El nerviosismo endurece los discursos a 6 días del 26J: «Los malos», «los racistas» y «las comparsas»
A seis días de las elecciones, el nerviosismo generado en los partidos por los resultados de las encuestas se ha apoderado de los discursos de los diferentes candidatos a la Moncloa que han dado un giro en las últimas jornadas. Donde existía el propósito de llevar a cabo campañas «positivas», «ilusionantes» o de «propuestas», conforme se acercan las elecciones generales del 26 de junio, ahora se observa un viraje que responde a estrategias que mejoren los resultados de las encuestas, utilizando calificativos como «los malos», «las comparsas» o «los racistas», e incluso los podemitas comunistas se han convertido en «los nuevos socialistas».
Todas las encuestas indican que el 26J va a dejar un escenario complejo para la negociación de un Gobierno. En el Partido Popular, a pesar de que le dan ganador, el nerviosismo es evidente. El candidato a la reelección, Mariano Rajoy, ha pasado al ataque para evitar que «los malos», como llama a los podemitas ahora que se acerca el 26J, obtengan mejores resultados. En este sentido, insiste una y otra vez en llamar al voto útil y en que votar a Ciudadanos no sirve para nada en 25 provincias, advirtiendo de que votar a Albert Rivera puede hacer que en el reparto de los llamados restos esos votos acaben en Podemos. Además, el PP no solo apela a los potenciales votantes de Ciudadanos, ahora ya también lo hace a los moderados del PSOE ante la amenaza de Unidos Podemos.
Los racistas
Los giros en la retórica han llegado acompañados del juego sucio, y éste de los reproches. Uno de los más afectados ha sido el candidato socialista a la Presidencia del Gobierno, Pedro Sánchez, quien vio cómo era acusado por el Partido Popular y Unidos Podemos de racista a través de un vídeo sacado de contexto, episodio por el que se ha mostrado indignado repitiendo su tesis de la existencia de una pinza entre estos dos partidos, a los que lleva señalando toda la campaña como los culpables de que haya unas segundas elecciones en seis meses.
«Las comparsas»
También el presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, ha endurecido su discurso, y a mitad campaña hacía el primer reproche duro al candidato del PSOE Pedro Sánchez, a quien no dudaba en calificar como «comparsa de Podemos» y al que no había atacado desde el pacto que alcanzaron para la fallida investidura que protagonizó el socialista. Así, ante la amenaza que Rivera entiende que supone Unidos Podemos, le reclamaba a Sánchez que diga a los españoles «si van a ser una comparsa para hacer a Pablo Iglesias presidente o buscarán un pacto con el PP y Ciudadanos”.
Además, el ciudadano, igual que Rajoy, llama al voto útil para el PP, Rivera lo hace para C’s, considerando que si su partido crece un 2 % se asegura que «España tenga gobierno y haya cambios», por lo que la clave, en su opinión, es que «el centro se consolide en estas elecciones». Para ello también utiliza el desgaste de Rajoy y le recuerda al actual presidente en funciones que con los votos de Ciudadanos no volverá a serlo. Rivera ya ni siquiera duda en decir abiertamente que no descarta la posibilidad de investir presidente a un diputado de consenso que no haya sido cabeza de lista, para que no haya terceras elecciones.
Los «nuevos socialistas»
Por otro lado, mientras las encuestas insisten en que habrá sorpasso de Unidos Podemos al PSOE, Pablo Iglesias dice que ya no es el comunista que era y que quiere ser un presidente socialista como Salvador Allende o José Mujica. Así ha moderado su discurso el podemita para consolidar su ansiado sorpasso. No obstante, difícilmente puede negar algo que ha demostrado una otra y otra vez, tanto es así que en una entrevista en La Sexta tuvo que reconocer sentirse «orgulloso de haber sido un joven comunista», para enseguida añadir que ahora le gustaría ser el presidente de un Ejecutivo socialdemócrata. «Seré un presidente socialista como Allende o Mujica», expresó, con el único fin de seguir ‘robándole’ votos al Partido Socialista.