El PP pide que la mujer de Llarena ocupe un puesto en el CGPJ en Madrid para evitar el acoso que sufre en Cataluña

Pablo Llarena
Pintadas realizadas por la CUP ante la casa del juez Pablo Llarena en Gerona.
Carlos Cuesta

El PP y algunos de los magistrados conservadores de mayor prestigio han puesto encima de la mesa la necesidad de proteger a la juez Gema Espinosa Conde, esposa del también magistrado Pablo Llarena, de las continuas amenazas que recibe en Barcelona por parte del independentismo catalán. Para ello, abogan por un traslado a Madrid incluyéndola en la próxima renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ).

El magistrado del Supremo, Pablo Llarena, fue el responsable de la instrucción del sumario del golpe de Estado del 1-O. Esto convirtió su vida profesional y familiar en un infierno por el acoso y las amenazas del separatismo –llegando incluso a realizar pintadas en su domicilio estando su hijo dentro–, lo que obligó a que su familia se trasladara a Madrid y a él se le asignara escolta policial.

Sin embargo, su esposa Gema Espinosa, sigue ocupando su plaza de magistrada en la Audiencia de Barcelona, por lo que continúa en permanente exposición a las amenazas y el acoso de los independentistas. Espinosa estuvo a punto de ser elegida vocal del CGPJ en la última renovación fallida de este organismo hace más de medio año.

Ahora, el PSOE tiene mayoría en el Senado para poder acometer una renovación de 10 vocales. Es decir, que puede desbloquear la rotación de cargos en el Poder Judicial, al menos, parcialmente. Y desde las filas populares, así como algunos de los magistrados conservadores de mayor prestigio, han puesto encima de la mesa la necesidad de proteger en Madrid a una magistrada que lleva soportando la amenaza separatista como un calvario desde la irrupción golpista del 1 de octubre de 2017.

Gema Espinosa tuvo que fijar su residencia en Madrid por las amenazas del separatismo. Pero su plaza en Barcelona sigue poniéndola al alcance de los radicales a lo largo de la semana laboral. Y esa situación ha puesto en evidencia la necesidad de buscar una salida a una profesional que sigue soportando una situación inadmisible.

Renovación del Poder Judicial

Desde las filas del PP y desde el entorno jurídico han vuelto a sugerir la reorganización de los cargos jurídicos. El último intento de renovación del Poder Judicial se fue al traste -el pasado mes de noviembre- después de que se rompiera el acuerdo entre el PP y el PSOE a raíz, principalmente, de la negativa del juez Manuel Marchena a dejar la Presidencia de la Sala de lo Penal del Supremo para presidir el CGPJ y el propio Tribunal Supremo.

El respaldo profesional a Espinosa en aquella ocasión ya fue notable: logró el aval de 309 jueces para ser candidata a vocal del Poder Judicial. Fue, de hecho, la candidata con más apoyos de la cincuentena de jueces que se presentaban desde toda España. La mujer de Llarena, además, logró casi 100 avales más que la candidata más respaldada en la anterior renovación del CGPJ.

Los impulsores de la nueva iniciativa de apoyo a Espinosa quieren buscar una salida dentro de esa posible renovación del CGPJ o a través de otro mecanismo. Pero, sea como sea, pretenden encontrar una opción estable y honrosa para la jueza que, ya en su etapa anterior como directora de la Escuela Judicial en Barcelona, ha tenido que aguantar amenazas continuadas de los separatistas.

Asalto de los cachorros de la CUP

Uno de los episodios más graves de esas amenazas fue el protagonizado contra ella por las juventudes de la CUP, agrupadas en Arran, que señalaron la vivienda del juez Pablo Llarena en Das, un pequeño municipio de la comarca de la Baja Cerdaña (Gerona), con pintadas en las que tachaban al magistrado de “fascista» y amenazaban a su familia.

«Los Paísos Catalanes serán tu infierno», indicaba otra de las pintadas realizadas por los cachorros de la CUP. En otra se podía leer: «Llarena fascista. Ni en Das ni en ningún sitio». Ambas pitadas estaban firmadas por Arran.

A través de las redes sociales, la organización juvenil ha lanzado en numerosas ocasiones amenazas contra el juez del Tribunal Supremo y su familia: «Lo señalaremos y responderemos a su represión tantas veces como haga falta. Mientras Llarena es el responsable de una de las peores olas represivas que ha sufrido el pueblo catalán desde las Olimpiadas de Barcelona 92, cree que podrá venir a descansar”.

 

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