La monja Caram, ‘cazada’ cumpliendo voto de pobreza en uno de los restaurantes más caros de Madrid
Es uno de los restaurantes más caros de Madrid, El Paraguas, en una de las zonas más lujosas de la capital, el último sitio donde uno esperaría encontrar a una presunta adalid de los pobres, nada menos que la monja independentista sor Lucía Caram. La religiosa argentina, cuya orden se dedica, en teoría, a la vida contemplativa en régimen de semiclausura, no se corta a la hora de elegir los sitios más caros de Madrid para alimentar su espíritu como lo muestra esta foto que se ha hecho viral en las redes sociales.
Me pregunto qué hace la monja separatista Lucía Caram en uno de los restaurantes más caros de Salamanca.
¿El voto de pobreza es sólo para Barcelona? pic.twitter.com/SuPvvEqkzA
— 💚💚🇪🇦José V.🇪🇦 💚💚 (@josevazquezbcn) December 15, 2021
Convertida en un fetiche de la izquierda, en su currículum figura el oficio de cocinera, pero cuando todos pensaban que lo suyo eran los comedores sociales y los menús marcados por la sencillez, ahora nos la encontramos entre los sofisticados platos de uno de los sitios más selectos para el paladar. No ha trascendido si optó por las colmenillas rellenas de foie o las verdinas con perdiz, dos de las especialidades de El Paraguas, y por la foto sólo se puede apreciar que, tanto ella como el otro comensal sentado a la mesa, mojaron el gaznate con un buen vino, tal y como mandan los cánones.
Al ver que la foto corría como la pólvora en las redes, la monja ha dejado un mensaje críptico contra aquellos que «no hacen nada y ponen palos a la rueda a los que hacemos».
Algunos no hacen nada y ponen palos a la rueda a los que hacemos.
Otros se dedican a intoxicar con el veneno de la desconfianza hacia los que son solidarios.
Si son tan 💩lo mejor que pueden hacer es apartarse y callarse y no molestar a las buenas personas se suman y se implican— Sor Lucía Caram (@sorluciacaram) December 14, 2021
Sor Lucía Caram ha sido noticia en los últimos días al anunciar que el monasterio de Nuestra Señora de los Ángeles y Santa Clara de las dominicas de Manresa, donde reside desde que llegó a España hace casi tres décadas, se refunda para desvincularse de la orden a la que pertenece. Aún no tienen el permiso de su paisano Francisco, pero al menos ella no duda de que el Papa dará su consentimiento para una nueva etapa en la que ella y sus compañeras del convento pretenden desarrollar una faceta más dedicada a la labor social y lejos de los restaurantes de lujo.
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