El padre de la Constitución Pérez-Llorca alerta de una operación «jaque al rey» contra Felipe VI
El ponente constitucional José Pedro Pérez-Llorca ha alertado hoy de una operación «jaque al rey», activada desde determinadas fuerzas políticas y que ha «puesto en la diana» a Felipe VI, para advertir de que el jefe del Estado es la «clave» del arco de la «arquitectura constitucional».
Pérez-Llorca ha intervenido, junto a los otros dos «padres» de la Constitución que aún viven, Miguel Herrero de Miñón y Miquel Roca, en un acto organizado en el Congreso por la Asociación Judicial Francisco de Vitoria con motivo de la conmemoración del 40 aniversario de la Carta Magna.
Tras hacer repaso de los elementos que permitieron aprobar en 1978, con «mucha renuncia, mucho compromiso y mucha transacción» la vigente Ley Fundamental, José Pedro Pérez-Llorca ha apuntado que los nacionalistas fueron «unos de los que menos han renunciado» y ha aludido a la crisis política, social e institucional que vive España.
Ha explicado entonces que en esta crisis se ha puesto en marcha una operación de «jaque al rey», que no es la primera, porque ya ocurrió anteriormente con Juan Carlos I, y ha remarcado que el Rey es la clave del arco, de manera que «si la quitas todo se va a caer».
No obstante, ha asegurado que esta crisis «se superará» porque «tenemos una buena arquitectura constitucional» e incluso ha aventurado que se podrá llegar a una reforma constitucional, aunque para ello deberán darse las condiciones adecuadas y sobre todo saber «en qué sentido» se pretende cambiar la Carta Magna.
Entre los asistentes a la jornada figuraban la fiscal general del Estado, María José Segarra, magistrados del Tribunal Supremo, vocales del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), jueces, magistrados y diputados.
José Pedro Pérez-Llorca ha dicho que más que «padres» de la Constitución sus ponentes fueron «escribanos» de la «realidad social» y del «diálogo» político que se limitaron a dar «forma jurídica» a los acuerdos políticos, idea compartida por Miquel Roca, quien también los ha considerado «meros escribanos».
Roca se ha mostrado más reacio a cambiar la Constitución, ha reconocido su «resistencia» a esta idea y ha pedido que «lo que se hizo desde el consenso no se rompa por ausencia de consenso».
También ha señalado que aquella etapa fue «muy emocionante» para ellos porque por primera vez se iba a regir la convivencia entre españoles y que se hizo entre «todos» bajo la experiencia «dramática» de una larga dictadura.
Miquel Roca ha defendido aspectos muy avanzados de una Carta Magna que descentralizó el poder territorial como no había hecho nunca un país de Europa y que también se sometió por vez primera a referéndum.
«Guste a quien guste, tengo que ser fiel a esta Constitución en todos sus extremos», ha manifestado antes de proclamar que fue la respuesta a la «barbarie». «O la barbarie o la transacción», ha enfatizado.
También ha explicado que la democracia «es pacto» y «no hay democracia sin pacto», lo que supone respetar el pluralismo y «la diferencia», además de hacer un elogio de la estabilidad derivada del acuerdo que hace posible el progreso.
Desde un punto de vista más académico, Miguel Herrero de Miñón ha analizado las condiciones de «rigidez» de la Constitución de cara a su posible reforma, ha dicho que él no ve la «irreformabilidad» del texto constitucional y ha defendido el valor de los derechos económicos y sociales garantizados en la Carta Magna.
Porque aunque no se protejan de la misma manera que los derechos fundamentales sí han servido, ha explicado, para que el Tribunal Constitucional los invoque a fin de garantizar la «irretroactividad de ciertas medidas sociales y económicas».
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