La Memoria Histórica de Sánchez castiga el franquismo y el nazismo pero ‘olvida’ el comunismo
El proyecto de ley de Memoria Histórica que Sánchez quiere aprobar condena y castiga la apología del franquismo y el nazismo pero omite las dictaduras comunistas.
El texto de la norma -publicado el pasado 22 de diciembre de 2017 en el Boletín Oficial del Estado- recoge expresamente en su disposición adicional primera: «Serán declaradas ilegales las Asociaciones y Fundaciones que públicamente fomenten, promuevan o inciten directa o indirectamente al odio, hostilidad, discriminación o violencia contra las víctimas de la Guerra Civil Española y del franquismo por su condición como tales, o que realicen apología del franquismo, fascismo y nazismo».
Y determina la puesta en marcha de las reformas necesarias sobre la legislación vigente para declarar ilegales las asociaciones y fundaciones que ensalcen o difundan cualquiera de los totalitarismos -o sus líderes- indicados.
A lo largo de la propuesta legislativa de Sánchez se omite el comunismo, con una única salvedad que es la declaración de «la nulidad del Tribunal de Represión de la Masonería y el Comunismo» por «vulnerar las más elementales exigencias del derecho a un juicio justo».
Si la nueva Ley de Memoria Histórica que el Gobierno socialista pretende impulsar en sede parlamentaria prosperase, en España estarían prohibidas las organizaciones que exhibiesen, conmemorasen o divulgasen las figuras de dictadores como Franco o Hitler, pero no las de Lenin, Stalin o Enver Hoxha.
De aprobarse el proyecto socialista, en España estarán prohibidas las organizaciones que exhiban o divulguen la figura de Franco, pero no las de Lenin o Stalin La norma del PSOE plantea una diferencia entre la condena y el reproche que merecen los crímenes comunistas de Stalin y los nazis de Hitler que, de entrar en vigor, llevaría a paradojas tales como que en España quedase amparado el derecho a la memoria de las víctimas polacas asesinadas en la masacre de Wola (perpetrada por el nazismo) pero no así la de las víctimas polacas del genocidio de Katyn (obra del stalinismo).
Un «olvido» reiterado
El PSOE «olvida» incluir cualquier referencia a los totalitarismos comunistas a pesar de la magnitud histórica de los mismos que -desde la implementación de la primera dictadura comunista en Rusia (1917)- acumulan más de 100 millones de muertos a sus espaldas.
Ya en el año 2006 el PSOE europeo votó en contra de la «necesidad de una condena internacional de los crímenes de los regímenes totalitarios comunistas» a propuesta de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa.
En 2006 el PSOE votó en contra de la «necesidad de una condena internacional de los crímenes de los regímenes totalitarios comunistas»La resolución 1481 – que resultó aprobada con 99 votos a favor, 42 en contra y 12 abstenciones- que recogía que «los regímenes comunistas totalitarios que gobernaron en Europa central y oriental en el siglo pasado y que todavía están en el poder en varios países del mundo, se han caracterizado, sin excepción, por violaciones masivas de los derechos humanos» y condenaba “enérgicamente las violaciones masivas de derechos humanos cometidas por los regímenes comunistas totalitarios”, no contó con el apoyo de los socialistas españoles.
Se obvia así, por ejemplo, que el régimen albanés de Enver Hoxha asesinó en 1950 a más de 100.000 individuos de un total de 1.500.000 ciudadanos o que Lenin acabó con la vida de más personas en 5 años al frente del poder que Franco durante sus 40 de dictadura.
El Senado de España -siendo presidente José Federico de Carvajal- concedió en 1984 bajo mandato socialista la medalla de oro de la institución a Kostantin Chernenko, el último dictador comunista de la antigua URSS. Gesto que repetiría el PSOE en 1988 con Fidel Castro a quien el propio Carvajal se la entregó en el Palacio de la Revolución de La Habana. Sin que ninguna de ambas condecoraciones haya sido retirada.