Manifestación en Madrid

Mercedes González consintió la marcha nazi de Chueca que la izquierda usó para incriminar a Vox

Delegada del Gobierno
La delegada del Gobierno en Madrid, Mercedes González.
Pelayo Barro

La delegada del Gobierno en Madrid, Mercedes González, ha dado luz verde a una manifestación de la extrema izquierda que tendrá lugar este sábado, a pesar de las advertencias de la Policía al señalar la «alta probabilidad» de que se produzcan disturbios. Algo que ya ocurrió el pasado mes de diciembre, cuando la delegada permitió una marcha de neonazis que recorrió el barrio de Chueca cantando consignas homófobas. Ni siquiera se decidió disolver la concentración al constatar su perfil ultra. La izquierda utilizó aquella manifestación para incriminar a Vox.

«Disolver esa manifestación supone cargar contra ella y generar una batalla campal o un problema donde no lo había». Así justificó la delegada del Gobierno en Madrid el pasado 21 de septiembre la decisión de no disolver aquella manifestación nazi que atravesó Chueca al grito de «¡Fuera maricas de nuestros barrios!» y «¡Fuera sidosos de Madrid!».

González argumentó que haber disuelto aquella manifestación, en la que la Policía y ella misma conocía de antemano el perfil de los participantes, hubiera provocado «cargas» en una zona donde había niños y personas mayores.

«En este país se puede manifestar gente que consideramos desde otros sectores con opiniones que son muy reprobables. Hay comunidades autónomas donde terroristas piden manifestaciones y se les acepta», argumentó entonces González.

La delegada del Gobierno aseguró que el transcurso de aquella manifestación nazi se registró «sin incidentes», aunque como demostró OKDIARIO si los hubo: uno de los neonazis fue apaleado por 11 antifas, que habían acudido también a la cita, con resultado de nariz rota, un ojo destrozado y pérdida de consciencia.

Marcha permitida a propósito

La versión que ofrecían entonces los agentes de Policía que tuvieron que enfrentarse a esa marcha era muy distinta. Conocían de antemano el perfil ultra y de tintes violentos de los grupos que iban a adherirse a la manifestación, encabezada por un conocido neonazi, por lo que entienden que la convocatoria se celebró a sabiendas de lo que podía pasar. En definitiva, que se permitió por intereses políticos. Nada más ocurrir, la izquierda se lanzó a por Vox, acusando a la formación de Santiago Abascal de estar ideológicamente detrás de esa homofobia.

Cabe recordar que sólo una semana antes, el Gobierno tuvo que asumir las consecuencias mediáticas de la falsa agresión de Malasaña. Ese brutal ataque homófobo contra un joven que terminó siendo falso. Aquello tuvo un coste político para el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, que utilizó el componente homófobo de la agresión para señalar de nuevo a Vox a sabiendas de que la investigación policial iba por otros derroteros: la denuncia falsa.

Vuelven los pro Hasél

En el caso de la manifestación de este sábado, cuyos participantes están citados con el beneplácito de la Delegación del Gobierno en la plaza Carlos V (Atocha) a las 19 horas, la Policía también ha advertido del perfil violento de las plataformas adheridas.

Integrantes de muchas de ellas han participado en los actos violentos que se registraron en Madrid tras la detención y encarcelamiento del rapero Pablo Hasél, condenado por agresión, amenazas y enaltecimiento del terrorismo de ETA.

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