Independentismo catalán

El policía jubilado por la brutal agresión tras la sentencia del 1-O: “Mi familia pagó un precio alto”

Luis se recuperaba en el hospital cuando lo visitaron Pedro Sánchez y Marlaska, una imagen que cambió la vida de su familia.

En la entrevista en exclusiva concedida a OKDIARIO este agente de la UIP reconoce que fue señalado por los CDR independentistas.

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Alfonso Egea
  • Alfonso Egea
  • Jefe de Investigación en OKDIARIO. Anteriormente fui responsable de la sección de Actualidad y Sucesos en Espejo Público, en Atresmedia. He publicado cuatro libros y actualmente colaboro en programas de televisión en Mediaset y en Telemadrid. Agradecido por tener el reconocimiento de la Policía Nacional de Madrid y la medalla al mérito de la Guardia Civil.

El 18 de octubre de 2019 en Barcelona se marcó un antes y un después en las intervenciones policiales para disolver masas en nuestro país. Nunca se había producido tanta violencia ni tan dañina contra los agentes de la Ley. Especialmente odiados y atacados fueron los miembros del Cuerpo Nacional de Policía, y entre ellos, los más perseguidos por los independentistas violentos eran los antidisturbios. Ellos mandaron 200 policías al hospital, y a Luis, el policía gravemente herido a quien ha entrevistado en exclusiva OKDIARIO, le arruinaron la vida.

“Mi vida cambió desde que salí del hospital. Afortunadamente me habían dado el alta y sólo quería recuperarme y volver a trabajar”, recuerda Luis. Pero había una variante que este agente de policía no tuvo en cuenta.

Al poco de producirse las agresiones contra los policías, tanto el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, como el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, acudieron a Cataluña para interesarse por la situación tras los graves incidentes de los que fue testigo todo el país a través de los medios de comunicación. Visitaron a los agentes hospitalizados, entre los que estaba Luis como policía herido. Moncloa no protegió la imagen del agente cuando difundió los vídeos y las fotos.

“Mi vida y la de mi familia se vio alterada al poco de salir del hospital. Yo vivía en un pueblo pequeño donde la mayor parte de la gente es independentista. Ellos tienen sus ideas y eso hay que respetarlo. Pero en el pueblo hay un grupo de CDR (Comité de Defensa de la República) de los violentos y en el pueblo empiezan a decirme que tenga cuidado, que ha habido comentarios hacia mi persona”

La marginación de agentes de cuerpos policiales nacionales y sus familias han sido tónica habitual en Cataluña en los últimos años. Pero una cosa es saberlo y otra bien distinta vivirlo.

En este punto de la entrevista Luis toma aire. Reconoce que es un asunto del que no le gusta dar muchos detalles porque le afecta mucho y sobre todo porque afecta a lo que él mismo asegura que es la causa de que no se haya venido abajo: su familia. Su condición de policía herido decae frente a la de padre y esposo.

Pero cómo sería el ambiente en el pueblo donde vivía este policía que tras casi 20 años viviendo en Cataluña tuvo que, prácticamente escapar, malvender su casa y buscar un piso entre la multitud en la ciudad de Barcelona para poder pasar desapercibido.

“Es incomprensible que mi imagen se hiciera pública y mucho más en un lugar como Barcelona en el que la carga de violencia contra las fuerzas policiales es tan alta”. Ahora, con el paso del tiempo, se cuida mucho de que además de estar bien su imagen, que ha sido su peor enemigo en Cataluña, quede protegida y a salvo de los radicales violentos.

Ahora se le presenta otra lucha y Luis manda un mensaje a quien tenga potestad de resolver la injusticia de que se le proponga abandonar el cuerpo para siempre por “enfermedad común”.

“Si el director general de la Policía me escuchara me gustaría recordarle que al principio todo fueron buenas palabras. Yo tuve muchas conversaciones con él. Ahora ya hace mucho que no hablamos, pero simplemente le pediría que vea los informes médicos. Lo que ahí aparece es lo que realmente yo padezco, no me lo estoy inventando. Que valore si lo que yo tengo es una enfermedad común o es el resultado de haber trabajado aquel día como policía y haberlo dado todo. Todavía tengo pesadillas con lo que sucedió”.

48 horas antes de que Luis accediera a esta entrevista recogió su propuesta de jubilación. Aquella tarde tuvo un accidente con la moto y apenas era capaz de mantener una conversación sin sollozar por la impotencia. El tiempo dirá si los superiores de Luis y la dirección General de la Policía le ponen algo de cordura a su situación.

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