Los Mossos siguieron durante meses cada movimiento de Villarejo convencidos de que investigaba el golpe

José Manuel Villarejo
José Manuel Villarejo. (Foto: EFE)
Carlos Cuesta

Los Mossos espiaron cada movimiento del comisario Villarejo durante años convencidos de que investigaba el golpe y sus preparativos desde mucho antes de octubre de 2017. La tesis de los policías autonómicos era que el famoso comisario comandaba el operativo que ellos denominaban ‘Operación Cataluña’ -una supuesta confabulación nacional para desacreditar el separatismo atacando judicial y socialmente a los Pujol-.

Los archivos con los seguimientos a Villarejo fueron, además, incluidos en las cajas que el 26 de octubre los Mossos enviaron a una incineradora para que fueran destruidos. La Policía Nacional, sin embargo interceptó ese envío y frustró el deseo de los Mossos de que no se supiera que estuvieron siguiendo al comisario por tierra, mar y aire.

Los seguimientos a Villarejo fueron constantes y casi compulsivos, como si temiesen al comisario por encima de a cualquier otro miembro de esa supuesta operación anti Pujol. Así, los documentos a los que ha tenido acceso OKDIARIO reflejan anotaciones como “!!Informe Villarejo: indica Martín Blas que no puede decir lo que han hecho los detectives contra Mossos”. O como “Organigrama a color con el entramado de la Operación Cataluña, conteniendo las fotografías de diversos políticos del PP, PSOE, periodistas, empresarios, detectives, comisarios del Cuerpo Nacional de Policía, miembros de Sociedad Civil Catalana, de otras plataformas civiles y nombre de empresas” entre los que figura Villarejo nada menos que en segundo lugar y sólo por debajo del entonces ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz.

No se trata de una, ni dos, ni diez anotaciones sobre el comisario. Se trata de inscripciones y notas continuas, de seguimientos permanentes que aluden a “los datos sobre los Pujol” de los que daba cuenta en reuniones posteriores a la grabación de La Camarga; de informes de “julio de 2014” indicando datos policiales; o de encuentros referenciados como “estación de Francia con Villarejo en septiembre de 2012”. Porque su temor y obsesión por Villarejo les hizo seguirle durante años.

Les preocupaban sus contactos, como cuando “Villarejo envía pruebas (buzón) a Higini Cierco a Andorra”. Sus peleas y pugnas, como cuando los Mossos anotaron “2014 Villarejo y Blas [Martín Blas] se pelean por el caso Emperador batalla final entre ellos por el pequeño Nicolás”. Cuando sus enemigos le respondían: “2015 Blas filtra todo el patrimonio de Villarejo”. O cualquier otra cuestión de él: “Villarejo. 2 mossos. De la Rosa. Victoria Álvarez. 2 detectives”, como recogen los documentos incautados por la Policía Nacional.

Porque, como anotaron los Mossos en otro fragmento de esos documentos, lo consideraban el “líder” del dispositivo para empezar a demostrar que quien robaba a Cataluña eran los Pujol.

La Generalitat ordenó estos seguimientos. Y es que pensaba que las actuaciones judiciales contra los Pujol formaban parte de lo que denominaban la ‘Operación Cataluña’ y que era Villarejo quien diseñó aquel dispositivo.

Estaban convencidos de que todo era un engranaje para desacreditar al separatismo y dieron orden a los Mossos de seguir a aquellas personas que podían estar dentro de esa supuesta confabulación en la que ellos creían. El resultado fue un cúmulo de seguimientos, investigaciones y controles a infinidad de personas incluido por ejemplo el entorno más cercano de Jorge Moragas, persona que en ese momento era jefe de gabinete del presidente Mariano Rajoy.

La documentación de todos los dosieres sobre la Operación Cataluña también se encuentra entre los documentos que los Mossos d’Esquadra pretendían destruir en la incineradora y que, gracias a la intervención de la Policía Nacional, hoy se encuentran a disposición judicial.

Distintas personas relacionadas con la grabación de La Camarga, el restaurante en el que fue grabada Victoria Álvarez -la que fuera novia de Jordi Pujol hijo- en su conversación con Alicia Sánchez Camacho, y de lo que el entorno separatista consideraba que podía poner en peligro el avance de los movimientos de la Generalitat, fueron también controladas. Un entorno en el que, de nuevo, figuraban políticos como Alicia Sánchez Camacho o José Zaragoza. Y en el que la información que llegaba al jefe de Gabinete de Rajoy, Jorge Moragas, era clave.

Todo ello, porque los citados habían accedido a información de los Pujol y su corrupción y, por lo tanto, y según los Mossos, podían desestabilizar el avance separatista “desacreditando” a la Generalitat. Por eso se recopiló información igualmente de “Giménez Raso ‘el Bigotes’”, policía nacional. Y por eso, igualmente, unos de los paquetes de documentos más importantes que se llevaban a destruir a la incineradora por parte de los Mossos era toda la información que habían recopilado sobre los casos de comisiones y blanqueo de la familia Pujol. Porque pretendían tener controlado el avance de la investigación judicial y de los pasos políticos que se dieran en paralelo.

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