El primer muerto por coronavirus fue al médico 7 días antes de fallecer y lo enviaron a casa sin hacerle el test
Su positivo no se comunicó hasta el 3 de marzo, justo después de que el Gobierno anunciara las primeras medidas de impacto para frenar la pandemia.
Coronavirus en España, última hora en directo
La víctima mortal cero por coronavirus en España falleció en Valencia el 13 de febrero. Su positivo en coronavirus no se comunicó hasta el 3 de marzo y justo después de que el Gobierno hubiese anunciado ya las primeras medidas de impacto para frenar la pandemia. Pero la víctima cero, de 69 años, acudió al hospital en otra ocasión: la semana previa a su fallecimiento. El paciente fue supervisado, no le hicieron el test y fue enviado a casa con paracetamol.
En aquel momento ningún hospital estaba prevenido de la gravedad del virus ni de las posibilidades de contagio. De hecho, aún el 27 de febrero, Fernando Simón, seguía negando la gravedad del coronavirus y hablando de que las posibilidades de contagio eran reducidas.
Pero lo cierto es que el Gobierno sí estaba prevenido de la gravedad: la OMS, como ya ha reconocido el propio Ejecutivo, avisó de la misma y de que “con medidas era posible frenar” el contagio. El mismo 2 de febrero, de hecho, el Gobierno inició las reuniones científicas para abordar la situación, tal y como ha confirmado Pedro Duque. Pero toda esa información no la tenía el hospital. Sí el Gobierno de Pedro Sánchez.
Fuentes de plena solvencia y conocedoras del historial clínico del fallecido han confirmado a OKDIARIO que la víctima 0 acudió por urgencias al Hospital Arnau de Vilanova (Valencia), con un supuesto cuadro vírico. Los servicios de urgencia le atendieron y lo mandaron a casa sin realizar las pruebas de detección del coronavirus.
El día 11 de febrero el paciente volvió al centro tras haber empeorado notablemente y con un cuadro de disnea y neumonía bilateral. Su llegada, de hecho, se produjo en medio de fuertes problemas respiratorios. El paciente entró en planta y fue posteriormente trasladado a la UCI, donde falleció el día 13 de febrero. Desde el primer momento, el paciente comunicó que acababa de realizar un viaje a Nepal. Un hecho que, ante la falta de alerta oficial, no activó el protocolo de detección en aquella primera visita al hospital. La prueba sí se acabó realizando. Pero una vez fallecido el paciente.
Se hizo en forma de necropsia y no se comunicó hasta el 3 de marzo, 19 días después del fallecimiento. Es más, se comunicó justo horas después de que Pedro Sánchez pudiese demostrar que no había olvidado la gestión de la enfermedad porque su ministro de Sanidad anunció las primeras medidas de impacto contra la enfermedad: la celebración de los partidos de fútbol a puerta cerrada. Todo ello, tras casi tres semanas de espera para conocer la causa de la muerte de la víctima 0. Fuentes internas del hospital han confirmado a este diario que en su segunda visita al centro, se extendió ya entre el personal sanitario el rumor de su posible contagio por el virus.
Esos enormes plazos de espera permitieron un hecho. La nota de prensa comunicando el fallecimiento de la persona contagiada por coronavirus llegó tarde y, justo, momentos después de que Sanidad anunciara las primeras medidas para restringir aglomeraciones de personas con el propósito de aplacar el coronavirus.
De hecho, cuando se admitió el positivo en coronavirus de la víctima mortal, España superaba ya los 160 contagios, y se reconocían focos sin control en Torrejón y en Vitoria. La versión oficial asegura que esta víctima no se registró hasta que se estableció el nuevo criterio del Ministerio de Sanidad. Ese cambio, pasado ya el tiempo, exigió revisar los casos graves de neumonía sin origen conocido.
La versión filtrada oficialmente afirma que se rechazaron pruebas previas por coronavirus porque aún no estaba indicado que se tuviera que realizar en pacientes con neumonía de origen desconocido. La exigencia de hacer el test, sin embargo, tampoco es cierto que llegara tan tarde: se adoptó un 27 de febrero. Pese a ello, el resultado de la necropsia no se comunicó hasta ese 3 de marzo. Y, sobre todo, hasta que el Gobierno de España había demostrado -al menos, aparentemente- que no le había cogido desprevenido y sin medidas el avance del coronavirus.
Porque justo horas antes, el ministro Salvador Illa pedía que se celebraran a puerta cerrada las competiciones deportivas con afluencia masiva y participación de equipos procedentes de zonas de riesgo: especialmente aquellos equipos de fútbol procedentes del norte de Italia.