Moncloa menosprecia las manifestaciones del PP pero limita los actos de Sánchez y los ministros por miedo
En Moncloa evitan hablar del éxito de las manifestaciones del PP asegurando que están "centrados en la investidura"
Las multitudinarias manifestaciones contra de la amnistía no parecen preocupar demasiado a Moncloa, a tenor de lo que dicen fuentes gubernamentales consultadas por este periódico. Minimizan el éxito de las protestas y prefieren centrar el foco en el debate de investidura de Pedro Sánchez, que previsiblemente se celebrará a finales de esta semana. Salvo sorpresa, logrará una holgada mayoría de 179 votos a favor en primera votación.
Pero pese a asegurar que la contestación de la calle es algo «pasajero», y que «se desinflamará tras la investidura», la realidad es que el Gobierno está aumentando la precaución del presidente en funciones y sus colaboradores para evitar «incidentes». Por tales se refieren en el Ejecutivo a lo que ocurrió el pasado viernes frente a la Subdelegación del Gobierno en Málaga. Tras una hora de reunión, Sánchez y el canciller alemán, Olaf Scholz, tuvieron que permanecer en el interior del edificio cerca de tres horas. No pudieron salir a una calle llena de manifestantes. Sánchez «estaba enfadado». «No dimos una buena imagen ante el canciller Scholz» –reconocen–, quien permaneció atónito durante todo el tiempo que estuvo retenido junto al líder del PSOE. Ambos tuvieron que aplazar su participación en actos de partido.
Según ha podido saber OKDIARIO, ante la presión de la calle, la exposición pública de todos los miembros del Gobierno «se limitará» a lo estrictamente necesario. Aunque en Moncloa no temen por la integridad física de nadie, sí admiten que «en determinados lugares hay situaciones difíciles de controlar». Es el caso de lo que ocurrió en la Subdelegación del Gobierno en Málaga, que se convirtió en una ratonera. Sánchez no quiere que ni él ni ningún colaborador suyo vuelvan a pasar por lo mismo, por lo que supone a nivel imagen, de reputación para él mismo. No se dejará de hacer nada, explican, pero sí que «se evitarán paseos y lugares fáciles de bloquear».
Con el presidente en funciones completamente desaparecido este domingo –ni tan siquiera se ha manifestado en sus redes sociales–, han sido nueve líderes territoriales socialistas los que han dado la cara por él, que ha permanecido encerrado en La Moncloa. Presidentes regionales y secretarios generales autonómicos del partido han difundido vídeos apoyando a Sánchez frente a las protestas, pero sin mencionar la amnistía en ningún momento. Ni Emiliano García-Page ni Javier Lambán, los dos más críticos con esta medida de gracia, han lanzado mensajes. «Estamos centrados en el debate de investidura para que se pueda formar un Gobierno progresista para cuatro años más y mejorar la vida de los ciudadanos», repiten insistentemente como si fuera un mantra.
Críticas internas en el PSOE
En privado, tanto en Moncloa como en el Partido Socialista reconocen «un cierto éxito» del PP en «su capacidad de convocatoria» con las manifestaciones que tuvieron lugar este domingo. Pero «es algo que ya podíamos prever», afirman. En el PSOE son conscientes de que «la amnistía era un tema difícil de digerir» y que «tendremos que hacer mejor pedagogía para que se entienda el porqué lo hacemos». Mientras, admiten, «hay que aguantar el golpe». Unas críticas que se visualizaron con dos millones de personas en distintas ciudades este domingo, con concentraciones cada noche frente a Ferraz y con cargos del partido levantando la voz -en los foros internos- por la «falta de información».
Si bien el pacto entre PSOE y Junts ha despejado de obstáculos el camino hacia la investidura del candidato socialista, hay cargos de la dirección federal del partido y del Ejecutivo que no ven con buenos ojos algún punto de la medida, que previsiblemente se registrará en el Congreso este lunes. Algunos socialistas que ocupan cargos de responsabilidad admiten que no le gustan las referencias al lawfare que aparecen en el texto negociado y firmado en Bruselas por el secretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán, bajo la orden directa de Sánchez. Advierten, además, de la falta de información sobre la Ley de Amnistía.
Estos dirigentes señalan que el redactado de esa parte del acuerdo no se entiende correctamente, a pesar de que se discutió la inclusión de cada palabra durante mucho tiempo, según indican. De hecho, Cerdán pasó cinco días seguidos en Bruselas para cerrar definitivamente el pacto y firmarlo junto al secretario general de Junts, Jordi Turull. La otra crítica expresada en el interior del PSOE pasa por el contenido de la Ley de Amnistía. Cerdán afirmó el pasado sábado que la norma estaba terminada y que los últimos detalles que quedaban por cerrar ya están «pulidos».
En la dirección del PSOE advierten de la falta de información sobre esta medida. Tanto de forma interna, ya que apenas se conocen detalles del contenido de la ley a excepción de un círculo muy reducido de dirigentes, y por supuesto hacia afuera, hacia la ciudadanía. Algo que, aseguran, «juega en contra de nuestros intereses». Aun entre socialistas que defienden la amnistía los hay que advierten de que se debe hacer un esfuerzo para explicarla a los ciudadanos. De ahí que se tengan que resignar, como hacen en Moncloa, a ver imágenes como la de las masivas manifestaciones de este domingo.
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