilla y Compromís y evitar, así, el riesgo de ir a unas nuevas elecciones generales. La orden de Sánchez a partir de ahora, de hecho, es empezar a contentar a todas esas formaciones de manera suficiente para ir pasando los trámites legislativos sin grandes ambiciones, salvo la de sobrevivir en La Moncloa. Y esa orden incluye contentar especialmente a ERC y PNV.