Moncloa presume de dar 250 millones a Marruecos para su «mayor desaladora» en plena sequía en España
El Gobierno aprobó en diciembre un crédito para la construcción de la "mayor desaladora" de todo Marruecos
El campo español advierte que con estas inversiones Marruecos superará al agro nacional durante esta década
Primero fue el campo francés, ahora le toca al español. Los agricultores se han puesto en pie de guerra y han lanzado su ofensiva contra el Gobierno de Pedro Sánchez, al que acusan, entre otras cosas, de no haber sabido gestionar una sequía que se ha agravado y ahora amenaza sus cultivos. Mientras la sequía se extiende por casi todas las provincias y el Gobierno promete nuevas desaladoras (no antes de 2029), el Consejo de Ministros presumía el pasado mes de diciembre de un desembolso en forma de crédito de 250 millones para construir «la mayor planta desaladora de agua con última tecnología en el norte de África». Está localizada en Marruecos y la construyen empresas directamente vinculadas con el primer ministro marroquí. Los agricultores españoles advierten que estas nuevas instalaciones serán claves para que el campo marroquí adelante al nacional en esta década.
Marruecos tiene un plan para duplicar su producción y colocarse en cabeza de los países exportadores de productos agrícolas en 2030. Un plan que, como advierten los agricultores, supone pasar por la derecha al cultivo español. Y para ello, uno de los puntales de su estrategia se basa en el agua desalada, con la construcción de una decena de nuevas plantas de última tecnología para abastecer una producción agrícola enfocada específicamente a la exportación.
Estos planes, legítimos por la parte marroquí, tienen un componente que enciende al campo español: buena parte de esas nuevas infraestructuras se están construyendo con apoyo y dinero público español. Ya sea en forma de subvenciones o de créditos, como el que el Gobierno de Sánchez aprobó el pasado 27 de diciembre en el último Consejo de Ministros del año, en plena Navidad.
Gran desaladora
La referencia de ese acuerdo señala la concesión de un crédito reembolsable «con cargo al Fondo para la Internacionalización de la Empresa (FIEM)», organismo dependiente del Ministerio de Economía, Comercio y Empresa. Se otorga a favor de las empresas marroquíes Afriquia Gaz y Green of África (de ambas es CEO Aziz Ajanuch, actual primer ministro de Mohamed VI), que construirán dicha desaladora junto a la española Acciona -su filial Acciona Agua S.A.-.
El objetivo de ese desembolso es «financiar el proyecto SALT de diseño, construcción, financiación, puesta en marcha, operación y mantenimiento y traspaso de una planta desaladora». El anuncio en sí no cita explícitamente que la instalación estará ubicada en Marruecos.
«La mayor de África»
Sí entra el Gobierno al detalle en el desarrollo de la referencia del Consejo de Ministros, donde explica que ha «aprobado tres operaciones a cargo del Fondo para la Internacionalización de la Empresa (FIEM) de proyectos de gran interés para la internacionalización de la economía española». «Contribuirán al desarrollo del continente africano en el marco de la estrategia Horizonte África del Ministerio de Economía, Comercio y Empresa», explica el Ejecutivo.
«La concesión de un crédito reembolsable para la construcción, mantenimiento y transferencia de la mayor planta desaladora de agua con última tecnología en el norte de África. La financiación del FIEM será de un máximo de 250 millones euros para desarrollar una de las infraestructuras de desalación más relevantes en todo África a través de los servicios y suministros de empresas españolas», relata el Gobierno.
El coste total del proyecto supone unos 800 millones de euros. La planta estará situada en la zona de Casablanca, con un importante hub agrícola. Junto a la de Agadir, que también contó con aportación española, y otras previstas en Al Jadida y Safi, Marruecos espera multiplicar casi por diez la capacidad de obtener agua para regadíos de cara a 2030: se pasará de nueve plantas y 147 millones de metros cúbicos anuales a alrededor de veinte con más de 1.000 millones de metros cúbicos.
También afectará al Sáhara, donde las macroplantaciones de tomates marroquíes en Dajla ya rivalizan en el mercado europeo con el español. El reconocimiento del Sáhara por parte del Gobierno ha contribuido a ello.
Marruecos, a por el campo español
El campo español, mientras, tiene claro que todos estos movimientos van orientados a convertir a Marruecos en la huerta de Europa, dejando a un margen a la producción nacional. El ambicioso plan de instalación de desaladoras, que se produce mientras España acrecienta sus problemas con la sequía, «refleja la apuesta por una agricultura de exportación, centrada en frutas y hortalizas», explicaban desde la Federación Española de Asociaciones de Productores Exportadores de Frutas, Hortalizas, Flores y Plantas vivas (FEPEX).
El aumento de la producción tendrá como claro efecto la llegada de más frutas y verduras al mercado europeo a un precio inferior. Otro desafío más para el campo español.