Pablo Iglesias reclamó para España una Asamblea Constituyente como la de su jefe Maduro
La Asamblea Constituyente que el dictador Nicolás Maduro trata de imponer en Venezuela saltándose incluso la legalidad constitucional vigente en el país sudamericano para dotarse así de un poder absoluto entronca directamente con la aspiración que, ya desde el acto fundacional de Podemos, mantiene Pablo Iglesias para España.
El secretario general de Podemos anunció sus intenciones durante su primer discurso formulado como tal en noviembre de 2014. “Hay que iniciar un proceso constituyente para abrir el candado del 78” aseguró Pablo Iglesias, en coherencia con los deseos expresados en el pasado: “Debemos ir hacia un proceso constituyente. No hemos venido a dar la nota, sino a ser la nota de una nueva canción. ¡Viva el pueblo!”. Son palabras de junio de ese mismo año 2014, en el primer cónclave estatal de los círculos morados.
Pablo Iglesias aspira a que España se embarque en un proceso de Asamblea Constituyente que acabe con la Carta Magna que el país se dio en 1978, tal y como Nicolás Maduro trata de hacer actualmente en Venezuela, el país que financió la fundación de Podemos. Y apelando igualmente al pueblo, como el dictador sucesor de Chávez hace actualmente en Venezuela.
Saltarse la legalidad
Ni siquiera Chávez, en su momento, llegó a dar el paso que ha dado ahora Maduro, saltándose el decisivo paso -así figura en la constitución venezolano- de la convocatoria de un referéndum para que la población exprese su acuerdo, o no, con la moción constituyente de cara a una modificación de la Carta Magna. Chávez sí convocó una consulta popular en 1999, pero Maduro se saltó ese paso apelando al “poder soberano del pueblo”, sabiendo, en realidad, que no sería capaz de ganar ese referéndum: así lo han demostrado las últimas votaciones y encuestas, un 72,7% de la población está en «total desacuerdo» con el régimen.
Una reforma constitucional profunda en España requiere de un amplio consenso, incluyendo amplias mayorías de dos tercios en el Congreso y el Senado, convocatoria de elecciones, y nuevas mayorías en las cámaras renovadas. “Abrir el candado del 78” sería una complicada tarea para un partido como Podemos, que tendría difícil conseguir esas mayorías.
Al igual que le ha sucedido a Maduro en Venezuela, la única opción para sacar adelante un proceso constituyente pasaría por apelar “al pueblo soberano” saltándose las reglas que marca la Constitución.
Hay que recordar que pocos meses antes de fundar Podemos, uno de los padres de la formación morada, Juan Carlos Monedero, había cobrado 425.000 euros por asesorar al régimen chavista. El propio Nicolás Maduro firmó otra orden para abonar 142.000 dólares a tres miembros de la dirección de Podemos, Carolina Bescansa, Ariel Jerez y Jorge Lago.
Y, tal y como describió en una declaración jurada el ex ministro de Finanzas de Venezuela, Rafael Isea, entre 2008 y 2015 el régimen chavista pagó 6,7 millones de dólares a la Fundación CEPS, de cuyo patronato formaban parte fundadores de Podemos como Pablo Iglesias, Íñigo Errejón, Carolina Bescansa, Rita Maestre, Alberto Montero o Luis Alegre.