Podemos se impone al PSOE al frustrar la ampliación de El Prat que provocó otro choque con el Govern

La influencia de Podemos sobre ERC, a la hora de cambiar su opinión sobre el proyecto que negoció el propio Aragonès, añade presión a la coalición

Colau se escuda en el cambio climático para pedir que se paralice la ampliación del aeropuerto de El Prat

El Gobierno recula y suspende la inversión de 1.700 millones en el Aeropuerto de El Prat

Aeropuerto de Barcelona El Prat
Aeropuerto de Barcelona-El Prat.
Joan Guirado

Por el miedo a evidenciar nuevas tensiones entre los socios de la coalición, el Gobierno ha decidido suspender el proyecto de ampliación del aeropuerto de Barcelona-El Prat. Desde la Ciudad Condal, a menos de 24 horas de la visita de su compañera Yolanda Díaz a Cataluña para criticar esas obras, la ministra de Transportes Agenda Urbana y Movilidad, Raquel Sánchez Jiménez, daba a conocer este martes la marcha atrás, responsabilizando de ello al Govern.

En una comparecencia sorpresa,  la ministra catalana, ha acusado a la Generalitat catalana de «falta de confianza» y de «romper el pacto» en un cruce de acusaciones mutuo y que tiene a los dirigentes de Unidas Podemos, como Díaz o Ada Colau como principales impulsoras del cambio de opinión de ERC. Y es que el 2 de agosto, los de Pere Aragonès, aplaudían mayoritariamente la inversión de 1.700 millones de euros anunciada.

Cuando ese día el Gobierno y el Govern pactaron la ampliación del aeropuerto de El Prat, antes de la reunión de la bilateral, la cuestión ya apuntaba a nuevo choque entre los dos partidos que forman la coalición socialcomunista. El acuerdo lo firmaron la ministra de Transportes y el conseller de Territorio catalán, Jordi Puigneró. Pero quienes habían montado el encuentro secreto, en Madrid, fueron Pedro Sánchez y Pere Aragonés tras su reunión en Moncloa.

Los morados criticaron mucho esa «opacidad» e iniciaron una campaña en contra de un proyecto que sus propios ministros debían validar en el Consejo de ministros. Finalmente no será así, porque los podemitas han ganado la batalla a sus socios y al progreso, frustrando la ampliación del aeropuerto, en línea con la estrategia de Colau que azuzaba con echar al turismo de Barcelona.

La fecha señalada en el calendario de la ministra de Transportes para dar luz verde al proyecto, era el 30 de septiembre. La afectación de las obras sobre un espacio protegido, que desde Podemos rechazaban desde el mismo momento que la dirigente socialista firmó el acuerdo con el Govern, era uno de los puntos que ambos gobiernos se comprometían a preservar por motivos ecologistas y para no poner obstáculos a la inversión millonaria, que se vendió como un gran paso hacia adelante en las relaciones entre administraciones.

Además de la ampliación del Prat el pacto incluía también la construcción de estaciones de AVE en los aeropuertos de Gerona y Reus, para derivar tráfico doméstico hacía estos aeródromos provinciales y facilitar a las instalaciones barcelonesas convertirse en un hub internacional. Según fuentes gubernamentales, el rechazo a la ampliación de El Prat no debería afectar a esta parte de las obras, que de momento sí seguirán su curso.

La influencia de Podemos sobre ERC

Aunque inicialmente, ERC respaldaba las obrasz, las presiones de Podemos les ha hecho cambiar de postura en cuestión de tres semanas. Y no es una cuestión baladí. Si alguien en el Palacio de La Moncloa quiere entender el mensaje, lo entenderá. Los morados, convenciendo a los de Aragonès, han querido trasladar a Sánchez que no puede seguir gobernando de espaldas a sus cinco ministros. Y es que con esta cuestión, por ejemplo, los podemitas han logrado que Esquerra haya pasado de aplaudir el proyecto de ampliación a querer acudir a la manifestación en contra del pacto que habían suscrito.

La alianza en este tema, de cara a las próximas semanas, se puede volver a reproducir en la tramitación de los Presupuestos o la Ley de vivienda, si los de Díaz no logran atraer a los socialistas a sus posiciones. ERC, con trece diputados imprescindibles, se ha convertido en el comodín de la presión. Y en el mercado persa de Sánchez, todo vale para lograr lo que uno quiere o retener el poder. El grupo que en el Congreso comanda Gabriel Rufián, que con la salida de Adriana Lastra se ha quedado sin demasiados puentes en el PSOE, convierte a Esquerra en un aliado de primer orden para Podemos en su lucha fratricida con el PSOE en el Gobierno.

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