La Policía teme que los radicales antisistema desaten la violencia al caer la noche
La Policía teme que los radicales antisistema actúen al caer la noche en Cataluña. Grupos de violentos llamaron a proteger los colegios electorales hasta su cierre (20 horas) para evitar que los agentes requisen las pocas urnas que quedan activas en algunas localidades de Barcelona.
Para terminar y al cierre, los violentos convocaron a través de las redes una gran manifestación en la Plaza Cataluña de Barcelona, donde han instalado una pantalla gigante para ver el recuento del referéndum ilegal donde OKDIARIO ha podido votar con un DNI falso.
El llamamiento se hace a través de las redes sociales y las unidades de antidisturbios de la Policía, que se retiraron en su mayoría sobre la hora de comer según las fuentes consultadas, saldrán para hacer guardia por la noche y vigilar que no se produzcan actos violentos. Los cachorros de la CUP, Arran, van más allá y ya están convocando para el día 3 de octubre una huelga general hasta que se declare la independencia unilateral.
La jornada no s’acaba fins les 20h, ja queda poc!! Continuem defensant les escoles, defensem fins el final les urnes! #SensePor #Guanyarem pic.twitter.com/t5zOBmrIhS
— Alerta Solidària (@AlertaSolidaria) 1 de octubre de 2017
Las mentiras de la CUP
Desde la Generalitat y la CUP acusan a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado de «represión policial» cuando los principales sindicatos de Policía contestan que sus actuaciones han sido con «proporcionalidad», tal y como el Gobierno de Mariano Rajoy pidió.
Sin embargo y cada hora, el relato independentistas es escuchado por algunos periodistas, a 10 euros la cobertura. Uno de los portavoces de la CUP, Quim Arrufat, considera que el Estado español se ha convertido en «un régimen de terror» para los catalanes con «la represión policial en los colegios electorales».
La otra portavoz de la formación radical, Núria Gibert, salió para afirmar que su formación «condena enérgicamente la represión y el pisoteo de derechos de los catalanes por parte del Estado español», que evidencia que «vivimos en un estado de excepción absoluto».