Primer choque con Sánchez: Iglesias nombrará a Nacho Álvarez jefe de Economía Social para marcar a Calviño
El secretario general de Podemos y futuro vicepresidente segundo de Derechos Sociales del Gobierno, Pablo Iglesias, ya tiene decidido el nombre de su alfil económico: Nacho Álvarez. El cargo diseñado por los morados para él es el de secretario de Estado de Economía Social, según fuentes de Podemos. Un puesto pensado para rivalizar con la vicepresidenta económica Nadia Calviño, el único cargo del que la UE se fía plenamente.
Iglesias ha decidido crear su propia cartera económica dentro de su Vicepresidencia. El líder morado no tiene la cartera de Economía, pero sí el deseo de rivalizar con la también vicepresidenta, pero primera, Nadia Calviño. Y lo piensa hacer con esta secretaría de Estado diseñada para marcar y afear la gestión de Calviño. El plan: demostrar en cada momento que Podemos es ‘más social’. O, dicho de otra manera, que es capaz de anunciar más gasto y más impuestos para competir ante los votantes con el PSOE.
Iglesias ha decidido crearse su propio gabinete paralelo con dirigentes de Podemos afines y de confianza para desarrollar sus labores en la Vicepresidencia Segunda de Derechos Sociales, e incluso más allá de sus competencias puras.
Nacho Álvarez asumirá con este fin la Secretaría de Estado de Economía Social- Él es profesor de Economía en la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) y lidera el Área Económica del partido morado desde su creación.
Se trata de una de las figuras más valoradas internamente y más leales de Pablo Iglesias. Por ello cuenta con un puesto en el Consejo de Coordinación –el órgano ejecutivo de Podemos– como secretario de Economía, cargo al que accedió tras la celebración de Vistalegre II.
Pero Nacho Álvarez, además, es muchas otras cosas. Y es que es uno de los estandartes ideológicos del partido en materia económica. Él defiende la necesidad imperiosa de fuertes subidas del salario mínimo interprofesional (SMI). Propugna crear una paga de 1.300 euros al mes para familias necesitadas; la creación de impuestos específicos para la banca; la reducción de la jornada laboral de 34 horas; una reforma fiscal totalmente radical para elevar los impuestos en 20.000 millones a las empresas y en otros 20.000 millones a los ciudadanos particulares; o una batería de impuestos a los patrimonios, sólo por citar algunas de sus medidas.
Se trata del primer choque entre Podemos y el PSOE, decidido y teledirigido a los pocos minutos de haberse votado la investidura de Pedro Sánchez. Un anuncio evidente de que Pablo Iglesias, como dijo el propio Pedro Sánchez antes de los comicios del 10-N, no tiene intención de entrar en el Gobierno de España, sino de tener su propio gabinete dentro del Gobierno nacional.
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