Casado a Ayuso: «Tú serás mi candidata en Madrid, yo el tuyo nacional y pedimos perdón a los votantes»
La oferta de Pablo Casado a Isabel Díaz Ayuso ha sido ya pronunciada: «Tú serás mi candidata en Madrid, yo el tuyo nacional y pedimos perdón a los votantes». Un primer paso de Génova que busca, en plena guerra civil de los populares, acabar con la sangría de votos provocada por el choque con el PP de Madrid.
Noche de vértigo. Con el Partido Popular abierto en canal y la opinión pública en la derecha pidiendo una solución urgente y el fin de la guerra civil, Pablo Casado decidió llamar a la presidenta madrileña e improvisar un encuentro de urgencia en Génova 13.
Todo ocurría este pasado viernes. Mientras, los chats populares se incendiaban y fraccionaban en plena guerra fratricida. La reunión se celebró. Acabó en torno a la medianoche. Y en ella se puso una propuesta encima de la mesa: Génova aceptaba celebrar lo antes posible el congreso de Madrid para elegir al líder del partido regional. Casado se comprometía a dar su respaldo a Díaz Ayuso como candidata oficial. Ella debía avalar a Casado como líder indiscutible del partido nacional. Y ambos deberían dirigirse a los votantes para pedir perdón por la guerra intestina. Por último, nacía un compromiso de olvidar las acusaciones de espionaje.
Así fue la noche. Antes, por la mañana, llegaban los ataques. Casado mencionaba el posible tráfico de influencias, pese a señalar luego que no estaba “acusando” a la presidenta madrileña. Ayuso contestaba con unos documentos que concretaban el cobro de su hermano por las gestiones en la importación de 250.000 mascarillas. El importe, según la dirigente regional, eran 58.850 euros, muy lejos de los 286.000 de los que hablaba Génova.
Por la tarde llegaba la reacción popular. Chats incendiados. Votantes y militantes indignados con una guerra que alarga la vida presidencial de Pedro Sánchez, aumenta la exportación de voto hacia Vox y debilita la trayectoria del PP a todas luces.
«Infructuosa»
Los barones hablaban igualmente. Exigían la cabeza del secretario general del PP, Teodoro García Egea, -mano derecha de Pablo Casado- por la gestión de lo que todos calificaban ya como un gran desastre. Y, por la noche, Pablo Casado levantaba el teléfono para pedir una reunión urgente.
Isabel Díaz Ayuso aceptó. Y el encuentro alumbró el inicio de una propuesta. Casado se comprometía a celebrar lo antes posible el congreso del PP madrileño. Génova prometía, además, avalar a Ayuso como candidata oficial en Madrid. Atrás quedaban los intentos de elevar a Ana Camins. Y, a cambio, se pedían dos cosas: que Ayuso avalase a Casado como único líder en el PP nacional en cualquier caso. Y, no menos importante, que ambos pidiesen perdón a los votantes por la guerra civil del PP. Así quedaba la contienda.
Con un punto más: comprometerse a seguir reuniéndose este mismo fin de semana para zanjar la guerra.
La reunión, no obstante, ha sido calificada de «infructuosa» por el entorno de la presidenta madrileña. Según estas fuentes, Casado le pidió que dijese que no había sido investigada a cambio de levantarle el expediente que se le ha abierto. Ayuso se negó.
Fuentes de Génova afirman que, en el encuentro, Casado le trasladó a Ayuso que «nunca ha ordenado ninguna investigación sobre actividades profesionales de su entorno y que emprenderá acciones legales contra cualquier persona que afirme lo contrario».
«Además, defendió la necesidad de unir el partido y seguir defendiendo junto a todos los militantes del Partido Popular el mejor proyecto de futuro para España», añaden las mismas fuentes.
El presidente del PP informó también a la dirigente regional de que se incorporaría al expediente el comunicado hecho público este viernes por la Comunidad de Madrid en el que se informaba sobre la contratación de emergencia durante la pandemia «para concluirlo satisfactoriamente».
Asimismo, Casado defendió la necesidad de unir el partido y seguir defendiendo junto a todos los militantes del Partido Popular el mejor proyecto de futuro para España.
La guerra civil del PP
Génova y Sol no han cesado de cruzar acusaciones desde que, el pasado jueves, se conociese en distintas informaciones periodísticas que la dirección nacional habría espiado a Ayuso por la presunta comisión de su hermano. Génova niega el espionaje a través de detectives, como se ha publicado.
En una entrevista en COPE, Casado aseguró este viernes que quiso aclarar con la presidenta madrileña ese supuesto cobro, sin éxito. «Mi información es que la comisión es de 286.000 euros, es un importe lo suficientemente relevante como para que alguien pudiera pensar que ha habido un tráfico de influencias», afirmó el líder del PP.
En respuesta, la presidenta madrileña emitía un comunicado en el que aseguraba que su hermano cobró 55.850 euros por el polémico contrato de las mascarillas, pero no en concepto de «comisión» sino por «las gestiones realizadas para conseguir el material en China y su traslado a Madrid».
«Me parece denigrante tener que aclarar las relaciones comerciales de mi hermano con una empresa por sospechas basadas en informaciones que nadie explica de dónde han salido», criticó Ayuso. Ahora, la senda que se plantea es la de enterar el hacha de guerra.
La crisis ha sacudido a todo el partido, que asiste atónito a una guerra de impredecibles consecuencias. Barones, dirigentes territoriales, militantes… todos piden una solución inmediata para evitar que el partido se desangre. Los dos bandos están en carne viva.
«El Partido Popular lamenta los acontecimientos de los últimos días y seguirá defendiendo junto a todos los militantes el mejor proyecto de futuro para España», afirmó el partido este sábado en un comunicado. Se trabaja para buscar una solución a la crisis. Y hacerlo cuanto antes. Este domingo hay una concentración convocada a las puertas de Génova en apoyo a la presidenta madrileña. En Génova existe temor a esa protesta.